RED SUN

3098 Palabras
No supo qué contestar. Se quedó allí parado. Veía a Jules que se había agachado porque la mujer cayó al suelo, desmayada, y la sangre aún brotaba un poco de su cuello, pero ya no sentía ánimos de beberla. Ahora se había alejado de la situación y chocó contra uno de los muebles que estaban ahí, asustado por el ruido, también se rindió cayendo de rodillas hasta el suelo y agarrándose la cabeza que parecía que se le partía. Fue un shock. Jules posó su mano sobre el hombro. — No está muerta. Pero no podemos llamar a la ambulancia. La voy a acomodar acá, ¿está bien? —murmuró. Lukács no contestó, seguía abstraído de la realidad, parecía no entender nada de lo que estaba sucediendo. — ¿Qué hiciste? —le preguntó y lo tomó de los hombros. Lukács alzó la cabeza y de repente sintió frío, luego recordó que estaba desnudo, por lo cual, el otro le alcanzó la ropa y se la comenzó a colocar lentamente, más calmado, más tranquilo. Jules lo observaba extraño. Cuando terminó de vestirse, posó su cabeza contra el pecho del contrario y allí se quedó, sin hablar. Dos brazos apretaron su cuerpo e intentó acercarlo más a él, en un intento de sentarlo encima.  Eso fue lo último que sintió porque se desmayó profundamente. Sus ojos cerraron y la consciencia se le borró. Se despertó en su habitación con la vestimenta cambiada y sintiéndose mucho mejor, aún sentía una especie de agotamiento físico que no comprendía muy bien a qué se debía, hasta que de repente recordó todo lo que sucedió anteriormente y volvió a acostarse. Sintió que la ducha del baño se había prendido, por lo cual, se asustó bastante y preguntó quién andaba por allí. Del baño salió Jules con una toalla que cubría desde sus caderas hacia abajo, y Lukács alzó una ceja. — ¿Qué mierda Jules? ¿Me acosté con vos o qué hice? —ahora no sabía si su memoria le fallaba y eso le generó un cierto miedo.  — No, Lukács. Pero te traje hasta tu habitación, limpié todo en la cabaña, también tuve que mentirle a la chica sobre lo que había pasado. Entonces terminé por ducharme. ¿Te acordás lo que pasó? — Sí, me acuerdo. Me acuerdo que la mordí y se sintió muy bien la sangre en mi boca, y después pensé que tendría que averiguar sobre mi familia, a ver quién es vampiro o de dónde salí yo tan extraño. Pero no puedo pensar mucho en este momento. ¿Qué hora es?  — No sé, pero te veías muy tierno porque te apoyaste en mí y ese fue el único momento donde realmente pensé que eras una persona normal y no un monstruo.  — Qué asco Jules. Ahora vayamos a lo importante, ¿qué hora es?  — Es de noche. Dormiste horas y horas. Son las 7 de la noche. Lukács se sorprendió al escuchar eso y no pudo negar que al menos se sintió un poco feliz por lo que Jules le mencionó, además de esa pequeña broma que había compartido con él. — ¿Hoy no es la fiesta en mi honor? ¿A qué hora tenemos que ir?  — Sí. Igual supongo que sabrás que ni Maxime ni Malika ni Dánae van a ir, sino que solamente vamos a ir yo y nuestro padre.  — Qué me importan esos tres. Son unos inútiles.  — ¿No querías a Dánae? — Sí. Pero al final de todo me di cuenta que únicamente le gustaba cuando yo era una persona manejable y me aguantaba todo lo que tu familia me hacía. Cuando me rebelé, decidió alejarse de mí y empezar su propio camino, por una parte, me alegra, pero por otra parte, sólo le gustó ser la chica amable que se junta con el que nadie quiere. ¿O no? — Yo creo que la vida de Dánae tampoco ha sido fácil, pero quizás tengas razón. Nunca te consideré raro, Lukács, supongo que ella tampoco. Creo que el momento más humano que tuviste fue hoy, sí, tal vez, es raro decir que justo el momento más humano fue hoy porque mordiste una chica y te gustó la sangre, pero fue el único instante donde te vi débil, donde te vi emotivo y derrotado.  — Gracias Jules por haberme traído hasta acá y limpiar mi desorden.  — ¿Ves? Estás teniendo otro momento humano.  — Nunca te odié Jules, ni a vos ni a Dánae. Sólo les tengo resentimiento porque tienen algo que yo nunca voy a poder conseguir, ustedes pertenecen a “algo” ya sea esta horrible casa o a su estúpido apellido, sin embargo, yo no.  