CUERVO
Me encuentro en una de las tantas bodegas que tengo aquí en Londres. Estoy sentado en una silla demasiado incómoda para mi gusto, pero es lo que hay, tengo un delantal de carnicería, un cuchillo carnicero y de mis guantes de cuero caen gotas de sangre, intento cubrirme lo más que puedo ya que odio ensuciarme con gérmenes, del exterior, es por eso que no suelo tocar a las personas, detesto el contacto físico, supongo que es porque según mi psiquiatra tengo diagnosticado trastorno compulsivo obsesivo, trastorno sociópata narcisista, personalidad adictiva y soy asocial, un diagnostico bastante largo, para alguien como yo, pero que le vamos hacer, es lo que hay.
Ladeo un poco la cabeza, no quiero tocarme la piel con el asqueroso liquido carmesí, pero los gritos de dolor del imbécil que tengo encadenado retumban alrededor de las paredes de cemento, debo decir que se está volviendo algo molesto, odio el ruido.
Realmente disfruto lastimar a la gente, me encanta ver el miedo en sus ojos cuando notan que la muerte los está rondando.
El ser humano tiene la capacidad de sentirse invencible cuando son ellos los ejecutores, cuando son ellos los que tienen la vida de las personas en sus manos, pero se vuelve cobarde cuando son ellos ejecutados.
Tengo mucha paciencia, pero esta noche, no tengo mucha para este imbécil quejumbroso.
Debo decir que suelo ser demasiado paciente cuando deseo obtener algo, pero hoy, no es ese día.
-No sigas gritando, es molesto – Le digo.
El tipo está demasiado ocupado meándose y cagándose en sus pantalones. Yo lo miro y su mirada se conecta con la mía.
-Si no te callas en ese momento este cuchillo será clavado en tu globo ocular – Le advierto – Me estas cansando.
-¡L-lo siento! ¡Por favor no me hagas daño! – Grita – Te prometo que no lo vuelvo hacer.
-Eso mismo te pedían tus victimas “¡Por favor! No me hagas daño” Pero tú no las escuchaste ¿Por qué tendría que hacer yo lo contrario? – Digo. Mientras poco a poco acerco la cuchilla a su ojo.
Cierra los ojos y los aprieta, yo sonrío, es cómico como cree que haciendo eso, podrá evitar que el cuchillo traspase el centímetro de piel y la hoja afilada no llegue a donde quiero.
-No, no. No – Suplica – Ya te lo dije hombre, me arrepiento de todo el mal que he hecho, te juro que si me dejas vivir me entregaré a la policía y pagaré por mis crímenes.
Sacudo la cabeza, y sigo acercando lentamente más la cuchilla, el sudor cae por su frente y llega hasta su nariz, veo como se mezcla con las gotas de sangre que adornan su rostro. Ya no se parece nada al hombre que capturé hace unas cuantas horas, su rostro es irreconocible por los múltiples golpes, hematomas y cortadas que le he causado.
Ya le he cortado una oreja, además de haberle ya arrancado unos cuantos dedos, le he cortado ambos tendones del talón, un par de puñaladas en lugares específicos, que permite que se desangre lentamente, un hombro dislocado y bueno, varios huesos rotos.
-¡Oh! Lo siento, pero eso no se va a poder, ya que yo te atrapé primero y te voy hacer pagar por los daños causados, me gusta más la forma en que yo imparto justicia.
-¡Vete al infierno! – Grita.
-De allá vengo amigo, me echaron por querer tomar el lugar de Lucifer – Respondo con simpleza.
-Solo mátame ya – Suplica.
Vuelvo a sacudir la frente, necesito respuesta sobre mi próxima presa, es un asesino serial que anda suelto por la ciudad, va secuestrando chicas, las tortura, las abre y le saca el corazón, luego las abandona en una banca de los parques de la ciudad para que sea encontrada. Todo este proceso lo graba y lo monta a la Deep web, para que pedófilos, violadores y demás cabrones lo vean.
-Dime donde está el cabrón que se hace llamar “el destripador” – Frunzo el ceño, ese nombre me parece lo más ridículo del mundo – Y meditaré si te mato ya o más tarde.
-¿Por qué te lo diría si igual me vas a matar? – Veo como se aleja más de la cuchilla.
Suspiro, estoy perdiendo el tiempo, estoy hastiado, cansado, quiero largarme de aquí, tengo cosas que hacer y este hijo de puta me está quitando tiempo.
-Tienes razón, me digas lo que me digas te voy a matar, pero tienes la ventaja de que sea rápido o seguir sufriendo – Me encojo de hombros.
-Nadie de la comunidad sabe su nombre o como es, en los videos siempre hay poca luz, siempre viste de n***o y lleva un pasamontaña – Solloza.
-Esa información no me sirve – Inquiero.
-No sé más, hombre – Se lamenta – Eso es lo único que sé, te lo juro.
Chasqueo y aprieto más el mando del cuchillo.
-Genial, de todos modos, gracias – Digo casualmente, como si no lo hubiera estado torturando para hacerle pagar por todo el daño que ha causado – No me gusta ser mal agradecido, pero…
Le digo, justo antes de balancear mi brazo hacia atrás y hundir la totalidad de mi cuchillo en su pupila.
Gruño cuando la sangre salpica mi rostro. El hijo de puta muere instantáneamente.
-A los pedófilos, violadores y asesinos seriales hay que matarlos, no encerrarlos en una cárcel donde sigan robando el aire que yo respiro, eso me molesta de la justicia, no se les debe perdonar la vida, se les debe infringir el mismo dolor que causan a sus víctimas – Le digo como si pudiera escucharme.
