Dennis.
Observo cómo mis padres charlan animadamente con Emely. Es evidente que les ha caído en gracia de una manera excepcional. Emely posee una extroversión magnética, capaz de llevar la conversación por sí sola. Mi madre, Eika, está inusualmente habladora, radiante de felicidad. Dean, en cambio, se mantiene reservado, interviniendo solo cuando mis padres, Alexandre y Gabriel, le preguntan directamente sobre la relación o el trabajo en la empresa.
Darren, mi mellizo, no deja de sonreír como un completo idiota. La adoración con la que mira a Emely es algo que jamás había presenciado en él.
El inesperado beso que se dieron mi mellizo y Emely frente a todos hace un momento nos tomó por sorpresa. Todavía proceso la imagen de sus labios unidos. No sé qué pensar de ese beso. No sé si me res
