Aquí tienen el capítulo en el que aparecerá alguien que nos alegrará el resto de la historia así que me encantaría que dejarán su comentario sobre el capítulo.
Feliz Lectura…
Parto el postre que hice hace unas horas, para poder desestresarme de lo que mi vida de casada es. Hace unas horas volví a discutir con Alandher por cosas sin sentido que me pusieron más triste.
Eso más el hecho de qué no duerme en casa más que cuando debe hacerlo porque se paso de copas en la cantina local. He ido un par de veces por él porque vienen para decirme que no puede ponerse de pie solo, cuando llegamos aquí me saca de la habitación o yo soy la que no quiere pelear y me salgo para dormir en la sala.
Mañana en la noche es la boda de Isabella, y digamos que no pienso asistir aunque sea mi hermana la que se casa.
Me siento en el sillón en el que duermo cuando me saca de la recámara, es cómodo y me brida lo que un colchón normal hace, aunque he tenido dolores en la espalda por dormir aquí. Cómo todas las tardes a esta hora Alandher entra a la casa para irse a bañar y después irse a beber a la cantina de a aldea.
—Pasado mañana tengo que ir a Desper, por sí...
—¿Me estás invitando a ir?—eso me parece un avance en la relación.
—No. Es para que sepas que no estaré aquí.
Asiento despacio.
—¿Ya pensaste que usarás mañana?—niego con la cabeza.
—No voy a ir.
Se gira a verme porque es la boda de mi hermana y todos los invitados están aquí desde hace unos tres días y todos saben que la esposa de Alandher es una bruja blanca que no ha salido de su casa y que todos quieren conocer.
—Tienes que ir.
—Alandher tú no quieres que vaya—digo calmada—. Y la verdad prefiero quedarme aquí antes de ver que haces gestos por estar conmigo... es mejor así.
—Aunque no quiera que vayas debes ir por tu hermana—es cierto que Isabella se pondrá triste si no voy—. Así que deja de quejarte y busca que ponerte.
—Alandher…
—Busca algo bonito.
///
Me he puesto muchos vestidos y en ninguno me parece adecuado para la boda de mi hermana. Al diablo con Alandher y el no usar brujería, chasqueo mis dedos y un vestido muy bonito en tela blanca se pone en mi cuerpo. No descuido el ser bruja y el ser la futura líder de la aldea.
Bajo para ver a Alandher que ya tiene un traje n***o muy elegante.
Me mira y asiente sin decirme nada por mi vestido.
Salimos para irnos a la boda de Isabella que debe lucir preciosa en ese vestido totalmente blanco con un cinturón café claro atado a su cintura.
Trago despacio cuando Alandher toma mi mano para que ambos caminemos a la salida de nuestro camino, varias personas ya caminan a dónde se hará la ceremonia. Y mis padres son los que ya deben de estar en ese lugar.
Al llegar al bello lugar arreglado con toques tan bonitos recibo varias miradas por ir colgada del brazo de Alandher.
Nos ponemos en nuestros lugares y puedo ver algo de ira en el rostro de Louisa que bufa por qué voy de la mano de mi esposo y ella quería estar en este lugar.
Se lo regaló.
Después de unos momentos todos nos sentamos en nuestros lugares para poder esperar a que mi hermana llegué, Cassian sonríe abiertamente en el altar mientras espera a su futura esposa.
Cómo me gustaría estar en el lugar de mi hermana.
La música suena anunciando que mi hermana va a llegar, todos se levantan para ver a la novia que entra con ese bonito vestido que mamá le compró.
Mi madre sonríe de ver a su hija de sangre vestida de esa sonrisa de alegría en los labios y con mi padre listo para entregarla, mi hermana no mira a nadie que no sea a Cassian que la espera con esa sonrisa de enamorado en los labios.
Jack se pone en mi hombro en la forma de ese cuervo n***o que destaca con mi vestido.
Hago una mueca triste que se esfuma cuando mi hermana lleva su vista a mí, me asiente despacio agradecida de que haya venido a esta unión.
El arzobispo es el hace la ceremonia cómo es tradición entre los cazadores y todos los reunidos bajo este hermoso toldo aplauden cuando mi hermana y Cassian se unen en sagrado matrimonio.
Jack desliza su cabeza por mi mejilla para que haga el esfuerzo de no llorar aquí. Por no demostrar que estoy muriendo de tristeza y qué si mi corazón se rompe será muy difícil hacer que vuelva a latir.
///
La fiesta es muy alegre y divertida para el resto de invitados, para mí es aburrida porque la música para bailar empezó a sonar desde hace un rato y Alandher no me saca a bailar. A pasado todo el rato con sus amigos cazadores y a mí me deja en la banca cómo si no importará.
Miro las flores en mi arreglo antes de suspirar y pasar mis sentimientos en ellas que se marchitan al instante.
Cassian e Isabella parecen felices de su nueva vida y de que en unos meses serán tres. Dos de los mejores cazadores de la aldea casados y con un bebé en camino.
Genial.
Jack grazna y no dudo en convertirlo en humano.
—¿Por qué no bailas?—lo miro antes de llevar mis ojos a Alandher.
—Se supone que las canciones son lentas y deben bailarse en pareja.
Alandher parece más entretenido en el escote de la hija del líder de Desper.
Su salida.
—Milady.
Elevo la vista para ver a un hombre bastante guapo, de cabello castaño con unos ojos verdes y una nariz recta que lo hace ver muy bien.
Tiene un traje n***o que le da un aire oscuro.
—¿Me permitiría una pieza?—abro la boca y luego la cierro despacio.
