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PARISI: El Contrato de la Multimillonaria Heredera

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matrimonio bajo contrato
arranged marriage
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pelea
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ambitious
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protagonista femenina
tierra realista
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Descripción

Gianna Parisi era una mujer poderosa e influyente en el mundo de la moda. Ser heredera del perfumista más renombrado y Presidente Ejecutiva de Fragranzes Parisi la había vuelto una mujer afamada en toda Italia. Pero todo esto trae consecuencias, siempre existen aquellos quienes te querrán destruir o aquellos quienes te busquen por conveniencia.

Gianna había renunciado a tener una relación amorosa ya que siempre había encontrado desilusión tras desilusión, decidió concentrarse exclusivamente en su trabajo, en la empresa y nada más.

Todo había resultado hasta que un critico la destrozó poniendo en duda el prestigio del Imperio Parisi y el prestigio que significaba su propio nombre. Tras recibir un ultimátum por parte de la mesa de inversionistas Gianna tenía dos opciones. Casarse y restaurar su nombre, su credibilidad y prestigio o renunciar a la presidencia sin posibilidad de mantener un puesto en la empresa familiar.

Su única salvación dependía de un contrato que debía cerrar con un posible nuevo empleado, aún las cosas no las habían definido pero tenía la certeza de que el hombre estaba acorralado y no podría negarse.

El único problema, ellos dos se conocieron en el pasado y las cosas entre ellos no había terminado bien.

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Prólogo.
- Felicidades a todos. Esto no podría haber sido posible si no fuera por el esfuerzo de todos. Los felicito Parisi, ahora sí que comience la fiesta ¡Salud!   Gianna levanta su copa al aire y sonríe a todos sus empleados e invitados más importantes que se encontraban en esa noche muy especial. Otro nuevo lanzamiento que había sido todo un éxito se sumaba al historial del Imperio Parisi. Una de las empresas de perfumería fina más renombradas de toda Europa, con una trayectoria de más de 60 años. Su abuelo Mario Parisi había sido el fundador de este gran sueño que hoy por hoy su nieta era la encargada de mantener el prestigio de esta empresa familiar.   Gianna Parisi se había convertido en una de las perfumistas más conocidas del mundo, su increíble talento la había catapultado a la fama sin importar que llevaba uno de los apellidos más reputados de toda Italia y del mundo de la moda, la pequeña mujer rubia se había creado su propio camino con la habilidad nata y una nariz única para la creación de nuevas fragancias.   Hacía tan solo tres años había asumido la presidencia de las Empresas Fraganzes Parisi ya que su padre había decidido que era momento de pasar la batuta que alguna vez su padre se lo había encomendado. La mujer de 30 años de edad había logrado éxitos tras éxitos en este tiempo y había llevado a la empresa a una era nueva con una variedad de nuevos productos y nuevos estilos que revolucionaba el mundo de la moda.   Tanto fue el impacto que la pequeña dama había ideado un nuevo plan de negocios, algo que desde hacía ya un tiempo se había vuelto algo recurrente. Varias celebridades del mundo incursionaban en el mundo de la moda trabajando en conjunto con diseñadores y perfumistas para lanzamientos exclusivos de una línea que estarían bajo la firma de aquella celebridad. Gianna se había puesto en contacto con varios personajes célebres del país con quienes había comenzado esto, los acompañaba durante todo el proceso de formulación hasta el momento tan esperado, la presentación del producto al público.   Requería mucho tiempo de su parte ya que ser cabeza de una empresa y mantener felices a la mesa de socios e inversionistas era un caso difícil. Lo que llevaba a que su tiempo dentro del laboratorio fuera reducido, pero aun teniendo suma confianza en todos los profesionales con quienes trabajaba de todas formas había tomado la decisión de estar ahí cuando aquellos famosos recurrían a ella queriendo lanzar un producto nuevo en colaboración con Parisi. Los asesoraba, los acompañaba de tal forma que aquella persona formaba parte de toda la magia que se llevaba a cabo dentro del laboratorio, buscando así recrear la esencia de aquella persona, una en la que se pueda identificar y pueda decir que era únicamente suya.   - ¡Gianna querida! Tu abuelo estaría tan feliz por esto.   - Gracias abuela, no sabes lo que significa tus palabras para mí.   - Heredaste el talento de Mario de eso no hay duda, ni siquiera tu padre tenía la visión que tienes tu.   Gianna observaba con admiración a la bella mujer que se encontraba frente a ella, su abuela era una de sus personas favoritas en el mundo. Recordaba todas las veces que había estado a su lado cuando visitaba la empresa y veía a su abuelo trabajar. Tenía en su memoria muy vívidamente las veces que esta mujer la había llevado al parque, al cine, de compras y todas esas tardes donde cocinaba para ella. La amaba y deseaba jamás poder perderla.   - Pero mírate niña, ni el maquillaje pueda tapar los rastros del cansancio en tu cara. Debes tomarte unas vacaciones. ¿Cuánto hace que no disfrutas de tranquilidad sin preocupaciones del trabajo?   - Sabes que no tengo tiempo que perder abuela, no quiero defraudar la memoria del abuelo y menos a mi padre que ha confiado en mí.   - Ambos están orgullosos, solo mira a tu padre – dice la mujer mayor mirando hasta donde se encontraba Piero Parisi, quien ajeno a la conversación hablaba con varios hombres mientras gesticulaba hacia todo en general. Gianna sonríe ante eso - Míralo, no ha parado de hablar de las maravillas que su hija ha logrado en estos años. Debes tomarte un tiempo para vivir querida, nunca nos has presentado un novio. No quiero dejar este mundo sin verte acompañada por un hombre que te merezca.   - Abuela... no digas que te morirás sabes que me duele. Además, ya sabes cómo son los hombres hoy en día. Oportunistas, mentirosos y buscan que la mujer sea quien los espere en casa con la comida luego del trabajo. Conmigo las cosas son muy diferentes.   Su abuela la miraba con ojos comprensivos, por supuesto que conocía su situación. Cuando había asumido el puesto en la empresa había estado de novia con un joven que, aunque era reciente y ella no lo había presentado a la familia, todos sabían que estaba ilusionada con él. Hasta que descubrió que la engañaba y la excusa que había utilizado fue que ella no tenía tiempo para su relación nunca.   A pesar de que fuera verdad, porque sí, ella priorizaba el trabajo antes que cualquier cosa, el dolor que había sentido tras aquella traición la había cambiado por completo. Su falta de confianza la había llevado a alejarse de varias personas, incluso amistades. Luego cuando comenzó a ganar popularidad ya que fue considerada una de las mujeres más ricas e influyentes menor de 30 años en toda Italia, los pretendientes interesados no faltaban. Esto la había empujado a cerrar aún más la coraza y hoy era alguien casi solitaria que vivía para el trabajo.   - Bueno cambiemos de tema porque sé que no ganaré esta batalla.   - Muy sabia abuela – contesta Gianna tomando dos copas de champagne que un mesero le ofrecía - Toma abuela, brindemos.     Luego de disfrutar algunos minutos con su abuela decidió que era mejor seguir recorriendo el lugar, estas fiestas eran muy útiles en ocasiones para cerrar contratos nuevos. Y con este fin había invitado a muchos invitados influyentes en el mundo para poder conversar con ellos.   - Gianna amiga ¿Cómo estás?  - ¡Ludovica! Que alegría verte aquí.   - No podía no venir, es una fiesta sorprendente. Te felicito por este nuevo éxito.   Ambas mujeres se abrazan fuertemente.   