Capítulo 67
Problema mayor
Sin quitar el agarre la llevó a la silla, no está sola eso es seguro debo ser rápido. La obligó a sentarse en la silla, no tengo que decirle qué hacer cuando ata sus pies, muevo la mano que tengo en su cuello y suelto para agarrar su otra mano. Me posiciono tras ella para atar sus manos. Agarró a Gales y le doy un beso para sentarla en la cama. Me dirijo a cerrar la puerta y pararme frente a ella Le doy una sonrisa, me observa molesta. Ahora que la veo y la cicatriz que tiene en su mejilla sé dé donde la recuerdo.
—La cicatriz en tu mejilla debió ser una advertencia —mencionó con burla
—Púdrete imbécil —ladra molesta
—Sabes Luisa debería enviar gente mejor capacitada —determinó. Su cuerpo se tensa me ha dado una respuesta asertiva—Quiero que le des un mensaje, Me casaré con ella si detiene esto —paso mi lengua por mis labios, no me siento cómodo diciendo esto —Puedo volverme viudo en cualquier momento —me burló levantándome
Busco en sus pantalones hasta encontrar varias cosas y unas llaves.
—Espero y tu compañero no te importe —insinúo levantándome
Grita, sin embargo, ya le coloqué la mordaza. Extiendo mi mano a Gales que corre hasta mí aún con la cobija en su cabeza. Seguimos así hasta llegar al estacionamiento, le ayudó a subir a la camioneta y me agachó para darle un beso y le quitó la sábana para llevármela.
—Espera por mí —susurro, salgo y cierro la puerta
Camino por el lugar hasta la camioneta que no vi aquí me doy cuenta de que está distraído. Abro el tanque donde está la gasolina y meto la punta de la sábana. Parece ansioso ya se está preocupando por ella, es cuando veo otro acercarse a la camioneta del otro lado. Con mi encendedor prendió fuego a la sábana y observó cómo se prende mientras me alejo. Escuchó un gritó me doy vuelta juzgó cuando lo hago ella me ve, le doy una sonrisa y me coloco la capucha para llegar al auto, al parecer me dejaré de tres.
Llegó hasta el auto, Gales se aproxima para sentarse en el copiloto y observar el desastre quiero negarme mientras retrocedo el auto. La explosión Se hace presente. Gales jadea y me observa, le sonrió para intentar tranquilizarla. Mantengo el camino antes de que esto sea un caos, salgo del sitio como un loco más huyendo de la policía que pronto estará aquí, es hora de llevarla a casa. El camino es silencioso, pero no hay tensión me siento tranquilo mientras ella observa la ventana y me observa de reojo con una sonrisa.
—Silas —murmura llamando mi atención cuando estamos a una cuadra de llegar
La regreso a mirar dándome cuenta de que se ha quitado el pantalón, me estaciono y observo nuestro alrededor, verificando, se deja caer en mis piernas y comienza a desabrochar mi pantalón esto será directo. Desabrochó sus sudaderas sin quitar el gorro, no quiero que nadie pueda llegar a verla. Dejo una daga en el asiento de a un lado por si es necesario. Levanto su blusa y bajo las copas del bra para amasar sus pechos apretando sus pezones. Jadeo cuando su mano aprieta mi m*****o y comienza a masturbarme. Alza la cadera haciéndome sentir su humedad conforme entro, siento las palpitaciones de su v****a apretarme. Llevo a mi boca sus pechos dejando marcas mientras ella gime sin control moviéndose, buscando su placer.
—Muy pronto serás mi esposa, me encargaré de que no puedas escapar de mí —murmuro dejando un camino de besos hasta su cuello, comienza a moverse más rápido —Te follaré todos los días y me encargaré de llenarte de bebes —jadea buscando mis labios, en eso parece estar de acuerdo
Abrazo su cuerpo contra el mío, sus manos tiran de mi cabello cuando obtienen su orgasmo llevándome al mío, los dos estamos jadeando. La alejo un poco de mi cuerpo y le entrego la daga con una de las fundas de las mías.
—Confió en que la cuidaras —sus ojos se hacen agua —No llores, odio verte de ese modo —afirmo dándole una sonrisa, asiente limpiando su cara
Vuelvo mi vista alrededor mientras acomodamos nuestras ropas, Bajo la ventana de mi lado ahuyentando el olor a sexo. Llego a la entrada y las puertas son abiertas. Fausto está ahí apuntando, al parecer si tienen medidas más fuertes.
—Código —exige
Abro la puerta y levanto las manos, cuando me reconoce da la orden de bajar las armas, Gales sale del auto quitando por fin el gorro. Trae una sonrisa enorme.
—Joven Silas debemos irnos —dice quien es la jefa de seguridad de mi casa, tienen el cabello corto y de cuerpo trabajado
Lis es bonita si haces a un lado el hecho de que podría encajarte un cuchillo en el cuello, de lejos puedes deducir que esta mujer tienen tatuado peligro en la frente.
