El viaje de ida al departamento de mi amiga fue rápido, ya que al estar viviendo en lo de Rubius, todo me quedaba bastante más cerca. Sin embargo necesitaba volver a mi casa, quería un tiempo para mi, para relajar mi mente de todos los malos pensamientos que estaba teniendo últimamente.
-Al fin llegas.-fue lo primero que dijo Victoria cuando me vio.
Antes de poder responderle, ya estaba dentro, siendo empujada por mi amiga hacia su habitación.
-Necesito que me ayudes a decidir que ponerme.-declaró y me soltó alejándose.
Sonreí y la miré. Su pancita ya había comenzado a crecer y su cabello ya no tenía nada de color fantasía, era n***o completamente y estaba mucho más corto. Estaba bellísima y se la veía muy feliz, y por consecuencia eso me ponía feliz a mi.
-Bien, ¿Cuál es la ocasión?-pregunté sentándome en su cama, corriendo algunas prendas que estaban esparcidas.
-Aaron me invitó a cenar y me dijo que tiene que hablar de algo muy importante conmigo.-respondió- Estoy un poco nerviosa porque no sé que quiere decirme, hace dos semanas que esta un poco raro y no sé lo que le pasa.-comenzó a explicarme mi amiga.
No pude evitar sonreír por su desesperación; era muy tierna. Yo sabía que era lo que Aaron quería proponerle, ya que me había llamado hacía ya un mes atrás para que lo ayudara, cosa que hice gustosa. Lo único que no sabía era que el novio de mi amiga iba a ser tan rápido en organizar todo.
-Tranquila, yo te ayudo, además ¿piensas que Aaron va a darte una mala noticia?
-Si, puede decirme que se hartó de mi y de mi bebé, que no me quiere ver nunca más, que encontró una chica mucho más linda que yo...
Solté una risita y gatee hacia ella; entendía que estaba susceptible por el embarazo y sentía un poco más las emociones, pero su imaginación siempre había sido enorme.
-Dudo que Aaron te deje; te ama con tanta intensidad... no hay manera de que pase eso, así que deja de llorar, no queremos que tus ojos estén hinchados esta noche.-murmuré secando algunas lagrimas que habían comenzado a caer.
-¿Tu crees?-preguntó sorbiendo su nariz.
Asentí sonriendo y la abracé.
-No creo, yo sé.-le dije para tranquilizarla.
-Gracias.-susurró con su cara escondida en mi cuello, haciéndome cosquillas.
No pude evitar reírme y retorcerme, provocando que ella riera conmigo.
Luego de un par de palabras y risas más, mi amiga ya estaba vestida, peinada y lista para la cena. Sin embargo no pude hacer que se tranquilizara del todo.
-¿Todavía estas en el departamento de Rubén?-preguntó Vicky mientras volvía a mirarse en el espejo, arreglándose algo que ya estaba arreglado.
-Ajá.
-¿Y como están ustedes? No te he escuchado hablar de él en ningún momento de estas dos horas.-declaró dándose vuelta para mirarme.
Agh, sabía que su mente estaba trabajando a mil por hora, y ahora no solo era por la cena que tenía con su novio, ahora también era por mi relación con Rubius.
-Estamos bien, no hablé de él porque no surgió, además estoy aquí por ti y hoy es tu noche.-respondí, tratando de evitar completamente hablar de eso.
Pero claramente mi mejor amiga no iba a dejarlo pasar, ni mucho menos. Antes de que me diera cuenta, ya la tenía sentada a mi lado esperando que empezara a hablar.
Suspire y mire hacia mis pies. El nudo que había olvidado al momento de entrar a este departamento, volvió a aparecer, como si nunca se hubiera ido.
-En serio todo esta bien.-susurré, pero apenas terminé de decir eso, todo el peso que tenía en mi espalda me aplastó.
Comencé a sollozar; sentí los brazos de Vicky envolviéndome rápidamente, e intente relajarme, pero no podía. Las manos de mi amiga comenzaron un vaivén en mi cabeza, acariciándome lentamente.
Luego de unos minutos, pude controlar mi respiración y las lágrimas, así que me separe de Vicky, quien me miraba expectante y preocupada. Con el dorso de mis manos, seque la humedad de mis mejillas y respire. Sabía que después de esto no podía no contarle nada.
-Estoy un poco asustada.-murmuré todavía sin mirarla.
-¿Por qué? ¿Qué a pasado? ¿Te ha hecho algo? Ese imbécil, sabía que no tenía que confiar en...
-No me hizo nada, es otra cosa, algo mío.-la interrumpí haciendo que se callara casi al instante.
