El celular me suena dentro del bolso y lo abro para buscarlo, pero el desorden no ayuda. ¡Rayos! En la oficina soy una obsesiva por el orden pero mi bolso y mi vida privada son un desastre.
Cuando por fin lo encuentro la llamada se corta y veo que era mi hermana Aurora, así que se la devuelvo inmediatamente.
- ¡Bella! - resoplo
- Aurora, no me digas así.
- pero me gusta. Como Bella la de Crepúsculo
- bueno, esto no es Crepúsculo y definitivamente no quiero tener a otro chupasangre rompiendo mi corazón.
- está bien hermana - suspira - Escucha, Henry me ha pedido que vaya a Canada para conocer a su familia, así que llegaré en unos días más a España ¿De acuerdo?
- ¡¿Que?! Pero si solo llevan saliendo poco más de tres meses, Aury - utilizo el diminutivo que le pusieron nuestros padres cuando era pequeña
- eso no interesa. Entonces, espero que eso no te moleste hermana. En realidad lo quiero y esto es importante para ambos.
- está bien, espero que le agrades a tus suegros. - envidio eso de mi hermana, es una enamoradiza y este Henry en especial, me gusta para ella. La adora.
- sí, aunque confieso que estoy muy nerviosa.
- lo harás bien. Dile a Henry Cavill que le mando saludos.
- ¡No es Henry Cavill! Aunque me gustaría - susurra y yo muero de la risa - ok. Nos vemos. ¡Te quiero hermana!
Ay, mi hermanita menor Aurora es lo único que tengo, solo somos ella y yo contra el mundo. Nuestros padres fallecieron en últimas vacaciones que tuvimos gracias a que estaban empeñados en ir a esquiar... Había tanta nieve ese día. Jamás volvimos a ese lugar en Canadá y ahora ella va para allá con su novio.
La Montaña de la bahía de Hudson es increíble pero fue peligroso para mis padres.
Limpio mis ojos de las lágrimas que quieren escaparse y me concentro en el papeleo que tengo ocupando todo mi escritorio.
***
- Isabella, tiene una llamada del señor Lewis por la línea uno. - dice mi asistente por el interno.
- no más llamadas por hoy Andres, ya voy saliendo. - luego escucho que dice algo al otro lado y luego me habla
- dice que quisiera invitarla a cenar esta noche y que espera que lleve las mismas medias... - salgo casi corriendo a contestar esa llamada y frenar lo que sea que este señor quiere. Casi le arrebató el auricular al pobre de Andrés que no tiene la culpa de la desvergüenza de David.
- señor De La Torre, le agradecería que dejara de buscar lo que no se le ha perdido. ¿Qué parte de la palabra no, no entiende?
- solo estoy siendo amable señorita Johnson. Sé que está sola en esta ciudad... - le cuelgo la llamada enseguida.
Me estoy cansando de él, acosa dentro y fuera de la oficina, y eso no es aceptable para mi.
- no me pases más llamadas de él.
- sí seño... - le doy una mirada de "no lo digas" - Isabella.
Salgo del edificio lista para volver a casa y descansar.
Me subo al auto y emprendo mi camino. Pongo la radio y subo un poco el volumen, me encanta esa canción de Rocío Dúrcal, la gata bajo la lluvia
Ya lo ves, la vida es así
Tú te vas, y yo me quedo aquí
Lloverá, y ya no seré tuya
Seré la gata bajo la lluvia.
Y maullaré por ti...
- señorita Johnson ¿Cómo está? - Kal me saluda desde el otro lado de la recepción con amabilidad, y para mí desgracia es la única persona con la que interactúo en el edificio cuando vuelvo. Soy una antisocial con mis vecinos.
Mi vida ha sido de lo más aburrida últimamente y necesito cambiar eso. El hecho de que ese par de infelices me hayan engañado y que el anterior a ellos fuera un golpeador y un abusador, no quiere decir que todos sean iguales, eso lo sé bien; quiero tener más amigos y salir a divertirme antes de que me ponga vieja y amargada, y terminaré rodeada por cincuenta gatos.
- buenas tardes Kal. ¿Algún recado?
- no señorita - bufo. Para que le pregunto si nadie me busca ni me envía nada.
- que pases buena noche
Entro en el ascensor que me deja en el sexto piso, mi apartamento está a oscuras y voy quitándome la ropa dejándola toda tirada por el suelo.
Acabo de tomar una decisión. Es viernes así que voy a darme una buena ducha y saldré a un bar. Total no veré a mi hermana hasta la próxima semana y hoy un viernes.
Me pongo un vestido n***o muy sugerente, falda corta, una cinta dorada en la cintura y la espalda adornada de solo crochet, ceñido a mi cuerpo acompañado también de unos Louis Vuitton.
Me siento sexy, lo suficiente como para al menos besar a alguien está noche. Cojo el bolso y salgo...
Cuando entro al lugar el atronador sonido de la música me recibe, hay muchas personas aquí bailando y bebiendo, disfrutando al igual que yo pienso hacerlo.