Su voz es un poco gruesa y eso lo hace un poco más atractivo.
—Mi… mi espo…
—No creo que le importe si me robo a su esposa por una pieza.
Miro a Alandher que no parece alejar la vista de los pechos de Katherine, no creo que me siga algo por aceptar bailar con el extraño y con algo de duda tomo la mano del desconocido, que me sonríe antes de jalarme con él a la pista de baile.
Con una delicadeza impresionante toma mi cintura para empezar a bailar conmigo, sus pasos se mueven con los míos como si ambos conociéramos lo que es bailar con el otro.
Me hace girar una vez para luego atraerme a él, de verdad es buen bailarín, sabe dónde hacer que gire y cuando atraparme para no dejarme caer en ningún momento.
La música nos envuelve haciendo que nos olvidemos por completo del mundo, y que su compañía sea la única que me haga amarrarme al mundo que hay a mi alrededor.
—¿Puedo preguntar quién eres?—sonríe cuando me atrae a su cuerpo bien formado.
Se sienten sus músculos debajo de la tela que lleva puesta.
—Me interesa saber porque una mujer tan bella está sola.
—No es mi boda.
Me hace girar, una vez y luego me atrae a su cuerpo, sus ojos son increíblemente bellos una vez estás cerca.
—Si fueras mi esposa—dice viendo a atrás de mí—, no estarías sentada.
Me hace girar una vez más antes de atraerme a su cuerpo, quedo a una distancia muy corta de sus labios y eso me hace parpadear y a él le provoca una sonrisa felina.
—¡Sueltas a mi esposa, Morgan!
Los ojos de… ya sé quién es. Es hijo del líder los cazadores del Norte. Combaten con brujas oscuras. Brujas con más poder del que puede tener una bruja normal.
La música se detiene en el momento en que Alandher gruño eso en tono alto.
Morgan no me suelta, mantiene su mano firme en mi cintura, antes de girarse a mi esposo que tiene los ojos invadidos por la irá.
—¿Tu esposa?—Alandher quiere matarlo.
Alandher me mira a mí y tragó saliva.
—¿Te refieres a esta hermosura?—se burla Morgan—. Pues tienes suerte.
—Mor—dice la voz del líder de la aldea en la que él vive.
Me suelta y me separó de él en cuanto puedo hacerlo, camino a para pasarle de largo a Alandher cuando me jala el brazo y pega a su cuerpo de forma posesiva.
—Es una tristeza que tan bella dama esté con un idiota cómo tú, Alandher.
—Nadie te pregunto, Morgan.
Da una sonrisa burlona antes de irse a sentar a una mesa donde mi hermana debió colocarlo como invitado.
Alandher bufa antes de llevarme a la mesa en la que estaba, todos los demás vuelven a la festividad que estamos celebrando, la boda de mi hermana y ya hice una escena.
—Te quedas aquí hasta que nos vayamos.
—Pero yo… me quiero ir.
—Te quedas, Harper.
—¿Para qué le sigas viendo los pechos a Katherine?—eso parece hacerlo enojar.
El cuchillo lo deja muy cerca de mi cuello y mi miedo aumenta mucho. No lo había visto tan enojado para amenazarme con un objeto de metal.
—Lo qué haga o deje de hacer es mi problema, Harper—gruñe molesto—. Mejor vete, no te quiero amargando mi velada.
Deja el cuchillo en la mesa y suelta mi nuca, se levanta y se va a dónde estaba con sus amigos.
Bajo la vista antes de suspirar. Veo a Jack que grazna, le sonrío despacio antes de levantarme, es mejor que me vaya a casa. Salgo de dónde la fiesta se lleva acabó y transformo a Jack en un caballo.
—¿Te vas?—me detengo antes de montar.
—Alandher dijo que me fuera—digo triste—. Y sinceramente no quiero pelear con él.
—Harper—me doy la vuelta para encarar a mi hermana.
—Me voy a casa, Bella.
La casa de Alandher, porque mía, no es.
—Es mi noche, Harp, no puedes ser egoísta e irte—cierro la boca—. ¡Eres mi hermana y parece que no te interesa!—de reojo veo a mis padres—. ¡No te interesa mi felicidad sólo te importa no sentirte miserable!
—No me vengas con eso, Bella—veo a mis padres de reojo.
Vienen a evitar que me pase con un hechizo y la lastime.
—Eres egoísta…
—¿Yo egoísta?—mi hermana me muestra que sí—. Ni siquiera me preguntas porqué me voy… no te interesa el…
—Ya vi porque Alandher no quiere estar contigo—cruza los brazos—. Eres egoísta, y todo tiene que girar a tu alrededor.
Eso me molesta. Mis padres jalan a Isabella para ponerla detrás de ellos, no había notado la bola de poder que hay en mi mano, y asusta porque es negra, es magia negra.
Magia destructiva.
—Harper.
—No puedo quitarla—sacudo mi mano pero sigue ahí—. Tengo miedo…
—Harper, te va a consumir—dice mi padre tranquilizándome—. Debes lanzarla como si fuera una pelota.
—Cariño, debe impactar en una superficie dura—me estoy poniendo nerviosa y no deja de crecer y de volverse oscura.
—Tengo miedo.
—No pasará nada, Harp.
Estoy llorando.
Ese poder nunca lo había hecho, es nuevo, yo no… me pongo a llorar.
—Amor. Lanzala.
Miro a mamá que me hace una mueca de como debo hacerlo y busco algo para lanzarla hasta que encuentro un árbol y me temo que es a donde debo lanzarla.
Lo hago y no hay sonido solo el del tronco pudriéndose.
???