Un pequeño silencio nos envolvió, necesitaba acomodar en mi cabeza lo que le diría a continuación.
-Creo que tengo miedo de que me deje, como lo hizo Jackson, y no puedo ni siquiera decirle que lo amo porque tengo miedo de ser demasiado intensa o no lo se...-tomé aire y me quede callada un momento- Y ahora no se que me pasa... apareció esta chica, Abril, una amiga de Ruibus, esta mañana vino a casa y me sentí desplazada. Sé lo que son los celos, lo he vivido un par de veces, y no me gustan, pero hoy no pude evitar sentirlos, él se veía tan cómodo con ella, y ella era realmente hermosa, y no te estoy diciendo de que yo no lo sea, pero ella era el estereotipo perfecto.
-A ver, espera, espera.-mi amiga se acomodó y puso una cara seria- ¿Todavía no le has dicho que lo amas?-preguntó, a lo que yo negué- ¿Tu piensas que él te va a dejar por eso?
Me encogí de hombros en respuesta.
-Bien, conociendo a Rubén dudo que te deje por eso, aunque entiendo tu miedo, estuve como medio año intentando decirle «te amo» a Aaron, pero no va al caso; cualquiera que los vea a ustedes se da cuenta de cuanto se aman, mutuamente.-me sonrió y aunque quería sonreírle de vuelta, no pude hacer más que una mueca- De igual manera, no importa si no se lo dices ahora, todo a su tiempo, si no te sientes preparada por toda esa inseguridad que tienes encima tuyo también está bien, pero no te presiones, sin embargo tampoco te cierres a la idea de hacerlo en algún momento.
Asentí tomando sus palabras; realmente tenía mucha razón en eso.
-Y ahora con la chica esa... ¿Cómo me dijiste que se llamaba?
-Abril.-murmuré bajito.
-Mira, si te pone celosa, háblalo con Rubén, si él te dijo que era una amiga, confía en él, y si confías en él, pero no en la chica, dile tus dudas; al fin y al cabo una relación se basa en la comunicación, y si no hablas con Rubius, nunca van a poder aclarar nada.
Volví a asentir.
-Gracias.-susurré.
-Eres una imbécil, no tienes que agradecerme de nada, además sabes que si el tonto de tu novio hace algo a tus espaldas, nos tiene a mi, a Silvia y a Sam, en la puerta de su departamento, listas para darle la hostia de su vida.-declaró con una sonrisa maligna en su rostro; no pude evitar reír- Ah, y otra cosa, no dejes de sonreír nunca, porque eres hermosa, fuerte y brillas más que nadie en este mundo.
Al borde de las lagrimas, me lance en sus brazos, obviamente que con cuidado de no hacerle daño.
El timbre sonó, haciendo que las dos nos sobresaltáramos.
-Ese debe ser Aaron.-murmuró alejándose de mi, volviendo a ponerse nerviosa.
Antes de que pudiera levantarse de sofá, tome su mano haciendo que me mirara.
-Estas hermosa, y quédate tranquila que todo va a salir más que bien.-declaré, ganándome una sonrisa de su parte.
Vicky volvió a abrazarme rápidamente.
-Te amo, y sabes que siempre estaré a tu lado.-susurró en mi oído para luego separarse.
El timbre volvió a sonar y rápidamente me levante para salir con ella. Tenía que hablar con Rubén, y esta vez sin escapar, sin miedos.
Aaron esperaba a mi amiga con un ramo de crisantemos blancos; cuando me vio salir con ella, alzó las cejas claramente sorprendido.
-¿Por qué te sorprendes?-pregunté bromeando.
El novio de mi amiga rodó los ojos y me ignoró, haciéndome reír.
-Estas bellísima.-le dijo a Vicky, haciendo que sus mejillas se sonrojaran.
Los dos se envolvieron en una burbuja donde solo existían ellos; se besaron y comenzaron a susurrarse cosas bonitas.
-Bueno, los dejo, espero que pasen una hermosa velada.-declaré, sin embargo ninguno me escuchó.
Rodé los ojos y decidí irme. La noche estaba cayendo lentamente, sin embargo no estaba cansada, había dormido lo suficiente.
Llegué a casa luego de un corto viaje; en todo el trayecto había estado pensando que decirle a Rubius, en como podía abordar el tema sin espantarlo, sin sonar insistente, aunque me reprendí por ello casi al instante. Todo lo que Vicky me había dicho lo mantenía en mi interior y sabía que iba a decirle; sin embargo todo se modificó cuando entre al departamento y lo encontré vacío.