CAP 14

1086 Palabras
Desde mi ultimo intento de escape, mis días solo era un infierno de dolor y silencio. El doctor viene cada mañana, cambiando las vendas con sus manos frías, ignorando mis gemidos de dolor cuando el alcohol deja las heridas abiertas. Lev no me deja morfina; Dice que el sufrimiento me enseñará obediencia. Duermo poco, y el eco de las balas aún resonaban en mi mente, era obvio que ese idiota me dejo un trauma… Una noche, una de las sirvientas estaba preparándome para ayudarme a asearme, en su expresión se notaba preocupación y miedo, ella veía mi expresión vacía, sus manos temblorosas intentaban ser gentiles y con cuidado de no tocar mis heridas. Lev entra a la habitación con su cuerpo grande e intimidante ante los ojos de la sirvienta, una máscara de hielo que oculta la tormenta debajo. Se dirige a ella con voz baja y fría. —Sal de aquí. Yo me encargaré. La mujer asiente con la cabeza baja y sale rápidamente, cerrando la puerta detrás de ella con un clic que resuena como una condena, dejándome a solas con Lev. Se acerca a mí con pasos pesados y se agacha, quedándose a mi altura, viéndome fijamente mientras yo solo veo el suelo, impidiendo su mirada como si fuera un veneno. —Mírame… —habla Lev en voz baja, pero no quiero hacerlo; Lo odio con cada fibra de mi ser. —Mírame, Anya. No lo repetiré. Levanto la cabeza con sumisión forzada, sin poder aguantar mis lágrimas combinadas con rabia al verlo: sus ojos eran vacíos y fríos, no le importaba nada, simplemente se acerca y lame mis lágrimas saladas junto con besos de falsa ternura, invadiendo mi cara. —Sabes que te amo, más que a nada en este mundo, y tú y ese bebé son míos —susurra, su aliento caliente contra mi piel, un contraste enfermizo con su frialdad. Con un movimiento repentino, rodea sus manos en mi nuca y mi mandíbula, apretando con fuerza, provocando que suelte un grito ahogado mientras él tiembla, luchando contra sí mismo. —Dime que no volverás a escapar —susurra en mi oreja entre dientes, su voz era venenosa, pero no respondo, solo estoy asustada, mis lágrimas brotando aún más, calientes y amargas. —¡¡Dímelo!! ¡¡Dime que te quedarás conmigo y no me dejarás, o mataré a tu familia!! —grita Lev, su voz rompiendo el silencio como un trueno, sus dedos clavándose más profundo, un dolor que me hace ver estrellas. Sus palabras me derrumban, la idea de hacerle daño a mi familia me aterraba más que perder mi propia vida, un miedo que me aplasta el alma. —¡¡Sí, me quedaré contigo!! —grito entre sollozos, mi voz quebrada. Lev me suelta y me besa en los labios con fuerza, un beso posesivo y desesperado. —Nos iremos a Rusia en dos días, mi amor. Juro que serás feliz conmigo. Lev se aparta de mí mientras me derrumbo entre llantos incontrolables, y me carga en brazos, llevándome al baño como si fuera una muñeca rota, me sienta en una silla y me quita la bata dejándome expuesta ante él. Solo me miraba con ojos hambrientos y las marcas y cicatrices que él me ha dejado solo lo excitaban más, un fuego enfermizo en sus pupilas. Me toma con cuidado y me mete a la bañera, asegurándose de que el agua no toque mi hombro y mi pierna herida. Empieza a enjabonar mi cuerpo de forma anormal, muy seductora, el hijo de puta, sus manos deslizándose por mi piel como serpientes, enjabonando más que todo mis pechos y parte íntima, sus dedos invasivos provocando un escalofrío de repulsión y miedo. —Eres perfecta así, rota para mí… —susurra, su voz un ronroneo oscuro, Un baño que se convierte en una tortura seductora, mi mente gritando en silencio mientras mi cuerpo me traiciona con temblores. Sus manos siguen deslizándose, enjabonando cada curva con una lentitud deliberada, sus dedos rozando mis pechos, apretando con una posesión brutal. El jabón quema en las heridas, un dolor punzante que se mezcla con su toque invasivo, bajando a mi parte íntima, explorando como si fuera su territorio. Intento no reaccionar, mi mente era un caos de odio y miedo, pero mi piel se eriza bajo sus caricias que me daba un asco profundo. —Relájate, mi amor —murmura, su aliento en mi cuello, lamiendo una gota de agua salada de mi piel—. Esto es para ti. Para nosotros. Me gira suavemente en la bañera, el agua chapoteando con un sonido viscoso, y me besa el hombro herido, ignorando mi gemido de dolor. Sus manos se vuelven más audaces, una deslizándose entre mis piernas que me hace apretar los dientes. Mi cuerpo responde a pesar de mí, un orgasmo forzado que sabe a derrota y humillación. Cuando termino, me saca de la bañera como si nada, y seca mi cuerpo con una toalla áspera que raspa mis heridas, sus ojos nunca dejando los míos. —Ahora estás limpia… —dice con una sonrisa siniestra, vistiéndome con su ropa, un camisón que me quedaba grande. —Duerme. Mañana nos prepararemos para Rusia. estaba derrotada, débil y humillada, pero sus palabras me golpearon, antes de que lev salga de la habitación tomo su mano como una sumisa, era tan humillante pero solo quería una sola cosa. Lev voltea confundido y sorprendido por mi movimiento, el sabe que normalmente era malhumorada. Con debilidad me levanto de la cama intentando ignorar el fuerte dolor de mi pierna y tomo su brazo, abrazándolo para que no se vaya. —Lev, sí iré a Rusia contigo, te pido un favor. Solo un simple favor… —mi voz sale quebrada, un susurro de desesperación que me quema la garganta. Lev endurece su mirada, sus ojos volviéndose acero frío, pero al verme tan sumisa debajo de él, solo le da ternura, una debilidad que lo hace humano por un instante. Me toma en brazos para descansar mi cuerpo y me sienta de nuevo en la cama, su mano acariciando mi cabello como si fuera un perro obediente. —dime que quieres mi amor… habla con su tono frío pero con su toque de ternura. Trago saliva nerviosa —te pido que me dejes contactar a mi familia solo para que sepan que estoy bien y para despedirme de ellos. Quería oír la voz de mi familia una ultima vez ya que había aceptado mi derrota…
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR