Introducción
—Debes andar más rápido pequeña, hay que escapar de ellos — me dijo mamá
Realmente estaba cansada y sentía que mis piernas no me llevarían más lejos, pero debía hacerle caso, si no, ellos nos atraparían y mamá estaría en peligro.
—Mis piernas duelen — dije casi en medio del llanto
Mamá tomo mi mano y siguió halando de mí, en realidad no corríamos, pero si caminábamos rápidos.
—Solo un poco más, estamos cerca del límite — informó — Solo aguanta un poco más y estaremos a salvo — agregó
Sentía los gritos de las personas que nos seguían, eran los guardias de seguridad de mi abuelo, ellos disparaban sus flechas sin remordimientos, las mismas rozaban nuestros cuerpos; de un momento a otro, estábamos corriendo, mamá cada vez halaba más fuerte de mí y mis piernas ya no querían responder, tropecé con mis propios pies y casi caigo al suelo, de no ser por los brazos de mi madre, lo hubiera hecho.
—Vamos, ya casi estamos allí — hablo ella
Sentía casi como un eco a su voz, el cansancio estaba comenzando a afectar todo mi cuerpo y me sentía flotar, lo último que quería era decepcionar a mi madre, pero realmente ya no aguantaba más, todo lo que deseaba era tirarme al suelo y llorar, rogarle a mi abuelo que perdonara a mamá y que no la castigara, que no nos echara del jardín dorado, que tan solo nos perdonara por nuestro fallo a sus creencias. Pero estaba claro que él no lo haría, así que solo me quedaba correr y ayudar a mamá, para que se le haga más fácil.
—Solo dos pasos más — dijo ella con la voz agitada, ella también estaba notablemente cansada.
Miré hacia atrás, solo quería saber que tan lejos de ellos íbamos, pero cometí un error muy grande, mis pies se enredaron y caí al suelo, mama se giró para ayudarme, pero cuando quedo a mi altura, fue por que cayó de rodillas frente a mí, y todo, porque una flecha atravesó su pecho, la sangre salió de su boca ensuciando mi rostro, su mirada fue de dolor, en ella me rogaba perdón por no poder salvarnos, sus ojos se cerraron y su cuerpo cayó sobre el mí, que era el doble de pequeño, mi llanto salió desgarrador de mi garganta y los pasos de aquellas personas se sentían más cerca.
—Allí están — escuche el grito de uno de ellos
—Mami, mami debes despertar — dije — Por favor hazlo por mi — rogué
Ellos cada vez estaban más cerca de nosotras, mis lagrimas seguían saliendo sin parar, lloraba en silencio pidiendo en susurros a madre que despertara, pero ella tan solo no lo hacía, sentí las manos de alguien tomarme por la cintura y alzarme, grité en ese momento, video como el cuerpo de madre caía al suelo.
—Debo salvar tu vida — escuche la voz de una mujer
Volteé mi rostro para poder verla ella era...
Desperté, desorientada, agitada y con mi rostro mojado en lágrimas, aquel sueño seguía atormentándome y era todo lo que recordaba, eso había sucedido cuando tenía tan solo cinco años de edad y después de eso, caí en un coma profundo, cuando desperté, tenía quince años, no sé qué me sucedió ya que no lo recuerdo, esa escena se repite una y otra vez en mis sueños, dejándome saber, como fue que perdí a mi madre.
Mi nombre es Sarahí, tengo 23 años de edad y apenas recuerdo mi infancia, ya que pasé gran parte de esta en un sueño profundo, así es, cuando tenía cinco años de edad, los habitantes del lugar donde vivamos con mamá, se enteraron de mi procedencia, ser hija de una ninfa real y de un brujo n***o, estaba mal visto, eran otros tiempos y los cruces de r**a por así decirlos, eran inaceptables; así que cuando mi abuelo se enteró de la deshonra de mi madre, nos expulsó del jardín dorado, así se llama mi lugar de nacimiento.
Solo recuerdo fragmentos de lo sucedido y eso, gracias a los sueños que se repiten una y otra vez, noche tras noche, hay temporadas en las que mis sueños se hacen mas presentes y no se por qué.
Lo único que deseo saber, es como llegué aquí, no lo recuerdo y cada vez que lo sabré a través de mis sueños, me despierto; hoy día, solo sé que soy la Luna de un lobo, alfa, él asegura que lo soy, me lo dijo en el momento que desperté, en ese entonces solo tenía 15 años de edad.
Tengo una amiga, ella se llama Ley hemos estado investigando, pues ella me asegura que una ninfa tiene también a su alma destinada, y efectivamente, descubrimos que los reconocemos a través del latido de nuestros corazones, si estos se sincronizan con los míos, es porque lo eh encontrado, cosa que no me pasa con Ruzzle, también leímos en un libro realmente antiguo, que cuando encuentre a mi alma destinada, en mi se presentará mi sombra, aquella que cuidará de mí y de él. Las dudas han crecido en mi con el pasar de los meses, no le eh dicho nada a Ruzzle por qué no quiero herir sus sentimientos, para nadie es sorpresa saber que los lobos son sensibles, cuando de sus mates se trata, ellos sienten mas y si los rechazas sufren demasiado, ese es el motivo por el cual, no eh hablado con él del asunto.