Mil Caminos

LUCAS Camino de un lado a otro buscando la oportunidad perfecta para estar con ella a solas. Quiero tocarla, besarla y follarla como tanto me gusta. Quiero sentir como me aprieta, como gime contra mi cuello al no querer hacer el ruido suficiente para que los demás se den cuenta de lo que estamos haciendo a escondidas. Se que nuestra relación o lo que sea que tenemos no es la mejor del mundo, de hecho somos más amantes que cualquier otra y eso es por que así ambos lo decidimos, ambos quisimos que lo nuestro se mantuviera sin nombres, sin títulos de por medio y esta bien por mi, no es algo que me preocupe en realidad. Nuestros amigos o familiares no tienen idea de que llevamos meses enredados entre las mismas sabemos, las que están en nuestro rincón que adquirí para disfrutarla a mi antojo, a mi propio gusto. Además que claro esta, que ella no quería que Sebastián se enterará y la corrieran del trabajo al comienzo de la relación, cosa que hubiese evitado que sucediera si hubiera sido el caso. Lo que fue realmente frustrante para mi por que me hubiera gustaría gozarla mas libremente, pero entiendo su punto, entiendo que no se sintiera del todo cómoda con lo que teniamos o con lo que hacíamos por aquel entonces. Todo lo haciamos como si ella fuera la que disfrutara de mis tiempos libres, como un amante cualquiera, mientras mi esposa espera en casa, esposa que en este caso no existe y que no existirá hasta que Lorena lo acepte. Lo nuestro ha sido raro desde el principio, por que jamás pensé caer por una mujer, llegar al punto de querer estar solo con ella, despertar a su lado, compartir momentos tan simples como lo son tomar el desayuno juntos o ver una película un sábado por la tarde. Cosas que en mi puta vida había pensado siquiera hacer antes. ¡Ni en mil años! Pero es imposible para mi evitar recordar el momento exacto en que la conocí, ya que era una tarde de verano, donde llevaba un vestido floreado, con su cabello alborotado por el viento, mejillas sonrojadas por el caliente sol del mes de Julio y una sonrisa tímida en el rostro. Desde el primer momento en que la vi, supe que mi vida estaría ligado aquella mujer, que me cautivo sin siquiera pensarlo o buscarlo. Ese día era su entrevista de trabajo en la casa de Sebastián y como yo soy de curioso, quise estar presente en aquel momento pero jamás pensé que una mujer...como ella, me cautivará de aquella manera. No podía despegar mis ojos de su cuerpo pero por sobre todo de su rostro, su hermoso y perfecto rostro que siempre he tenido tatuado en mi mente a pesar de los años. Se que no soy el mejor hombre para ella, le llevo muchos años de diferencia, soy un maldito hijo de puta que no piensa en nadie que en si mismo, soy un maldito mujeriego que solo piensa con la polla. Y si, con ella no ha sido diferente, me encanta tenerla entre mis piernas, pero tampoco puedo evitar sentir lo que mi pecho fervientemente reclama a gritos cuando la ve. Siento por ella cosas que jamás creí sentir o experimentar. Miles de mujeres han pasado por mi cama. Miles han llamado mi atención. Miles me han sacado los mejores orgasmos de mi vida pero ninguna, me ha dado las mejores experiencias de mi vida como ella. Ninguna me ha hecho sentir ni una pizca de lo que Lorena ha logrado desde que la conocí. Se que no tenemos un nombre para lo nuestro, no por que yo no quiera, sino porque ella se nuega a ponerlo, se que aunque decimos que solo somos compañeros de cama, somos algo más que eso y aunque me tomo algo de tiempo darme cuenta de aquello, he decido avanzar un poco más en lo que tenemos sin seguir esperando a que ella esté lista. Por eso, en estos momentos la busco de maneja casi desesperada por toda la casa de Sebastián, ya que a mi amigo, se le ocurrió la brillante idea de celebrar una fiesta por todo lo alto donde hay un sin fin de personas por el lugar y donde dar con ella, me ha sido más difícil de lo que pensaba. Camino de un lugar a otro buscándola, me topo con algunas personas con las cuales converso de temas triviales, algunos sobre sus familias y otros sobre negocios. Hasta que una caballera negra como la noche aparece en mi rango de visión, la que logro reconocer de inmediato. No siempre ha tenido el cabello de ese color, lo vive cambiando constantemente pero ese movimiento lo conozco donde sea. Así que, despidiéndome de manera cortes de las personas con las cuales conversaba me alejo y voy en su dirección. Varias personas me intentan detener, incluyendo mis amigos pero no les doy ni la hora, simplemente avanzó para conseguir mi propósito y justo cuando va a doblar la tomó de la cintura, la atraigo hacia mi pecho y me la llevó del lugar. - Hola preciosa, me extrañaste? - suelto con coquetería en su oído. - ¿Por qué habría de hacerlo? - me dice divertida y con esa sonrisa que me mata siempre. - Oh nena, sabes que si - dejo besos por su cuello para luego morder levemente. Ella evita gemir y no sabe cómo eso me prende mucho más. - ¿Para que me...buscabas? - dice casi sin aliento al final. Quisiera seguir besándola, tomándola, pero sus palabras