Dios. Está increíble como la estoy manejando ahora, y por eso me gusta la historia como va, y también conoceremos al rey de las brujas dentro de poco.
Gracias ?
Feliz Lectura…
Mi madre corre a mí cuando el poder ya no cobra vida en mi mano, revisa mis manos y busca algo en mi cuerpo, me da la vuelta y hace para un lado mi cabello y traga saliva cuando encuentra algo en medio de mis paletas.
—Richart—mi padre suelta a Isabella para caminar a mí.
Se para a mi espalda para pasar sus dedos por lo que sea que tengo en la espalda.
—Aquí está a salvo, Monet.
¿A salvo?
¿De qué diablos hablan?
No elevo los ojos para ver qué tenemos público, y por eso me refiero a más personas aparte de Isabella.
—¿A salvo?—mi hermana lanzo la pregunta demasiado rápido.
No sé que hacen mis padres atrás pero si escucho el sonido de sus corazones un pocos acelerados.
—Cariño, hagas lo que hagas, no abandones el territorio—me dice mi madre antes de girarme y ver qué quiere llorar—. No dejes el territorio. Es una orden, Harper.
—Pero…
—No dejes el territorio—afirma mi padre—. Harper… vete a casa, y dile a Jack que monte guardia.
Asiento.
Me ayudan a subir sobre Jack y sé que a pesar de que es una noche especial para Isabella, habrá una discusión con ella sobre lo que acaba de pasar. Jack no camina, vuela para llevarme a casa, pasa por la aldea sin detenerse un minuto. Solo sigue corriendo hasta que llegamos a la casa de Alandher.
Se detiene jalando las riendas, me bajo de él y lo transformo en un lobo para que se quedé entre las sombras.
Entro en la cabaña para subir a mi habitación y cerrar la puerta. Me quitó el vestido y lo pongo en el interior de mi armario, pero mejor cambio el color a n***o y la correa a morada.
Me acuesto en la cama y me quedó dormida en pocos minutos.
///
Estoy en el patio donde Alandher parte leña extra para gastar su coraje y dejarme rabiando adentro, pero no está, así que no verá lo que voy a hacer. Acomodó las figuras de paja en puntos estratégicos y tomo el arco y flecha que hice con mis manos.
Pongo la flecha como debe estar antes de jalar y soltar.
Mi flecha impacta directo en el que debería ser un corazón.
Sé que estoy siendo cuidada por Jack que sigue en forma de lobo, está acostado debajo de un árbol y observa para conmigo, mientras práctico arquería.
<<—Es extraño qué practiques si no eres una de ellos—ladeo los labios antes de disparar la otra flecha.
—Sólo quiero saber defenderme sin usar magia—tomo otra flecha y disparo.
No he llevado la canasta que debo llevar para mi hermana y no quiero ir por si está afuera y me grita de nuevo. Creo que mejor mandaré a Jack o esperaré a que Alandher venga para que vaya él.
Mi padre y otros más se fueron con ellos por una misión que si era real y no los viajes de Alandher a recoger cosas tontas.
O en las que me es infiel.
Sigo practicando hasta que el anochecer se hace presente, gruño un poco molesta por las cosas que hay a mi alrededor.
No doy en la cabeza por más lejos que me encuentro.
Necesito otra niñera a parte de Jack.
Y no creo encontrar otro animal que haga lo que le digo cuando lo transformo.
—Necesito un poco de agua—voy a casa para tomar un poco de agua.
Necesito no pensar en Alandher siéndome infiel con quién le guiña el ojo. De verdad que me siento terriblemente mal por no poder decirle a Alandher lo que pienso.
Soy una cobarde.
Y ni hermana lo dejo claro el día de su boda.
Sirvo agua en un vaso y la bebo de golpe.
Voy por uno de mis libros de hechizos y pienso en algo que me pueda servir, no dejo pasar a mi conciencia de cuatro patos porque no me interesa escucharlo. Busco algo que no me haga sentir sola, y no encuentro nada, encuentro algo que puede servirme.
Necesito veladoras, sangre de oveja y otras cosas que llamarían la atención de ir a comprarlas.
¿Para qué querría obsidiana negra a no ser que sea para una brujería?
Gruño.
Tal vez algo menos elaborado, sigo buscando hasta que encuentro algo… no, es difícil y no creo poder hacerla del todo.
Sigo buscando pero ya no hay ningún hechizo que me proporcione compañía, genial.
Cierro el libro y voy a llevarlo a su lugar, veo mis otros libros que han pertenecido a brujas negras o blancas antes de ser míos.
Tengo de todo, pociones, encantamientos y otras cosas para contrarrestar los encantamientos.
Suspiró antes de irme a mi habitación y quedarme dormida en el suelo, ya no duermo en la cama desde mi última pelea con Alandher.
///
Abro los ojos escuchando el alboroto afuera, es medianoche, o eso parece que es. Me levanto para ver asomarme por la ventana y ver qué tienen muchas antorchas encendidas y otras cosas que me privan de una buena vista.
Bajo para ir a ver el alboroto que se traen los cazadores el día de hoy. O esta noche de luna llena.
Al irme acercando con Jack cuidando mis pasos veo una figura espantosa que refleja a las brujas oscuras de toda su hermandad.
Una Apriante.
Las brujas que ven el futuro y el pasado de una persona.
Son las más exactas en eso, y también capturarlas es un reto para cualquier cazador bien entrenado. Así que se debió dejar atrapar.
La bruja pelea contra los cazadores que la tienen sujeta entre las cuerdas, la bruja habla en varios idiomas que nadie entiende.
—¿Dónde la encontraron?—el padre de Alandher es quien o serva a la bruja con desprecio.
—A las afueras de Silveria—responde mi padre.
La bruja es calva con uñas largas y una vestimenta negra, parecida a la unión de prendas viejas y pegadas en una sola para que ella la lleve.
—Son astutas estas perras—gruñe viéndola—. Tristemente no vio qué la atraparían—se burla.
—¡Superle!—ese idioma si lo entendí.
Le dijo estúpido.
—¡Mie hermash talragr le terresh!—la risa del padre de Alandher suena en todos los lugares.
—Arderá en la hoguera.
La bruja se mueve de nuevo hasta que sus ojos caen en los míos, sus ojos bajan a Jack y sonríe de una forma maliciosa que me da miedo.
—¡Una brush Blanc, te seguie bustand le monarc!—trago saliva.
Pues la traducción de eso es: una bruja blanca, te sigue buscando el rey.
Tragó despacio.
—¿Por qué me busca?—no evité la pregunta.
Y eso parece sorprender a muchos, no me importa, ni tampoco el acercarme a ella para obtener la información que quiero.
—¡Suran!—se burla—¡Iris le trofet!
—En español.
Se ríe de forma macabra pero no me interesa, quiero mi respuesta, y con la misma cuerda hago que sus huesos comiencen a tronar por la forma en que la aprietan, sus manos intentan hacer un hechizo para contrarrestar el mío, pero soy más fuerte y no evitó que un par de sus costillas truenen.
Asiente y la suelto un poco.
—Tu madre fue astuta al dejarte donde te encontrarán—dice en perfecto español.
Sin embargo no quita ese toque arrastrado como de serpiente.
—Los cazadores te han criado como una de ellos—no oculta lo que dice—. Pero ese no es tu destino, bruja. El rey Rhaysan te encontrará, pues todavía busca a su reina, y el tatuaje en tu espalda es su señal de reclamo, nadie puede meterse con su reina.
Mis instintos son nulos ahora.
—Por el momento estás segura aquí—eso parece una burla—. Pero no por siempre. Rhaysan tiene una noción de dónde estás, y te encontrará. Es solo cuestión de tiempo.
—¿No puede conseguir otra reina?—el bienestar de mi familia me importa.
La risa de la Arpiente es mi respuesta. No tengo salida.
—Rhaysan te escogió a ti, para ser la madre de su hijo—trago saliva.
De una manera gruesa.
—Por eso tu madre te trajo aquí, la aldea más alejada de cazadores—trago más—. Pero ellos la quemaron cuando les pidió ayuda… pero no puedes controlar por siempre el poder que empieza a crecer en ti, eres la reina de las brujas, la mujer del rey Rhaysan. ¿Así cuánto le das para que te encuentre? Apuesto que en dos lunas más vendrá por ti.
<<Por su adorada, Esposa.
Tragó sintiendo un par de brazos a mi espalda.
—Es una suerte que no huelas al cazador—mis ojos van a Alandher que no muestra expresión—. Rhaysan es celoso y que su esposa huela a alguien que nos mata sería malo.
—¿Cómo sabes todo eso?
—Porque él fue quien mando a los lobos a buscarte—no—. Felicidades niña, dejaste vivo al que le dio tu ubicación.
No veo nada cuando siento algo enterrarse en mi corazón, pero no es algo material, más bien es como una visión.
Pongo mis manos en mi cabeza antes de dejarme caer de rodillas, mis ojos están apretados.
Cuando los abro ya no estoy en la aldea, más bien estoy en una habitación de piedra, donde hay una cama cubierta por un edredón n***o y una chimenea humeando.
—Unas lunas más, Harper.
—¿Rhaysan?
Siento un par de manos en mi cintura, ambas me tratan con amor y despacio acarician mi piel.
—Te encontré desde hace tres años—cierro los ojos sintiendo sus brazos en mi piel—. Haré pedazos esa aldea en la que estás.
—No lo hagas—las caricias se detienen—. Por favor.
—¿Te importan?
—Tal vez no conocí a mi madre real, pero ellos me criaron.
—Enviaré un dragón por ti—asiento despacio—. Él debe regresar contigo y sí no lo hace, iré yo.
Asiento antes de abrir los ojos de golpe en la aldea con la bruja riendo a todo pulmón por lo que acabo de hacer.
—Encantador, ¿No lo crees, Harper?
—Él…
—Te ama, Harper. Y hará lo qué sea por ti.
Abro la boca cuando una espada la degolla, después de eso ponen una antorcha en su cuerpo que comienza a arder con suma facilidad. Mis ojos van a quien le cortó la cabeza y para mí sorpresa fue Alandher quien la mato y quemó.
No me dice nada.
Sólo toma mi mano y me arrastra lejos de las personas, mejor dicho, me carga y lleva a casa así. No peleó con él, pero cuando me baja en el l interior me alejo de Alandher.
—Harper…
—Él vendrá, y no lo podrás detener.
—No dejaré que te vayas.
—No es asunto tuyo.
???