capítulo 2

1126 Palabras
David me ha dejado totalmente descompuesta con lo de hace un momento, se atrevió a decirme todas esas cosas y el tiempo que llevo aquí, es casi el mismo en que no he tenido sexo. Vamos a ver por cuánto tiempo más él se mantendrá alejado de mí y su insistencia con cuyo libro es un asco. Parece que después de todo no tiene esa capacidad para entender cuando las cosas no se pueden hacer como él quiere. Salgo de la oficina para tomar mi hora de almuerzo y freno en seco con lo que veo. - señor Toledo ¿Que cree que está haciendo? - ellos se separan inmediatamente y la cara de Andres se pone de todos los colores existentes. - Andrés, aquí te aceptamos tal como eres, pero estamos en la oficina y en horas de trabajo, y su novio trata de meterle la lengua en la garganta - ¿Les dije que mi asistente es gay y me di cuenta de ello cuando escuche una de sus conversaciones calientes por teléfono? Ese día se sintió realmente mal aunque no le dije absolutamente nada. Es su vida privada después de todo - lo siento señorita Johnson, ha sido mi culpa, vine a traerle el almuerzo y estaba despidiéndome. - contesta Manuel, el novio de Andrés. No me malinterpreten, en serio entiendo su amor, de hecho me gustan las relaciones que tienen algunas parejas gay pero no que den sus muestras de cariño justo dentro de la editorial, me parece que lo que estaban haciendo es algo intimo. Y con la falta que me hace a mi darme una buena cogida con un hombre y no con un consolador, eso no ayuda... extraño sentir esa carne dura y mojada dentro de mi. - está bien. Salgo de mis calientes pensamientos y sigo hacia la salida. Necesito con urgencia sexo casual Camino por un par de cuadras y llego al restaurante que he cogido por costumbre. El exquisito olor me da la bienvenida, estoy famelica. Tomó asiento en una de las mesas apartadas lejos de miradas escépticas de algunas mujeres y las de deseo de algunos hombres. Lastima pero ninguno llama mi atención como para llevarlo a mi cama. Una linda camarera se acerca para tomar mi pedido. - buenas tardes señorita ¿Que puedo servirle? - quiero un Risotto ai funghi por favor y de tomar solo agua. - lo mismo para mi Jazmín pero no quiero agua, tráeme el vino de siempre. - miro al hombre que se sienta justo frente a mí y pide sin quitarme la mirada de encima - que gusto encontrarla aquí señorita Johnson - señor de la Torre, diría lo mismo pero estaría mintiendo. Y no lo invite a sentarse conmigo tampoco ¿Acaso está siguiéndome? - puede ser pero no se crea tan importante. - ¿Entonces que carajos está haciendo sentado en mi mesa?  Usted es el que quiere mi ayuda no al contrario así que supongo que sí soy lo suficientemente  importante ¿No lo cree? - nos retamos en un duelo de miradas, verde contra Él piensa que me dejaré manejar y haré todo lo que él quiere, pues no sabe lo equivocado que está. - esa boca Isabella. - murmura pero no le presto atención - Tiene razón y es por eso que me senté aquí aparte de querer hacerle compañía y conocerla un poco más La comida llega y decido que, a pesar de que mi estómago se ha cerrado no dejaré que el me intimide y dañe mi almuerzo. Solo me quedo en silencio ignorandolo mientras como. - entonces ¿Su familia también está en España? - mi vida personal no es de su incumbencia. - digo cortante y seca - Isabella, solo trato de ser amigable. - dejo los cubiertos en la mesa de mala gana con un estruendoso ruidoso haciendo que los demás comensales volteen a ver - de acuerdo ¿Qué tal si empiezo yo? Mi familia y yo somos de aquí. A mi hermana ya la conoces. Tengo 29 años y soy soltero... - señor Lewis - interrumpo su historia - no me interesa nada de lo que me está contando - miento. La verdad es que el hecho de que este contándome cosas de su vida personal significa que soy confiable aunque tenga un carácter de mierda. No era así, las personas y las circunstancias lo cambian a uno. - lo cierto es que siento que puedo confiar en usted señorita Johnson, aparte de que se que es nueva y definitivamente no parece tener amigos aquí. - y aparte de los negocios ¿También es investigador privado o qué? - ¡Joder! ¿Porqué me he vuelto así? El hecho de que mi estúpido ex novio y una de mis mejores amigas me traicionaran no significa que todos sean iguales. Por ejemplo este hombre está tratando de ser amable conmigo y yo solo lo estoy estropeando con mi mal contestación. Suspiro cansada - David, pocas veces me he disculpado en mi vida pero usted merece una de mi parte. Yo no era así ¿Sabe? - ¿Entonces como era? - la intensidad de su mirada no se aparta y solo por un momento me siento expuesta y tímida. Este hombre tiene un no sé qué... No, no Isabella. Desecho la curiosidad que está tratando de despertar en mi por David Lewis de la Torre, y solo termino de comer. - gracias por la compañía señor. - dejo dinero suficiente encima de la mesa como para pagar la comida de los dos más una propina generosa, y salgo casi corriendo del restaurante. He desechado los buenos sentimientos antes de venir a Sevilla y no voy a dejar que nada y nadie los cambié. He dicho que me he cerrado al amor por tiempo ilimitado porque necesito tiempo... El necesario para olvidar y curar. *** Siento unas grandes manos tocando mis senos mientras una lengua juega con mis pezones, éstos se ponen duros y un jadeo abandona mi boca. El duro m*****o del hombre desconocido hace presión contra mi sexo por encima de la ropa interior y yo me deshago buscando solo mi propio placer. Estoy a punto de llegar al orgasmo con solo el roce cuando escucho un fastidioso ruido pitandome en los odios. ¿Que es eso? Me despierto sobresaltada y excitada a más no poder. El pulso entre mis piernas está matándome. Me doy cuenta que ha sido el maldito despertador que me ha sacado de mi sueño húmedo, y ni siquiera alcance a ver quién era el tipo. ¡Mierda! No puedo quedarme así. ¡Soy la jefa! Puedo llegar tarde. Así que cojo mi consolador y me lo llevo a la ducha.
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