Emely. —La publicidad salió realmente bien. Han sido tendencia en todas las r************* , Emely —comentó Katie, revisando su tableta. Estábamos reunidos en mi oficina en la academia: David, Ángel, Katie y yo. Henry también estaba presente, pero se mantenía apartado y visiblemente molesto. Mi amigo parecía inmerso en una batalla de celos, a pesar de que sus parejas le demostraban constantemente que él era su prioridad. Era una tensión palpable, y David intentaba aligerar el ambiente. —Bueno, no nos hagamos ideas preconcebidas —intervino David, impaciente—. En menos de una hora abrimos las inscripciones, y no espero ver una fila inmensa de padres con sus hijos. No quería ilusionarme. Sabía que mi reputación no era la mejor entre ciertos círculos de padres conservadores, debido a mi re