Saco mi cuchillo de su ojo, el ruido que se hace, acaba de dañar cualquier plan que tenga para comer algo. Maldigo porque estoy cubierto de sangre y detesto estar sucio, me pica la piel.
Disfruto una buena sesión de tortura, pero me molesta los sonidos que la acompañan, tomo nota mental, para la próxima sesión que tenga primero les corte las cuerdas bocales o les saque la lengua, así me evito todo el ruido molesto.
Ahora viene la parte que más me molesta, desmembrarlos en pedazos y deshacerse de ellos correctamente. No confío en otras personas para que lo hagan, si las cosas no las haces tú mismo, no quedaran como tu deseas, eso es lo que siempre pienso, pero con mi problema de TOC, se me dificulta un poco.
Maldigo mil veces, debí hacerlo llevado a la bodega donde tengo los conteiner llenos de ácido, así haría el trabajo más rápido y no me ensuciaría.
…
Después de deshacerme del cuerpo del hijo de puta, llego a una de las oficinas que tengo en la ciudad, necesito darme un baño y salir por algo de comer.
Cuando estoy por vestirme con algo casual y salir a comer algo, porque me dio hambre, mi celular suena.
-¿Ya está en el evento?
-¿Cuál evento?
-Tiene que ir al evento de inversores ¿Lo olvidó?
-Maldita sea, no lo recordaba.
-Tiene el tiempo justo…
-Ok.
-Y ¿S?
-¿Qué pasa?
-Intenta no intimidar a las personas, por lo menos trata de saludar, se amable, no los mires con cara de pocos amigos y no los ignores.
-¿Por quién me tomas?
-Por alguien que odia socializar, que detesta el contacto físico, que es un asocial y.
-Ya entendí. Si tanto te preocupa ¿Por qué no vas tú?
-Yo no soy el jefe.
Con eso cuelga la llamada y yo tomo aire, odio estos eventos, odio tener que socializar para mantener a los inversores y mantener la maldita fachada de mi verdadera ocupación.
Me coloco un traje de tres piezas, tomo las llaves de mi auto y me pongo en camino al maldito evento.
Después unos minutos estaciono mi auto, me bajo y entro al lugar. Observo todo, llevo puesto mis guantes de cuero por si intentan saludarme.
Al llegar al gran salón, intento observar a todos los presentes, estoy aburrido y eso que acabo de llegar, mientras hago un repaso del lugar, mis ojos quedan atrapados en la por la chica que está dando la bienvenida, mi cuerpo se paraliza, alguien choca conmigo, logra sacarme del trance en el que me he sumido.
Me enfurezco así que, me giro para discutir con el culpable, pero la persona, intenta discutir conmigo, pero apenas ve mis ojos se disculpa y sigue su camino.
Regreso mi mirada a la jodida cosa más bella que he visto en mi vida.
Su cabello rojizo largo y ondulado, piel cremosa y blanca como la nieve, mejillas rosas, su cara refleja una inocencia que me impulsa que la corrompa. Sus ojos son los que me mas me hipnotizan. Denota sensualidad e inocencia, es de ese tipo de chica que siempre denota seducción sin esforzarse.
Una mirada de esta chica y pondría a cualquier hombre de rodillas, y entre ellos me incluyo.
Sus labios carnosos, estirados en una gran sonrisa radiante, parece un puto sol y mi oscuridad reclama un poco de su luz.
Necesito saber cómo se llama.
He visto muchas mujeres hermosas en esta vida, tambien he follado bastante, aunque odio el contacto físico eso no me impide que calme mis necesidades sexuales.
Algo de ella me cautiva, es como si alguna fuerza estuviera a mi espalda impulsándome hacia ella, me está arrebatando cualquier resistencia que intente poner.
Mi cabeza a dejado de funcionar, el oxígeno me falta, los pensamientos coherentes han saltado por la borda, toda esa mierda me abandona cuando la escucho hablar.
Mierda.
Las rodillas se me debilitan y el pulso se me dispara, sin duda es posible que ella sea la única cosa más bella que exista en este puto mundo. Acabo de encontrar el significado de la vida.
La escucho hablar ¡Joder! Su voz es puro humo, me muerdo el labio inferior, tengo que hacer uso de todo mi auto control para contener un gemido.
Me apoyo en la pared y la miro cautivado, es una pequeña creatura, es como una gacela, mi gacela ahora.
Ella es una gacela y yo soy un león ¿Qué pasa cuando esos dos animales se encuentran?
El león termina por comerse a la gacela.
Siento como algo se va apoderando de mí, algo inexplicable se acentúa en mi pecho, algo oscuro, malvado y realmente peligroso.
Ese sentimiento de querer alcanzar su luz y apagarla con mi oscuridad, quiero romperla, hacerla pedazos. Para luego arreglarla y así pueda encajar cada pieza con las mías.
Soy del tipo de hombre que no es bueno, todo lo que me rodea es caos y destrucción, pero ahora, estoy seguro de que haré algo que sobrepasaré los limites, y cuando lo haga nunca más podré regresar.
Pero que puedo decir, no hay una pizca de mi a la que esa mierda le importe.
Porque me acabo de obsesionar con mi próxima presa.
Me he vuelto adicto.
Con gusto voy a cruzar esa línea, si con eso significa hacerla mía, no me importa si tengo que obligarla.
La decisión ha sido tomada, puedo ver como esos hermosos ojos conectan con los míos, chocando con fuerza que casi hacen que las rodillas me fallen. Y algo dentro de mi comienza a revolotear, es como si estuviera tan embelesada conmigo, como yo con ella.
Después de unos minutos rompe el contacto visual y yo sonrío para mis adentros.
Ella ahora no podrá escapar de mí.
Me acabo de encontrar a una deliciosa gacela, y no voy a descansar hasta cazarla y comérmela completa.