Katherine
La primera esposa de Evan parecía estar a mediados de sus treinta. Era de estatura media y su cabello castaño claro estaba cortado en una melena perfecta de la que no escapaba un solo pelo. Se veía tan perfecta como la casa en la que vivía.
Al abrir la puerta nos saludó cordialmente, pero no pudo disimular lo extrañada que estaba de recibir personas a las que no conocía en lo absoluto. Y claro que no se sentiría segura, lo noté cuando hicimos contacto visual y juzgó en silencio mi apariencia: las gafas con aumento sin duda serían mi perdición.
—¿Eres el chico que me llamó la otra vez? —Ian asintió y la mujer suspiró agobiada—. Es muy escalofriante que aparecieran de la nada. Pensé que esa chica era una asesina serial con esos enormes ojos.
—Ya quítate eso. Espantas a todos—Te