Me dirijo a la barra tratando de pasar entre todas las personas que bailan pegadas y sudorosas.
Con seguridad la mayoría de aquí tendrá sexo esta noche.
- ¿Que te sirvo preciosa? - no me pasa desapercibida la mirada depredadora que me dan algunos hombres.
Eso es justo lo que esperaba, como siempre me hace sentir sexy y poderosa.
- un Cosmo, por favor - él barman se pone a ello y yo sigo mirando a todos bailar.
Un tipo alto, moreno y ojos azules se acerca a mí y se me seca la boca. Se vería muy buen acostado en mí cama.
- hola - como es costumbre me saluda con dos besos y se los devuelvo. El hombre huele tan bien como se ve. - ¿Te gustaría bailar?
- por supuesto - bebo todo el contenido de mi copa de un tirón y acepto la mano que me tiende.
Un poco de valor.
Se presenta como Bradly de profesión psicólogo, vive muy cerca de mi casa por lo que me cuenta pero no reveló nada de mi por el momento, solo mi nombre. Hasta ahora me gusta. Es atractivo y podría tener por fin una noche de solo sexo puro y caliente. Ya me urge...
No sé cuántos tragos me he bebido pero ya se me han subido a la cabeza y me estoy poniendo más desinhibida. No debería ya que estoy sola, pero siempre podría molestar a mi asistente. He bailado con otros hombres pero nadie como Brandly.
Unas manos firmes y grandes me sostienen de la cintura y me giro para ver quién es pero todo está oscuro y su olor es adictivo, me parece que alguien de la oficina la usa, pero no recuerdo ahora. ¡Esto es muy divertido!
Prácticamente comenzamos a hacer el amor en la pista cuando toca mis piernas y mete la mano bajo la falda a tocar mi culo, no lo detengo. Deseo esto y sus manos me erizan la piel de forma muy agradable.
- ¿en tu casa o en la mía? - digo alto para que pueda escucharme
- en la tuya...
Esa voz... ¿De quién es?
Salimos del local y tomamos un taxi en dirección a mi apartamento.
Nos besamos todo el trayecto y somos todo manos y lengua cuando entramos en la casa.
Quito su sacó y algunos botones vuelan en el momento que abro su camisa de un tirón. Su pecho musculoso me invita a lamerlo, por lo que lo hago y en el pectoral inferior en forma de media luna, detalló un tatuaje de lo que parece ser una frase y un lobo. Estoy demasiado ebria para siquiera poder leerla.
¡Que sexy!
Bajo por su abdomen con mi lengua y al ponerme de rodillas le desabrocho la correa y el pantalón.
Cuando está desnudo ante mí pierdo la respiración y mi corazón se acelera. Tiene un enorme m*****o ya listo para mi y quiero tenerla hasta el fondo. ¡Dios!
Pero por más que quiera esto debo ser responsable.
- espera... ¿Estas limpio? - le pregunto mirando su rostro, que aunque lo veo un poco borroso tiene unas bonitas facciones.
- por supuesto que sí, pero de todas maneras vengo preparando - me enseña una caja de condones x5 y me quiero morir. Miro su amigote y ¡Voy a tener todo esto para mí sola esta noche! - ¿Qué tal si te ayudo a quitar tu precioso vestido?
- síii - chillo con ganas de seguir esto. su voz gruesa se me hace familiar así que no tengo ningún sentido de alerta. Por lo que estoy bien.
Me quita el cinturón y desabotona el único broche que trae. EL vestido cae a mis pies.
- tienes un cuerpo espectacular, Isabella - susurra mi nombre y mi entrepierna se humedece. ¡Oh mi Dios! - esta noche será todo para mí - dice en Español
Mi respuesta en un gemido que me tira a sus brazos, basándonos desenfrenadamente.
Lo veo ponerse el condón y acostandonos en la cama me penetra de una embestida.
Su mano tapa mi boca para no gritar de placer. Es tan grande que siento cada centímetro de su carne tirando de mi, pero no quiero que pare. La sensación es tan poderosa y encajamos tan bien que me parece una locura.
¿Porqué va tan lento?
Pero acelera el ritmo de sus caderas y se me tensan todos los músculos.
- ¡Joder!... - mierda, ni siquiera sé su nombre.
- esa boca, Bella. - ¡¿Que?! - Juro que intento con todas mis fuerzas pero esa sensación de placer se arremolina rápidamente en mi vientre - no te contengas - y menos de un minuto, me abandono al éxtasis.
Siento que sus brazos me sostienen y lo siento aún más grande cuando se corre también. Esconde la cabeza en mi cuello y aspira
- hueles a mi, y a sexo.
- eso está bien para mí - digo adormilada.
Luego sale de mí y se recuesta al otro lado de la cama llevándome con él a su pecho.
Estoy muy borracha y exhausta como para entablar una conversación y preguntarle cosas. La cosa es que sin duda es el mejor sexo que he tenido en toda mi vida. Dice algo pero el sueño me arrastra.
Espero estar soñando.
- después de todo no espere tanto por usted, señorita Johnson. Y llevabas encaje negro...