Respire hondo.
Me aterraba con demasiada intensidad tener que enfrentarme a mis padres no era algo demasiado sencillo, menos cuando les tenía que pedir permiso para quedarme en la casa de los Silva, ya de por si había millones de problemas para aceptar que nos fuéramos a dormir a casa del otro para aceptarlo ahora que no teníamos relaciones, mis padres al igual que la mitad del mundo siempre creyeron que Finn y yo teníamos mucho más que amistad, creo que en un momento de la vida hasta yo misma lo creí, cuando comencé a tener sensaciones amorosas por la gente, pues me confundía demasiado por todo, nadie me explico cual era la diferencia del amor y la amistad, mi madre siempre me decía que me casara con mi mejor amigo, que esas eran las mejores relaciones, pero no creo que la amistad se deba mezclar con el amor.
Entre a mi casa, y nada más hacerlo mi hermana Diana salto a mis piernas.
—Alice—grito mi hermana de felicidad, levante a mi hermana del suelo y bese su mejilla
—Hola mi alteza—le salude.
Mi hermana río.
—¿Mucho trabajo?—me pregunto mi madre.
Mire a mi madre que estaba sentada con un libro en el sofá con Beatriz a un lado y supongo que Diana estaría en el otro.
—Tenemos que reorganizar la biblioteca—le conté.
Mi madre me miro con una sonrisa dulce.
—¿Puedo dormir mañana en casa de Finn?—pregunte a mi madre.
Mi madre me miro impresionada y pestañeo varias veces.
Si algo he aprendido de las mil veces que he tenido que quitar tiritas a Diana, es que la mejor forma de hacerlo es con rapidez y directamente, es la forma en la que menos duele, rápido y sin pensarlo por lo que voy a tomarme las cosas complicadas de la vida, como el quitarme una tirita, cuanto antes lo haga y más rápido.
—Por mi no hay problema, pero creo que tendrás que hablar con tu padre—comento mi madre.
Me senté a su lado, poniendo a Beatriz encima de mi.
—Tenemos que hacer un trabajo—le comente.
Mi madre me miro.
—No me importa la razón, me parece bien que seáis amigos—me comento mi madre,
La mire,
—Mama, no va dejarme, tengo permiso de estar con Finn por información, si le dijo eso me obligara a enviarle fotos del despacho del señor Silva, y no me apetece complicaciones, quiero estar tranquila y no lo estoy con esta presión encima, le estoy usando y mintiendo—comente.
Beatriz se sentó y me miro.
—No mientes porque quieres ser su amiga—me aviso mi hermana.
Negué cansada y frustrada.
—Dile la verdad—me sugirió Diana como si nada.
Mire a mi hermana pequeña.
—Diana, ve a por galletas—le ordeno mi madre a mi hermana pequeña.
—¿Las de chocolate?—le pregunto la pequeña emocionada.
Antes incluso de que mi madre asintiera, Diana ya estaba corriendo a la cocina a buscar las galletas.
—¿Vamos a hacer un plan maligno?—pregunto mi otra hermana.
La mire mal.
Diana era una persona que hablaba mucho, lo contaba todo y más cuando se le daban cosas, si mi padre sospechaba algo iba a acudir a ella con cosas para que dijera todo, si sabía algo, estábamos perdidas en lo que fuera que mi madre estuviera planeando.
—Diremos a tu padre que vas ha hacer el trabajo a casa de una compañera, le diré que conozco a la madre y que es de fiar—comento mi madre.
La mire.
—En realidad eso no es mentira del todo—le dije.
Mi madre me miro.
—Es tú decisión lo que le dices a Finn, si decides contarle todo y dejar de estar atada a tu padre arriesgandote a que no te hable o que te entienda, pero lo que hagas esa noche no es algo que yo controle, solo tú, a tu padre lo puedo controlar, lo demás es cosa tuya—me dejo claro mi madre.
Cerré mis ojos y suspire.
—Finn esta loco por ti, seguro lo entiende—me intento calmar Beatriz.
Abrí mis ojos y mire a mi madre y hermana.
—Soy una idiota por hacer esto—me queje.
Mi madre paso su mano por mi pelo.
—No te preocupes, en ocasiones nos dejamos llevar demasiado por las emociones—me dijo mi madre.
La mire,
Siempre he tenido claro que quiero a Finn en mi vida, que le necesito, no porque le ame como pareja, jamás he pensado en el como la persona a la que voy a dar besos o como la persona con la que casarme pero siempre que he soñado con mi vida, siempre he tenido claro que quería tener a Finn a mi lado, apoyándome y acompañándome, nunca he visto mi vida sin él por mucho que hayamos estado dos años separados, es que incluso en estos dos años contaba en planes futuros con él, estaba tan metido en mi, en mi vida y mis pensamientos que no veo otra forma de relacionarme con él, que tenerle en mi vida.
Mi madre tiene razón en que es mi decisión lo que le diga a Finn durmiendo en su casa, es solo asunto mío como terminen las cosas, decirle la verdad es una opción, por mucho que mi hermana y medio mundo crea que Finn esta loco por mi, no es así, Finn me quiere como su amiga, de la misma forma en la que yo le quiero pero eso no quita que me perdone todo, que perdone cada decisión que haga y que tome, Finn tiene sus principios y sus sentimientos, lo que he hecho va en contra de todo lo que el piensa y le hace daño, le afecta en primera medida por lo que debo pensar muy bien el que hago, y mis palabras. Todo es un posible riesgo.