—Tú no podrás ser un impedimento para nuestro amor —dramatizo, Gales suelta una carcajada
—Eres un psicópata nivel diez, mantenerte en casa será un reto que estoy dispuesta a aceptar —finjo dolor, no había escuchado el término psicópata
—¿No piensas defenderme? —miro a Gales que finge sorpresa
—¿Cómo puedes decir eso de él? —la reprende —Solo explota autos —suelto una carcajada y me acerco a ella para darle un beso
Jack aparece corre hasta mí, lo alzo en brazos y le doy un beso en la frente.
—Nos veremos pronto —afirmo despeinando su cabello
Me despido de Joe con un asentimiento con la cabeza y me dirijo al auto en el que me esperan cuatro personas voy en la parte de atrás con dos de ellos igual que la parte de frente. Hoy ha sido un día lleno de muchas cosas, me he enterado de algo que es vital para mí y que debo estar alerta, ya que Luisa va a aplicar la de sí no eres mío no serás de nadie.
—Algunas mujeres sobrepasan la estupidez —creo que lo dije y no lo pensé
Creo que si es así fue— tu culpa por no ser delicado al rechazarla —dice el conductor, sabe a lo que refiero
—Necesito un enlistado de todos los matones posibles de la zona o que por una buena cantidad se moverían —determino, Liz asiente tecleando en su teléfono
—¿Alguno en especial? —dice dándome una mirada
—Probablemente, habrá dos muertos y una herida por un accidente, investígalos —no parecen sorprendidos, considero que haremos buen equipo, aunque no les diré todo
Es un hecho que debe entrenar como si mi vida dependiera de esto, al no tener con que chantajear hará otro movimiento. Tengo unos días para prepararme para el golpe. La situación de Abigaíl es complicada, pero sé que arreglara esto aunque creo que esta situación afecta más a ella que a mí.
Aunque le agradezco porque no recordaba mucho de este asunto y eso me hace pensar en volver a pensar en todo lo que dejado atrás y que debo de comenzar hacer una lista de las cosas que se necesite arreglar. Reflexiono los distintos escenarios que puedan ser un problema quizá mis arranques de ira, sin embargo, no he tenido uno grande hace años. He ido a terapia para reivindicarme con la sociedad, perfecto argumento.
Analizo a las personas que he conocido y trato de recordar si en algún punto afectaría su rencor contra mí, ¿Debería disculparme? No lo considero fiable, sería considerado algo estúpido, mantendré la frente en alto, a menos que sea Gales ya comprobamos que agacho las orejas por ella. Luisa es una persona de muchas artimañas, un enemigo que podría considerar nato, esto es un berrinche de su parte que ha logrado tambalearme.
Aunque me gustaría ser considerado con ella por el hecho de ser mujer no es posible, ya que ella me va a atacar aprovechándose de eso, apuesto a que lo piensa. Así que tengo que atacarla como si fuera igual. ¿Hablar con su hermano? Es un caso perdido él esta de seguro apoyándola, de otra manera no creo que se le ocurriera algo tan inteligente como chantajear a la esposa de alguien tan poderoso para atacarme. Ahora me siento tranquilo de reflexionar que Luis solamente es un peón en este tablero, es solo un medio para llegar a un fin. Este simple hecho empezó solamente porque mi padre hizo una simple broma que ha creado este caos, si esto no fuera conmigo seria con cualquiera de mis hermanos, la ventaja es que sé lidiar con esto.
“Problema solucionado, las ratas han caído en la trampa” leo el mensaje de un remitente desconocido
“Perfecto, hay plaga en mi casa” contesto, sé que es ella
Llegamos a casa y mis niños están dormidos, veo el reloj de la sala son las 6 de la mañana, no he dormido, pero me siento tranquilo. Observo a las 10 cabezas agregadas, sí que fue en serio Fray. Me siento en el sillón y es así como me quedo dormido hasta que me quedo dormido, Soy movido haciendo que despierte, me encuentro la sonrisa de Laura.
—¿Cómo está? —cuestiona entregándome un café
Me siento y paso mis manos por mi cara y agarro la taza, me encuentro a mis hijos jugando a un lado mío. Me observan despierto y corren hasta mí, tengo cuidado de no quemarlos.
—Está mejor —le doy una sonrisa y mis chicos sonríen alegres
Desayuno y me doy un baño, la ventaja de tener a 26 guaruras en casa cuidando es que puedo entrenar con ellos y Lis fue la que me dio una paliza aunque ahora sé que puntos no cubre ahora que analizo nuestro encuentro.
—Hay una señorita llamada Abigaíl en la entrada —anuncia uno de los guardaespaldas
—Déjenla entrar —afirmo mientras le enseño a mis hijos jugar ajedrez
No escucho más hasta que unos pasos apresurados que se acercan. Alzo la vista para mirarla. Abigaíl, trae un vestido n***o que se amolda a su figura, ella se apuró a cremar el cuerpo de su padre y dejarlo en algún lado, me sorprendería que no estuviera en la basura, por como se expresó cuando me llamo. Está más sonriente como parecer que esta de luto, trae algo que considera importante y que solo ella podría conseguir es cuando deja caer una carpeta en mis piernas. Le doy una ojeada encontrando la información que Lis no pudo encontrar. Hay un rostro que reconozco al final, sonrió regresando a verla.