BERLÍN, ALEMANIA.
Bien, lo había esperado y era lo que ahora tenían en sus manos. Becca recibió en su correo la demanda de divorcio que Johan había presentado para ella. Leyó cada una de sus exigencias cuando estaba dentro de su auto pensando en que era lo que iba a hacer ahora. No estaba arrepentida de haberle hecho eso a Christof, el maldito lo merecía, pero ahora debía atenerse a las consecuencias.
No quería imaginar la decepción de Henrik al saber que no era su hijo, aunque ahora que lo pensaba con atención deducía que era lo mejor, así no tenía que darle vergüenza tener como progenitora a una infiel de la que se decía cientos de cosas por la prensa Alemana.
Suspiró.
Henrik estaría mucho mejor si Baunk se lo decía, así que no tenía miedo al respecto, pues si lo hacía, tal vez s