Jules se sentó sobre el borde de la cama, pero Lukács se levantó.  — No es así. —le contestó con cierta amargura, pero el otro no le contestó. Simplemente le hizo un gesto de descontento. El cariño ni siquiera le pertenecía, no podía ser una persona demasiado afectuosa, era más bien frío y distante. La única que lo había podido sacar de ese reino de hielo que construyó a su alrededor fue Dánae y se había ido. “¡¡Hoy nos vemos en la fiesta!!! ¿O no? Si no venís, te voy a buscar yo” Un mensaje de Iris le cayó de repente a su teléfono y volvió a sonreír. Qué tal si ella ahora era su nueva razón para sonreír, qué tal si ella ahora era su nuevo interés. Recordó el beso que se habían dado a la salida de la cafetería. Eran como dos amantes cometiendo crímenes, quizás eso era lo que le gustaba a Lukács. Ese sentimiento de adrenalina que había experimentado anteriormente. Bajó a comer algo junto a Jules y ambos observaron maletas. Miraron extrañados, pero Lukács sólo comió las tostadas que estaban en la mesa. Tenía hambre, por lo cual, no sabía bien cómo funcionaba el hecho de “ser vampiro” ¿se suponía que con la sangre alcanzaba o no? Al parecer no, porque ahí estaba devorándose la comida en la mesa. De repente, Malika salió de la cocina, y tomó unas maletas, miró de reojo a Lukács. Su padre salió detrás de ella. Ambos estaban discutiendo.  — ¡No, no puedo! No puedo estar acá.  — ¿Por qué Malika, por qué?  — Por la culpa de tu hijo, bueno, ni siquiera sabemos si es tu hijo. Ese bastardo que trajiste. Tenés que decidir, o me voy yo, o se va él.  — Yo voto porque te vayas, Malika. —agregó Lukács levantando la mano y Malika casi lo fulminó con la mirada. Jules le pateó el pie.  — Callate, infeliz. ¿Te pensás que vas a ganar? ¡¡¡Sólo me voy por unos días!!! No pienso verte cómo te regocijas y te dan el cargo de CEO sin considerar a ninguno de mis hijos. Tenés que saberlo, Lukács, todo lo conseguiste a base de manipulación ¡¡y encima acostándote con el jefe! —gritó, colérica.  — Malika te conviene cerrar la boca por los días que restan o tengo una sorpresita más para vos. —le guiñó el ojo, y Malika lo comprendió. Hablaba de su estúpido amorío, directamente, salió de la mansión y se escuchó el auto hasta que se dirigió a la entrada.  Continuó comiendo, y su padre, derrotado, se echó en el sillón sosteniendo la cabeza entre sus manos. No dijo nada, pero después los miró a los dos y les sonrió apenas. La mansión sin Malika y Maxime era un placer y creo que los tres lo sabían, sólo que no querían decirlo. Bueno, Jules y su padre, por su parte, Lukács lo decía abiertamente sin importarle nada. — Ay… Lukács, tan solo 21 años y ya vas a ser CEO del departamento. Qué orgulloso estoy de vos. —dijo el hombre, y palmeó su espalda. Al parecer todos estaban cariñosos ese día, quizás la emoción de la fiesta les había llegado a los dos raritos de su padre y medio-hermano.  — Gracias. —respondió secamente y encendió un cigarrillo.  — Siempre tan amable, Lukács. —respondió Jules.  — La envidia es peligrosa, Jules. —le contestó expulsando el humo y luego cerró los ojos unos segundos. Su padre aún seguía observándolo, emocionado. El tiempo se había pasado rápido. Ya debían prepararse.  Así que subió hasta su habitación para tomar una ducha, y la camiseta de él estaba extendida sobre la tina, la revisó, y se topó con la sangre seca que había quedado. Pequeñas gotitas habían caído sobre esta, así que la terminó colocando en una bolsa y escondiéndola bajo su cama. Se observó al espejo y vistió adecuadamente para la ocasión, no iba a ir demasiado formal, ni demasiado casual. Nuevamente bajó las escaleras rápido, su cabello aún estaba un poco mojado, pero no importaba, Jules y su padre lo esperaban en la entrada de la mansión, donde directamente se subió al auto cruzado de brazos y parecía que ambos querían hablar con él, pero Lukács no le estaba prestando atención a ninguno de ellos, más bien, miraba por la ventana las luces de la calle y se distraía pensando en diversas cosas.  — Lukács, ¿has invitado a Salomé?  — No. Pero ella lo sabe, y tampoco quiso venir o al menos eso me dio a entender. Me felicitó. Y siendo sincero, padre, tampoco deseo verla, hay demasiado alcohol y drogas, voy a tener que controlarla toda la noche. — ¿No extrañas a tu madre, Lukács? —le preguntó Jules, pero luego se dio cuenta que era una mala pregunta, así que miró para abajo. Lukács rodó los ojos y alzó una de sus cejas. — No. Y ella tampoco. Sólo le interesa que vaya para que le dé dinero o le deje las compras del mes, pero así nos llevamos los dos. O sea, así somos ambos, por eso no la juzgo. Nunca me ayudó, ni me crió bien, pero a veces es bueno pelear con tu madre y no con alguien extraño, así que no me quejo. Vos no sabés nada, Jules, literalmente viviste en una burbuja toda tu vida, no sabés cómo es la vida de la gente que no tiene los mismos lujos que vos, no sabés cómo se sufre y cómo se vive. Por eso capaz no vas a entender nunca mi relación con ella.  Y allí terminó la conversación. Bajaron del auto y una empleada les dio la bienvenida al salón. No eran los primeros, el lugar estaba llenándose de a poco. Era un salón de fiestas enorme, totalmente decorado, con luces neón, violetas especialmente y se oía todo un jolgorio dentro. Había gente hermosamente vestida, y otras personas que quizás estaban de manera más casual. Apenas observaron a Lukács fueron a saludarlo, y felicitarlo por su nuevo puesto; ahora había conocido a las esposas de todos los jefes, señoras ricas con una amabilidad impuesta, pero le agradaba. Intentó ser lo más cordial posible. Él era el centro de atención, y ahora que lo empezaba a pensar eso no era muy interesante. De un momento a otro, sintió la voz de alguien detrás suyo: — Hey, handsome. —se oyó la voz de Iris Richards, y Lukács se dio vuelta de inmediato. Se aproximó hacia ella, y ésta le dio una copa. — ¿Ahora podemos brindar? —le preguntó en voz alta, y Lukács asintió con la cabeza. Ambos chocaron sus copas y la espuma se escapó de los bordes. Estaba hermosa. Iris tenía la piel morena, pero ojos claros, y eso contrastaba muchísimo con el vestido que estaba usando, era rojo con la espalda descubierta, sus labios gruesos también tenían una tinta rojiza que llamaba mucho la atención.  — ¿Y qué pasó al final en tu casa con el artículo? —le preguntó bebiendo de la copa.  — Uh. Muchísimo. Maxime y Malika casi me quisieron matar, y además de eso, hoy justamente la esposa de mi padre se fue de la casa por unos días, por suerte igual, lo único malo es que va a volver.  — Bueno, no tenés la culpa. Ellos fueron personas terribles realmente. Se lo merecen. —alzó sus hombros y bebió todo el líquido.  — ¿Cómo estás vos Iris? —le preguntó. Era estúpido, pero sí se ponía nervioso junto a ella, y hasta quizás se sonrojaba como un adolescente.  — Estoy muy bien. Feliz porque te encuentro a vos acá y además hay comida gratis y alcohol. ¿Qué mejor que eso, no?  — No hay nada mejor que eso. —sí, era un estúpido para las conversaciones. Sólo sabía pelear y armar dramas, pero cuando una mujer hermosa se interesaba en él y deseaba hablarle, sólo podía comportarse raro.  Iris lo tomó del brazo y le sonrió. — Te voy a presentar a mi padre.  Él simplemente la siguió, más aún porque de repente se vio frente a un hombre sentado en un sillón amplio, carismático, parecía un hombre mayor, pero era increíblemente alto y muy rudo, o al menos eso parecía en su mirada. Su hija lo presentó, y éste observó a Lukács sin decir nada, hasta que después le sonrió y palmeó la espalda del muchacho.  — ¡Él es el nuevo CEO, Iris! ¿Es tu amigo?  — Sí, padre, es mi amigo… O quizás más que eso. —murmuró en voz baja y le dirigió una sonrisa a su acompañante.  — Un placer conocerlo, señor Richards. —le estrechó una de sus manos cordial e Iris se rió de él. Debía hacer buena letra con el hombre, aunque en realidad no le daba malas vibras. Después Iris lo alejó y se despidió de su padre.  — ¿Y qué tal? ¿Cómo te pareció? —le preguntó de repente, de manera genuina. — No lo conozco mucho, tonta, pero no me cayó mal.  — Yo soy fiel creyente de que la primera impresión cuenta mucho. Siento que es como ese detalle que se te pasa de vista cuando entras en confianza, pero que siempre está ahí. Y me pasó con vos, apenas te vi me caíste bien y por eso voté a tu favor…  — Me alegra mucho que pienses de mí, Iris y además fuiste la única que se acercó después a decirme que ibas a votar por mí. Te lo agradezco.  Allí Lukács se quedó jugueteando con sus manos nervioso, pero decidió invitarla a bailar con él, aunque luego todo eso le pareció muy formal y no supo de dónde lo sacó, su padre era un poco así, más “caballero”, pero probablemente su madre quizás ya estaría teniendo sexo a su altura. Si lo pensaba bien… Tenía un 50 y 50 de ambos. Toda la noche estuvieron juntos, dándose miraditas cómplices, abrazándose un poco, tomándose de las manos, y notó que algunas personas también lo estaban comentando, especialmente su padre y Jules, parecían burlarse de él. Era muy raro ver a un Lukács tonteando como una persona de su edad, pero no le dio demasiada importancia. Se separó de ella en un momento cuando fue a buscar más bebidas, todo se le empezaba a dar vueltas, y de manera distraída alguien lo tomó de los hombros, cuando él lo miró se dio cuenta que era el amante de Malika. Qué mierda quería ahora. — ¿Qué le hiciste a Malika? —le preguntó cerca de su oído.  — ¿No hablas con ella? ¿Qué querés? —le respondió con otra pregunta y agarró las dos copas. En ese instante se dio cuenta que el tipo estaba sosteniendo el celular, de manera que parecía filmarlo. Así que Lukács alzó una ceja.  — ¿Mentiste en el artículo? ¿Por qué dijiste eso?  — Nunca miento, pero aún así, mandale mis saludos a Malika y dejá de filmarme. Gracias.  Cuando quiso despedirse de este, el tipo lo lanzó contra la pared en un rincón oscuro del salón y golpeó su estómago. Lukács tosió y como estaba algo desorientado debido al alcohol no tenía todos sus sentidos funcionando al 100%.  — ¡Maldito drogadicto! Igual que tu madre, ¡sos igual a ella! Maldito bastardo. Le arruinaste la vida a Malika, manipulador y zorra además sos. —este no lo soltaba y parecía mirarlo con tanta rabia. Nadie en la fiesta lo había notado, además se lo llevó más lejos, en uno de los pasillos donde casi la música no se oía, lo golpeó nuevamente, observó que tenía una navaja, por lo cual, quiso huir de la escena o al menos llamar a alguien, aunque en un momento una energía vital recorrió su cuerpo cuando supo que su vida se hallaba en peligro y se abalanzó en el mismo momento que el otro sacó la navaja para apuñalarlo. Lo agarró de la cabeza y corrió hacia un lado para clavar sus dientes sobre la piel caliente, la sangre fluía aún más porque el hombre había estado bebiendo y con la fiesta también, así que la sangre salía a chorros de la cual bebió toda y no dejó que se escapara. El otro intentó dar un grito, pero no pudo y cayó sobre el suelo lentamente.  Lukács se limpió las manos y se fijó que nada en él estuviera manchado. Fue hasta el baño rápidamente para limpiarse la mandíbula, el rostro, los dientes, tomó un poco de agua y luego salió. Agarró su teléfono para llamar a Jules. — ¿Pueden venir? Estoy en el pasillo este. Parece que un empleado se descompensó y está acá tirado.  Su padre y él asistieron de inmediato a la escena, y se sorprendieron al verlo al hombre allí. Era un socio de su padre que tenía un cargo menor. Los dos miraron sospechosamente a Lukács, pero él estaba parado al lado del cuerpo secándose las manos.  — ¿Qué pasó hijo?  — No sé. Salí del baño y estaba acá.  Se llamó a la ambulancia y como Lukács había sido el primero en verlo, le preguntaron ciertas cosas.  — Yo supongo que estaba intoxicado. Demasiado alcohol o drogas. —les respondió y quedó como el héroe que salvó una vida.  Luego, más tarde, Jules se acercó a él y le preguntó qué había pasado realmente. Allí se dignó a contarle. — Me agarró del brazo y empezó a filmarme.. Al parecer tu madre lo mandó a que hiciera eso, después me golpeó y tenía una navaja. Entonces lo mordí. 
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR