capítulo 1
Luciana Rodríguez, una ingeniera Química con muchas ideas, pero con bajo presupuesto, tras tener un encuentro inesperado con una mujer de avanzada edad, que resultó ser la matriarca de la familia contreras. Una familia destacada en la alta sociedad por su constante crecimiento económico y constantes logro a nivel científico, decide aceptar un matrimonio por conveniencia, con la intención de poder llevar a cabo sus proyectos y conseguir su trabajo soñado.
Para ella el amor no era prioridad, su única prioridad era alcanzar el éxito y sacar a su familia adelante, aún si eso significaba que tenía que estar con un hombre que no le inspiraba ni malos pensamientos.
Sebastian Contreras no quería a Luciana, incluso podría decir que la odiaba, él tenía una novia antes de que ella entrara en escena, su abuela insistió en que él debía casarse con ella y que esa era la única manera de que él pudiera heredar la fortuna, así como él negocio de los contreras.
El dinero no era prioridad para Sebastian puesto que era hombre bastante Competente y podía rápidamente volver a tener dinero, pero como última voluntad de su abuela Sebastian decidió aceptar, pero se prometió a sí mismo que nunca aceptaría a Lucíana y que luego de que se cumpliera el periodo puesto por su abuela no dudaría en divorciarse de la chica.
La boda se celebró en una sala privada de un restaurante, sólo habían asistido Sebastian, Luciana, La abuela de Sebastian y el asistente de Sebastián, quienes fueron los testigos de la unión matrimonial, los familiares de Luciana no asistieron ya que esta se negó a hacerlos partícipes de un matrimonio falso.
Sebastian conoció esa misma noche a Luciana su abuela se había negado a presentarlos antes porque esperaba que después de matrimonio se llevaran bien.
Tras haber firmado el acta de matrimonio, la matriarca de la familia llevó a la pareja a una cena en una sala privada y preparó una habitación de antemano y con la intención de que ambos consumaran su matrimonio, puso algo en las bebidas de ambos.
Luciana se dio cuenta de que ambos habían sido drogados, aunque la relación entre ella y Sebastian no era buena, ella creía que cuando todo terminara, si ambos estaban de acuerdo podían llegar a ser al menos socios comerciales.
— Oye, parece que alguien nos drogó.
Sebastian se estaba sintiendo incómodo pero no lo demostraba, no tenía idea de lo que era hasta que Lucíana le dijo.
Con una mirada llena de resentimiento, la miró a los ojos y apretó su cintura de forma agresiva — Crees que voy a caer en tus trucos, no me acostaría contigo aunque fueras la última mujer en el planeta tierra.
Luciana sabía que no sería fácil llevarse bien con Sebastian pero dado que ella había aceptado casarse con él, tenía que soportarlo por al menos 1 año. Sin darle importancia a sus comentarios despectivos y resistiendo la incomodidad que sentía, se alejó del salón y fue seguida por Sebastian.
En la habitación presidencial que había sido adornada con pétalos de rosas, ambos lucharon por mantenerse sobrios mientras reprimían su deseo.
Lucíana sacó un frasco de su bolso y una jeringa y se inyectó su brazo.
Sebastián la miró perplejo — ¿Que te acabas de inyectar?
— El antídoto, imbécil ¿pensaste que quería acostarme contigo?
Sebastian observó a la mujer, con emociones encontradas, pensó que ella había manipulado a su abuela para casarse con él, pero sus ojos no reflejaban ni un poco de amor.
La mujer tomó otra jeringa y la volvió a llenar del líquido — No te muevas.
Sebastian no le daría su brazo si no hubiese visto que ella misma ya se había inyectado el líquido.
Luciana se acostó en la cama al poco tiempo que su mirada se volvía más pesada. El antídoto provocaba que las personas se quedaran dormidas, videos para que la droga fuera expulsada más rápido.
Sebastian también sintió que sus ojos cada vez estaban más pesados y decidió acostarse en el sofá.
A la mañana siguiente, el sonido de la puerta los despertó de su sueño, la voz de Mariana Contreras, la abuela de Sebastian se escuchó en la puerta.
Toc Toc Toc…
Ambos se despertaron apresuradamente, aún llevaban su vestido de novia y traje .
Luciana sabía lo que la vieja quería y estaba segura de que la idea de drogarlos fue de ella, ya que la había escuchado de antemano hablar con alguien sobre eso, por esa razón pudo prepararse con tiempo y conseguir la medicina que contrarrestaban la droga.
sin importarle nada comenzó a quitarse el traje de novia frente a Sebastián que parecía furioso.
— ¿Qué haces, estás loca?
Luciana lo miró a los ojos con cierta molestia — ¿No te parece extraño que tu abuela venga a esta hora para buscarnos? es obvio que ella nos drogo, ahora tenemos que hacerle creer que tuvimos sexo para que nos deje en paz.
— Un momento ¿tú no planeaste esto?
— No, idiota, ni siquiera me gustas, solo espero que él año pase rápido para que podamos divorciarnos.
Sebastian parecía confundido, siempre pensó que ella había propuesto el matrimonio porque estaba enamorada de él, pero por sus palabras se dio cuenta de que la historia era más complicada de lo que él pensaba.
Luciana siguió quitándose el vestido hasta quedar en ropa interior, desordenó su cabello de manera que pareciera que la habían arrastrado por toda la habitación y luego miró a Sebastian que no se había quitado nada.
— ¿Qué estás esperando? ¡Quítate la ropa!
Sebastian rápidamente accedió y sé quitó la ropa hasta quedar solo en bóxer, su m*****o parecía muy activo y Luciana se burló de él — Al menos soy lo suficientemente atractiva para lograr esa reacción.
Sebastian frunció el ceño — No es por ti, me acabo de levantar y es normal.
Lucíana asintió sin darle mucha importancia a su comentario y se colocó la camisa blanca de Sebastian, pero sentía que algo le faltaba. Pensó por unos segundo y se volvió hacia él — Hazme algunos chupones en él cuello, creo que eso le demostrará a tu abuela que hubo acción.
Sebastian se negó y Luciana volteó los ojos — Definitivamente eres un inútil, si no eres capaz de ver las intenciones de tu abuela, no creo que seas capaz de dirigir la empresa de tu familia.
El hombre la miro con sentimientos encontrados pero no le dió ninguna respuesta.