Dennis. Caminaba de un lado a otro por el despacho principal, incapaz de quedarme quieto. La idea de que Emely y la pequeña Luz hubieran estado a merced de esa persecución, con mi prometida temblando al otro lado del teléfono, era intolerable. No podíamos permitir que la situación se saliera de control; el primer error de su padre había sido subestimar nuestra vigilancia. Sin embargo, no teníamos información precisa, y lo único que podíamos hacer era esperar la confirmación de Jackson. —Mal momento para que ese hombre haya hecho esto —mascullé, sintiendo la frustración quemarme por dentro—. Ha escalado el riesgo sin importarle que hubiera una niña involucrada. Ahora, todo se pondrá peor. Ya dio el primer paso al seguirla; puede que el siguiente sea mucho más peligroso. —Jackson —Dean ac

