Contagio

 –La chica corre de prisa, muy rápido, cansada no se detiene ni por un segundo, entre la neblina trata de no tropezar con nada, hay autos y un montón de cosas que no se pueden ver en la densa oscuridad, llora desesperadamente por terminar de subir la cuesta, el frio la arropa y la lluvia moja su rostro ensangrentado. Agotada cae en ese rustico asfalto, el sollozo de la chica se esfuma con la neblina, mira a su alrededor se da cuenta que no es la primera en subir la cuesta, un cuerpo de un bebé con el cráneo completamente abierto, cuerpos de ancianos y niños desmembrados, autos destrozados, la chica sucumbe en aquel precipicio de desesperación, se acuesta en la carretera mirando la luna, se pregunta cuándo fue la última vez que la observó tan detenidamente, fue en aquella ocasión recuerda la chica, cuando entregó todo por sentirse amada, siente las gotas de agua en su rostro, se da cuenta que la esperanza es lo último que se pierde cuando no tenéis nada. Los gruñidos se acercan con alevosía, con malicia y soberbia, suspira de tristeza pues ha perdido, voltea su cabeza en dirección de aquellos ruidosos sonidos, y los ve… delgados, con las venas brotadas en todo sus cuerpos, unos ojos negros, vacíos de vida, son salvajes… cierra sus ojos queriendo despertar de aquella pesadilla.