Madian Cuando sufres una traición, lo esperas de cualquier persona que está a tu alrededor, pero no de tu propia familia, no de aquellos que se llenan la boca diciendo cuánto te aman y que siempre te cuidarán. Ja, todo es una vil mentira. Nadie se ha preocupado por mí en todos estos años, y si quieren que yo haga y diga lo que a ellos se les antoja, pues que todos, incluso mi padre, se vayan a la mierda. Si, así como lo escucharon, ya no me importa nada más. Limpio mis lágrimas y volteo a ver a mi padre con una sonrisa en mi rostro. Él suspira, pero yo solo quiero saber una cosa: —¿Por qué, papá? ¿Por qué ocultarlo? ¿Por qué protegerla a ella y dejar que me humillaran de esa manera? No lo entiendo. Él trata de acercarse, pero yo me pongo de pie y me alejo. —Madian, si te lo explico, n

