DESDE SIEMPRE

1570 Palabras
Ariana La noche era tranquila, pero mi mente era un torbellino al punto de no poder conciliar el sueño. Los rayos del sol comenzaban a iluminar mi habitación y yo seguía con mi mirada fija al cielo de mi habitación. La idea de irme a Madrid crecía en mí interior y seguía tomando fuerza con cada minuto que pasaba, hasta que finalmente decidí comunicárselo a mis padres. No quería tomar decisiones a la ligera o basadas en mis emociones. Lo que pasó, sirvió para darme cuenta de que no podía dejar mi futuro en manos de otras personas ajenas a mi círculo familiar. Por eso quería que mis padres estuvieran involucrados, al mismo tiempo que sus opiniones me importaban mucho. Había actuado en su contra al perseguir un sueño efímero y del cual ya me despertaba de la peor manera. A la hora del desayuno, bajé las escaleras junto con la carta que aún escondía de mi familia. En la sala, mis padres conversaban en voz baja, sentados juntos en el sofá, como siempre lo habían hecho. Mi madre sostenía una taza de café entre sus manos y mi padre hojeaba un libro. —¿Podemos hablar? —pregunté, intentando que mi voz no temblara. Ambos levantaron la vista y guardaron silencio esperando por mí. Mi madre sonrió y mi padre cerró el libro, dándome toda su atención. —Siempre, mi amor —respondió mamá, dejando su taza sobre la mesa. Me senté frente a ellos, cruzando las manos sobre mi regazo. Tomé aire profundamente y le entregué el sobre a mi madre. Ella lo abrió y mi padre se acercó para leer lo que había escrito en la hoja que mi madre sacó. —Quiero estudiar en la Universidad Europea de Madrid. Ingeniería Aeroespacial en Aeronaves —solté de golpe, sin rodeos. Hubo un instante de silencio, seguido de una chispa de sorpresa en los ojos de mi padre y sonrió. Su reacción fue completamente distinta a la de mi madre, quien parpadeó rápidamente antes de llevarse una mano al pecho. —¿Madrid? —repitió ella, como si necesitara asegurarse de que había escuchado bien. —Sí. Quiero salir de aquí, mamá. Quiero hacer algo grande con mi vida. Mi padre se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en sus rodillas. En su mirada no había objeción, sino admiración. Antes de que él hablara, mi madre se adelantó. —Ariana, ¿desde cuándo lo has decidido? —Desde siempre —respondí viendo a mi padre—, pero tenía miedo de decirlo. Siempre he ocultado lo que soy, mi don, mis habilidades. No quería hacer sentir mal a nadie o hacer sentir menos a mis hermanos. No quería ser la que destaca y provocara rivalidades. Sin olvidarme de mis primos y… Mi padre suspiró y rascó su barba algo nervioso ante la intensa mirada de mi madre. —Me imagino, que tú ya sabías algo sobre esto. —le preguntó y miré a mi padre sin poder ayudarlo esta vez. —Lo sabía. —dijo con una sonrisa melancólica—. Durante mucho tiempo le pedí que ocultara lo que era capaz de hacer, lo que quería lograr, porque sabía que, si lo mostraba, crearía conflictos, conoces mi historia. Ya lo hace ser complicado ser nuestra única hija. Mamá lo miró con la ceja alzada y luego volvió sus ojos hacia mí. —Pero, mi amor ¿estás segura de que eso es lo que quieres? —Me levanté del sofá y caminé hacia la ventana. —Nunca he estado más segura de algo en mi vida. Necesito esto, mamá. No quiero quedarme en un lugar donde mi pasado sigue persiguiéndome. Quiero volar y esta es la mejor manera de hacerlo. Mi madre bajó la mirada, sus ojos reflejando tristeza y me sentí super mal de ser la causante. —Si esto es lo que deseas, estaremos contigo en cada paso, mi niña. Mi madre se acercó, colocó una mano sobre mi hombro y con su otra mano levantó mi barbilla para que la mirara a los ojos. —Ariana, el mundo necesita mentes como la tuya. Si este es tu camino, quiero que lo recorras sin miedo, pero yo no te ocultes más. Eres extraordinaria. Nunca dejes que nadie te haga dudar de tu grandeza y mucho menos tu valor. —Las lágrimas nublaron mis ojos, pero esta vez no eran de tristeza, sino de emoción. —Gracias, papá. Gracias, mamá. Nos abrazamos los tres, suspiré aliviada, a pesar de todo el dolor que aún sentía en mi interior, un futuro brillante se abría ante mí. Porque esta vez, mi destino no estaría en manos de un hombre. Lo dictaba yo. —Otra cosa. —dije viendo a mis padres. Ambos me miraron, pero el dispositivo en mi mano quemaba a pesar de estar apagado. —Deseo solicitar un nuevo teléfono. Este… —Lo lancé con fuerza hacia el suelo haciendo que volaran algunas piezas por la sala—. Se quebró. —Al levantar la mirada mi padre sonreía y mi madre me miraba asustada. —¿No tenías información importante dentro de ese teléfono? —Los números de las personas que necesito en mi vida, me los sé de memoria. Esto es borrar por completo el disco duro y comenzar de nuevo. —Mi padre asintió tomando mi mano. —Después de desayunar comenzaremos a preparar todo lo que necesitamos para el viaje. —¿Nos vamos de viaje? —preguntó Manuel bajando rápidamente las escaleras, seguido de Miguel. Mis hermanos eran unos adolescentes guapísimos. Con apenas quince años, ya tenían varias admiradoras. —Su hermana va a irse a estudiar a Madrid. —¿Por qué? ¿No te ibas a Malib a casar con Tiam? —preguntó Miguel y me acerqué a ellos. —Tiam, ya no forma parte de mi vida. —dije acariciando la mejilla de mi hermano. Ambos parecían sorprendidos ante mi declaración, pero no tenía ánimo de explicar la situación. Ellos también habían crecido queriendo mucho a Tiam y no sería yo la encargada de romper esa relación. —Señores, ya está listo el desayuno. —Gracias, Antonia. —dijo mi madre. —¿Podrías ayudarme a levantar a Guillermo y Javier? —Ella asintió, yo recordé el desorden que no había limpiado en mi habitación. —Toñita, yo limpiaré mi habitación. No quiero que vayas a lastimarte recogiendo los vidrios. —No se preocupe, señorita. Yo los limpiaré ahorita que suba a despertar a sus hermanos, mientras ustedes pasan a desayunar. —Gracias, Toñita. —El teléfono de mi madre sonó y pude ver la cara de desagrado que hizo al ver la pantalla. Sin embargo, lo silencio y seguimos nuestro camino al comedor. Cuando nos sentábamos seguía sonando, mi madre hizo lo mismo y luego sonó otra vez. —Creo que iré a contestar esta llamada, comiencen sin mí. —dijo ella caminando hacia el jardín. Mi padre asintió y me hizo seña de que era Tiam llamándola. Con los ojos me invitó a seguirla. —Luego dicen que no tenemos que andar de metidos escuchando conversaciones ajenas. —Posiblemente obtengas la respuesta a tus preguntas. —dijo mi padre y tenía razón. Me debatí por un momento, pero si quería darle cierre a lo que sentía por Tiam debía saberlo. Caminé en la dirección por la que mi madre salió y pude comenzar a escuchar. —Pues hablabas con Ariana de frente y no provocabas todo esto. Posiblemente no iba a cambiar nada de cómo ella se sintiera, pero se había omitido la humillación de ir hasta allá y verte presentando a otra mujer como tu prometida. —se hizo un silencio y yo quería saber qué era lo que ella escuchaba. Definitivamente, no estaba preparada para escuchar lo siguiente. —Tristemente debes asumir las consecuencias de tus actos. Ebrio o no, de igual manera te acostaste con esa mujer y ahora debes asumir tu compromiso con ella. Por lo tanto, te pido que no busques más a Ariana. Así como tú seguirás con tu vida, ella también lo hará con la suya. Mi teléfono siempre estará disponible para ti, porque te quiero como mi propio hijo y me duele que tu vida tome ese giro. No obstante, es parte de crecer y tú ya eres un hombre que sabe lo que es bueno o malo y lo que conviene para tu bienestar. Cuídate mucho, Tiam. —Ella se quitó el celular de la oreja y creo que cerró la llamada. Me quedé anonadada analizando las palabras de mi madre y se comprobó una de las posibilidades que se armaron mi cabeza durante el crepúsculo de la mañana. —¿Ariana? —preguntó mi madre al verme en ese lugar. —¿Qué excusas dio? —No vale la pena que lo sepas, hija. —¿Se acostó con esa mujer y por eso va a casarse con ella? —mi madre suspiró y asintió—. ¿Solo eso o hay más? —ella guardó silencio, tomó mi mano y dijo. —Tendrá un hijo con ella. ---- Mis hermosuras, muchas gracias a MAGGITA_P, GONZALEZ SUHEIDY, ALE, ORII, EDITH ZUÑIGA GARCIA, YURI Por sus votos lunares. Nos leemos la proxima semana, corazones. ---- Copyright © 2024 Valery Archaga / Valarch Publishing LLC Todos los derechos reservados. Obra protegida por Safe Creative bajo el número 2502160128123
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