me traen al presente. Así que la giro, para que quede frente a mi. - Preciosa, tu sabes que me encantas y aunque me tomo demasiado tiempo pensar en lo que te diré, creo que ya no tiene sentido ocultarlo y que va siendo hora que avancemos - suelto con el corazón latiendo a mil en mi pecho. Lorena me ve con esos enormes y hermosos ojos que tiene, que siempre me tendrán idiotizado ante ella. - ¿Y q-que sería e-eso? - pregunta ella nerviosa y no es para menos, yo creo que jamás en la vida pensó que yo estaría aquí frente a ella intentando hacerle una proposición de esta magnitud. - Hermosa mía, llevábamos años en esta...relación y aunque a sido algo...rara, no deja de ser especial para ambos - suelto alargando el tema sin quererlo. Lorena parece darse cuenta y me apresura a soltar lo que tengo en la punta de la lengua. - Dilo de una vez Lucas, me volverás loca si no lo haces ¡ya, dime! - suelta algo divertida pero exasperada. Lanzo una carcajada y tomándola de su cintura la acerco a mi, quedando a solo centímetros de distancia. Rozó mis labios con los de ella provocándola, cosa que le encanta aunque me lo niegué y reclamé siempre. La conozco mejor de lo que ella cree. - ¿Quieres ser mi novia? - suelto la condenada pregunta sin pensarlo más y puedo sentir como Lorena se tensa ante mis palabras, para luego relajarse y temblar ligeramente. Puedo ver como un montón de dudas y pensamientos la atacan, se que no hemos sido los mejores a la hora de tener lo que tenemos, pero si estoy seguro que ya no deseo sefuir esperando por algo que tarde o temprano sucederá. - ¿Estás...estás seguro? - pregunta con suavidad y algo de pánico en la voz. - Más que seguro, jamás había estado tan seguro - suelto con una radiante sonrisa que ella me corresponde. - Ya no podrás ser más un mujeriego, serás solo mi. ¿Sabes lo que eso significa? - no hay que ser muy inteligente para entenderlo y aunque me hago el idiota la mayoría de las veces, no lo soy. - Por supuesto que si, desde el momento en que aceptes, seré tuyo. Solo tuyo, aunque ya lo soy desde hace mucho tiempo y lo sabes - suelto con una convicción que me gusta, como tambien me agrada la idea de pertenecerle solo a ella. Y al parecer su sonrisa me da la respuesta que buscaba y que quería. - Entonces...acepto señor Harper. Acepto ser su novia - suelta y sellamos el momento con un perfecto y magnífico beso que me lleva a las nubes sin boleto de regreso. Con ella siempre me siento así, en las nubes, en el paraíso. El resto de la noche nos la pasamos abrazados y haciendo el amor en su antigua habitación, la que esta desocupada desde hace mucho para luego abandonar la fiesta sin que nadie se diera cuenta para disfrutarnos en otro lugar. A la mañana siguiente desayunamos juntos pero ella se tuvo que ir a trabajar y aunque era sábado y me hubiese encantado estar con ella, ambos tenemos responsabilidades que debemos de llevar a cabo. Por lo que yo aproveche y me fui a uno de los casinos para supervisar todo pero no contaba con la invitación de uno de los mejores clientes que tenemos. Me deje llevar por las ganas de celebrar mi nuevo estado civil y bebí hasta perder el conocimiento, cosa que no me sucedía desde hace años. No se en que momento llegue a casa o como fue que termine en mi cama pero lo peor de todo no fue eso, fue ver hacia mi costado izquierdo y percatarme del cuerpo desnudo de una mujer rubia que definitivamente no es el de mi actual novia. ¿¡Qué mierda hice anoche!? El tamborileo de mi corazón en el pecho me dio la sensacion de que en cualquier momento me daría un infarto. ¡No, no puede ser! ¡No puedo haber sido tan hijo de puta y engañar a mi novia en el primer día que llevamos juntos! Pero los flashes de los recuerdos de lo que hice anoche, la manera en que me comporte y en como estúpidamente decidí dejar de lado mi soltería celebrando de la peor manera posible, me tienen ahora en esta situación. Si Lorena se entera, estaré perdido. Y como si el universo estuviera confabulado para verme destruido, Lorena ingresa a la habitación con una radiante sonrisa que se borra de inmediato al ver lo que sucedió mientras ella no estaba conmigo. Sus ojos analizan el entorno, a la chica que se mueve a mi costado mostrando su cuerpo desnudo haciendo que tenga arcadas por lo que provoque yo mismo. Sonríe sin gracia, niega con la cabeza y se limpia las lágrimas que descendieron por sus hermosos ojos. - Sabía que sucedería esto, no eres hombre de una sola mujer - suelta con una tristeza que me cala hondo y que me hacen sentirme el ser humano más miserable del mundo. - Nena, yo...- me corta con esa mirada que jamás olvidaré y que me atormentará por toda la vida. - Ni te atrevas, agradezco que nadie se enterara. Desde este momento en adelante...para mi estas muerto y enterrado Lucas Harper, jamás debí confiar en ti - dice provocando como mi corazón se rompa en mil pedazos. Se que la cague, el ver sus ojos y la profunda tristeza que demuestran, me indican que la única oportunidad que tenía con ella para ser feliz, se acaba de ir a la mierda y solo...por mi maldita estupidez.