Gianna podría no tener muchos amigos, pero los pocos que tenía eran valiosos y una de ellas era Ludovica Caruso. Una increíble fotógrafa que había revolucionado el mundo de la publicidad como ella sola podía hacerlo. Dueña de una empresa especializada en marketing digital, brindaba sus servicios a todos aquellos que querían explorar el mundo de las r************* . En varias ocasiones había trabajado en conjunto con Parisi y aunque le había insistido a su amiga en trabajar exclusivamente para ellos, Ludovica había rechazado aquello ya que su idea era llegar a muchos otros clientes quienes aún no conocían el poder de las redes.   Es así como su amiga había tenido la posibilidad de llegar a marcas sumamente importantes como Chanel, Carolina Herrera y muchos otros más.   - Escúchame, he estado trabajando con una empresa pequeña pero muy productiva con unas ventas increíbles y que poco a poco está creciendo en el mercado de la perfumería. Me gustaría tanto que conocieras al dueño es un hombre increíble y estoy segura que te va gustar. - dice esto último giñándole el ojo con complicidad.   - Amiga, sabes que no estoy para relaciones.   - Y ¿Cuándo sí? Estás sumida en el trabajo   - Sabes que es difícil que alguien entienda a lo que me dedico, hay días que no vuelvo a casa porque necesito ultimar detalles de producciones y ni hablar cuando trabajo en cosas nuevas. ¿Sabes cuantas noches no fui a casa en estos días para que esta noche sea perfecta?   Ludovica la observaba con el ceño fruncido, su amiga había comenzado una campaña de buscarle novio hace ya algunos meses atrás y para su suerte terminaba rechazándolos ella misma porque a la larga terminaba de descubrir que eran verdaderos idiotas, pero sin desanimarse comenzaba la caza nuevamente. Sin embargo, esto la preocupaba ya que había buscado a alguien que compartía su profesión, esto era peligroso.   - Bueno, pero Luca es igual a ti, créeme - menciona esto último rodando los ojos - Además nada mejor que alguien que recorra los mismos caminos que tú ¿No te parece?   - Acaso no acabas de decir que su empresa era pequeña, no creerás que es lo mismo que liderar a un gigante que se encuentra bajo los reflectores hace más de 60 años.   - Pretensiosa.   - Tú deja de actuar como casamentera y búscate un novio para ti mejor.   Había sido cruel, lo sabía. Su amiga no merecía eso, pero estaba cansada no había dormido en días y la adrenalina la estaba abandonando por lo que estaba comenzando a sentir el peso del cansancio.   - Discúlpame, no quise decirlo así. Estoy muy cansada y mi abuela ya me ha dado el mismo sermón esta noche. Lo siento.   - Está bien, quizás tengas razón. No he podido cumplir con tus expectativas de todas formas así que pondré mis esfuerzos en encontrar alguien para mí.   Las dos amigas se abrazan nuevamente poniendo un punto final al asunto. Luego al notar que fueron captadas por un fotógrafo posaron adecuadamente frente a la escultura de Parisi y su nueva fragancia.   - Por cierto, ya que esto ha sido un éxito quería invitarte a un fin de semana en la Toscana ¿Qué dices? Adquirí una nueva propiedad allí es hermosa. Tengo una idea fantástica para el lugar y me gustaría que una de las mujeres más influyentes de la moda fuera allí.   - De qué trata todo esto, es una propiedad que necesita publicidad. - ríe Gianna al ver el rostro de su amiga lleno de júbilo.   - Lo verás cuando vayas, se trata de una sorpresa ¿Qué dices?   - Bien iré, pero solo un fin de semana. Este. Así recupero un poco de energía.   - ¡Si!  Gianna sospechaba que quizás se arrepentiría después de esto, pero ya estaba hecho. Ya había dicho que si y no podía salir con cualquier excusa.                                                                                         ***  Al día siguiente un jet privado la estaba esperando en el aeropuerto. Su amada asistente había trabajado duro para organizarle un fin de semana tranquilo donde disfrutaría y descansaría muy merecidamente.   Gabrielle se había sorprendido cuando el día anterior en la fiesta, había mencionado la invitación de su amiga y sus intenciones de ir. Contenta porque su jefa se tomaría unos días para ella, rápidamente se había puesto manos a la obra. Lo que no esperaba era que la mujer le preguntara si quería ir con ella o quedarse en Milán y disfrutar de dos días tranquilos. Aunque la idea de estar tranquila en su casa la invitaba a decir que si, sabía que la oportunidad era única, ir a la Villa de la que Ludovica Caruso era dueña en estos momentos y quizás deleitarse de un buen vino y un hermoso paisaje, fuera algo que por sí sola no podría hacer decidió que no podía negarse ante eso y dijo que sí.   - Gracias Gianna por invitarme.   - No agradezcas Gaby, has trabajado mucho al igual que yo y nos merecemos descansar estos días. Recuerda que vas en calidad de amiga y no como mi asistente. Diviértete.   - Si mujer lo necesitas – dice Ludovica ofreciéndoles a ambas unas copas de vino blanco.   Se encontraban esperando que el piloto decidiera que era momento de despegar. Y Ludo había pedido que trajeran vino ya que el fin de semana iniciaba desde ya y no tenían tiempo que perder. Gianna tenía la sospecha de que su amiga tenía toda la intención de emborracharlas y no se iba a oponer a eso ya que lo necesitaban. Hace tanto tiempo que no salían y se divertían hasta perder el conocimiento.   Con la música a todo volumen y la bebida que no dejaba de fluir, las tres mujeres estaban sumamente ebrias y ni siquiera eran las doce del mediodía. Las azafatas vinieron a pedirles que se sentaran y se colocaran los cinturones ya que estaba por aterrizar, entre quejas y quejas hicieron lo que les pidieron y pudieron aterrizar en una pieza.   - Estamos en tierra – menciona Gabrielle con las manos en la cabeza – Si estamos en tierra porque siento mi cabeza girar en círculos.   - Ese es el poder del vino mi querida amiga – dice Ludo poniendo su brazo sobre los hombros de la pelirroja – Mierda el sol me está matando.   - Vamos chicas, necesito una ducha y comer algo. No debimos beber tanto a tan tempranas horas.   - ¡Pff! Vamos. Les tengo preparadas las mejores habitaciones.   Al llegar a la villa, un complejo rural que se encontraba a unos kilómetros de Pisa, ubicada muy estratégicamente cerca de la carretera principal de Florencia-Pisa-Livorno. Gianna quedó estupefacta ante lo que sus ojos veían, la maldita propiedad era un Resort de lujo, su estructura era antigua, se podía apreciar aquello, pero según Ludovica que venía explicándoles, había sido restaurado hace poco manteniendo una imagen sobria y elegante. Una maravilla sin dudas.   - Chicas olvidé mencionarles algo, no son las únicas invitadas. Han venido algunas otras personas.   - De quienes se tratan   - Recuerdas que anoche te hablé de Luca el de la empresa pequeña de fragancias, bueno él es de Florencia y me está ayudando con algunos encargos mientras yo estoy publicitando su empresa por las redes.   - ¡Ludovica! - ya tendría que haberse imaginado que no desistiría con su plan de casamentera así nada más.   - Descuida, si no quieres que pase nada no pasará nada, además vendrá el hermano también que es otro bombón. También he invitado a mi hermano y su esposa, vendrá también el hermano de ella que es a quien quiero presentarte Gabrielle.   Sin darles tiempo para rechistar, el auto estacionó frente a la entrada donde algunas personas estaban esperando. Cuando bajaron rápidamente quien supuso sería el encargado, las orientó hasta sus habitaciones y algunos botones ayudaron a cada una con su equipaje.   Cuando Gianna quedó sola una vez que dejaron sus maletas, comenzó a apreciar cada centímetro de la estancia y supo que su amiga no se había equivocado en invertir en un lugar tan bello. Se preguntó cómo es que nunca había pensado en algo como esto, o mejor, en hacerse con una propiedad que fuera exclusivamente suya donde podría escapar. Entonces recordó que en estos años jamás se había tomado un respiro y en su mente otras cosas que no fuera Fragranzes Parisi directamente no tenían espacio.   Llegó a la conclusión de que, si este era un buen fin de semana, volvería y buscaría una residencia como está, pero solo para ella donde vendría luego de cada lanzamiento para renovar energías. En cierta forma su abuela había tenido razón necesitaba darse un respiro.   Cuando vio el enorme ventanal que conducía a un pequeño balcón quiso ver la vista que tendría desde allí, cuando lo abrió quedó asombrada. El jardín trasero, la piscina al aire libre y los árboles a lo lejos eran increíbles, la inmensidad de todo lo verde lo amaba, podía sentir el aroma que estos emanaban y nuevas ideas para fragancias de interior habían nacido en su mente. Sin lugar a dudas este es su lugar favorito, añoraba asomarse aquí en la noche para apreciar más aromas nuevos y además el cielo despejado con estrellas.   Decidida a seguir examinando el resto del lugar, retrocedió unos centímetros con la intención de volver a su habitación cuando unos ojos azules como el hielo se fijaron en ella desde abajo. El hombre era tan malditamente atractivo, su mandíbula cuadrada parecía tallada por Miguel Ángel, sus labios en forma de arco se encontraban levemente entreabiertos. Sus cabellos negros bailaban con el soplar de la brisa y Gianna sintió la necesidad de acariciarlos con sus propias manos.   Ninguno decía nada, tan solo se observaban hasta que otro hombre igual de guapo, pero claramente unos años menor que él llamó su atención y desvió unos segundos sus ojos de esos ojos tan hipnóticos. Cuando las volvió a posar en él este le sonreía y ella sin saber exactamente que esperar le devolvió la sonrisa y se metió a su habitación apresuradamente. Tenía una idea de quienes podrían ser ya que del hermano de Ludovica no se trataba, lo conocía muy bien y aunque no conocía al cuñado de este tenía la sospecha de que se trataba de Luca, el hombre del que su amiga le había platicado.   Tomó una ducha y se colocó un vestido suelto y debajo un traje de baño, había visto la piscina y tenía toda la intención de utilizarla. Además, no iba negar que en parte lo hacía porque quería llamar la atención de semejante bombón, todos le habían dicho que disfrutara del fin de semana y era eso exactamente lo que haría.   Bajó rápidamente las escaleras y se encontró con Ludo, su hermano y su cuñada en recepción. Habían llegado, los saludó y recibió felicitaciones de parte de estos últimos por el éxito de la nueva colección. Cuando estos subieron en busca de sus habitaciones Ludo la tomó del brazo y arrastrándola hasta el jardín cubierto fue diciéndole que había personas que debía conocer.   ¡Ya los había visto! Y ¡¿Qué bombones?!   - Lamento decirte que ya los vi desde mi ventana.   - ¿Enserio? No me dirás que no están super buenos. Amiga por favor una oportunidad, ¿Qué puede salir mal?  Si tan solo hubiera sabido lo mal que podía resultar todo aquello directamente no habría salido de su habitación en todo el fin de semana. Lo había disfrutado como nunca, todas esas defensas que había luchado por mantener en alto ese fin de semana las había dejado caer. ¡Que mala decisión! A estas alturas debía de ser consciente que las personas siempre mentirían y más a alguien como ella, además, las cosas buenas nunca duran tanto y siempre tienen un fin.   Ese domingo lanzó la última advertencia a su amiga, no quería volver a encontrarse con este tipo de encerronas. Nada de buscarle pretendientes ni hacer de casamentera, esta vez las cosas habían salido muy mal y no volvería a arriesgar su corazón de esta forma. Era fuerte, una mujer poderosa, influyente que rara vez demostraba sentimientos frente a los demás, pero desilusión tras desilusión podrían romperla por completo y no estaba segura si luego podría ser capaz de unir los pedazos de su alma.   Y si ella se rompía todo aquello por lo que su familia había trabajado durante tanto tiempo, podía irse al infierno. Y no iba arriesgarse a eso, su corazón era Parisi y si echaba a perder esto jamás se perdonaría.  

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