Confianza

1067 Palabras
Pasaron 3 días desde la conversación con Ale en su auto, y desde entonces no volví a verlo ni a saber de él, y creo que puede ser mejor así, aunque todo lo que paso me dejo un sabor amargo pero ese no es mi problema y no quiero tener nada que ver con todo eso.  Llegué al trabajo como todas las mañanas, me puse a revisar la agenda de la Sra Macown, algo llamó mi atención, tenia para este día a la noche una reserva de viaje que había anotado la antigua secretaria: Vuelo a New York 22hs , reserva de dos pasajes para la Sra Macown y compañía. Se iría con Ale?, basta Sofi eso no es asunto tuyo. Me dirijo a la oficina de mi jefa a llevarle unos papeles que tiene que revisar, golpeo la puerta  y una voz masculina me asombra, aunque ya sabía de quien se trataba me hice la desentendida y pase. Buenos Días Sr. Macown venía a dejarle a su madre unos papeles que tiene que firmar  -Déjalos en el escritorio y ahora los reviso- respondió sin mirarme -La Sra Macown se encuentra bien? no sabía que hoy no estaría. -Ese no es asunto tuyo , mi madre tiene que viajar y esta preparándose, así que lo que resta de este día y toda la semana que viene tu jefe seré yo, ahora podes volver a tu trabajo- dijo y yo me quede sorprendida por la forma en que me habló, salí furiosa por dentro por el trato que me había dado, parece que se olvido de todo lo que había pasado. Volví a mi despacho y se acerca una rubia de ojos azules despampanantes  -Buenos días, debes ser la nueva secretaria, un gusto, yo soy Lucía y estoy buscando a Ale  -Hola, un placer , claro, ahí le informo que lo esta buscando- dije mostrando una falsa sonrisa -No, esta bien , se donde queda la oficina y quiero darle una sorpresa, muchas gracias cariño-  sonrió la rubia dirigiéndose hacia donde estaba Ale.  Desde mi despacho hay una puerta que conecta directamente con el de Ale, así que pude escuchar algo de lo que conversaban. -¿que mierda estas haciendo acá? te dije que este es mi lugar de trabajo y no quiero que vengas -Pero Ale, es que hace días que te llamo y no respondes, fui a tu casa y no atendiste, pensé que todo estaba bien entre nosotros, o al menos así fue la noche que dormimos juntos. -Lucía hace 2 meses que ya no estamos juntos, por favor, y lo de la otra noche, estábamos pasados de copas, bien lo sabes. ahora hazme el favor de retirarte , tengo mucho que hacer- le dijo Ale abriéndole la puerta e invitándola a salir. Y sin más, la muchacha se fue y ni siquiera se despidió. -Sofía necesito que me traigas los contratos para firmar y dos cafés- gritó desde su despacho, dejando la puerta abierta -Claro Sr, enseguida- contesté, y me dirigí rápidamente a la maquina expendedora a preparar lo que me había pedido. -Acá tiene Sr. ¿espera a alguien? por los dos cafés digo, ya que en la agenda no tiene ninguna cita. -Es para vos, sentate- dijo mirándome a los ojos.  Y cuando estaba por sentarme, de un salto terminó parado al lado mío, se puso tan cerca que podía oír como latía su corazón. -No sé que hiciste conmigo, pero joder Sofía, no puedo dejar de pensar en vos un solo instante.- mientras con sus manos me acercaba hasta quedar pegada a su cuerpo, es que tenía una fuerza increíble, se veía tan grande al lado mío, y era tan dominante, que no podía resistirme ni emitir ningún tipo de queja. -Ale estoy trabajando y creo que esto no es apropiado, aparte sabiendo a lo que te dedicas cuando sales de este lugar, me parece que lo mejor es mantenerme alejada- dije, intentado salir de su agarre, pero sus brazos eran tan fuertes, que mi lucha fue en vano -Ay Ay Sofí, es que acaso realmente crees que puedo tener algo que ver con aquel lugar?  Es algo difícil de explicar, y no es momento para que lo sepas- mientras apoyaba su frente con la mía y respiraba el mismo aire que yo exhalaba -No lo sé, es que apenas te conozco, y si hay algo que no hay entre nosotros es confianza, pero claro eso depende de ti, o me cuentas que es eso tan misterioso que ocultas, o mejor dejamos todo así, vos mi jefe, yo tu secretaria.- dije apuntando con mi dedo en su pecho. Pero el espacio que había entre los dos era tan reducido y los segundos que pasamos mirándonos a los ojos parecía eterno, en el momento que intente separarme, me acercó más a él y terminamos con nuestros labios pegados, fundidos en un apasionante beso, nuestras lenguas bailaban, luchaban por dominar , pero yo , yo me dejaba ganar, es que ese hombre podía hacer de mi lo que quisiera, como si lo hubiera conocido toda mi vida, como si toda mi vida lo hubiera estado esperando, y mientras nos besábamos sus manos acariciaban mi cuerpo y mis manos arañaban su espalda, nuestras bocas seguían fundidas, y nuestras manos se recorrían con total desesperación. Me subió encima del escritorio como si yo fuera una pluma, desabrochó mi camisa de un tirón y comenzó a besarme el cuello, fue bajando hasta mis pechos ya duros de la excitación, mientras yo dejaba escapar un gemido el seguía chupando, lamiendo cada parte de mí. Estaba totalmente entregada -Ale por favor te necesito dentro mío ahora, es que ya no puedo aguantar -Tranquila pequeña, tranquila, quiero recorrer cada parte de tu cuerpo,  quiero sentir tu sabor- hablaba en mi oído mientras daba pequeños mordiscones en mi oreja  con su mano dentro de mis bragas tocándome y jugando, dejándome casi al borde del orgasmo. Me dio vuelta dejándome apoyada sobre mis codos en la mesa , me tomo de la cintura y de un golpe metió su m*****o dentro de mí -Aaahhh joder, sí- dije mientras me embestía con fuerza y delicadeza a la vez, entre suspiros, gemidos, besos alcanzamos el orgasmo a la vez. -Prometo, pequeña, prometo que cuando acabe esta semana te daré lo mas preciado para mí, te contare todo y te regalaré mi confianza.
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