Tras estar casi dos horas con Gabriel, mi ropa estaba lista, me la puse y le deje seguir trabajando con gente que realmente le diera dinero, el chico no se quedo contento hasta que acepte coger su numero de teléfono y pensarme lo de ser modelo.
Amaba la moda, desde coser hasta sacarme fotos y leer sobre ello, siempre me gusto el arte que hay en coser y en llevar un vestido delante de millones de personas, en las películas, nunca ,e fijaba en los personajes o la historia sino que disfrutaba viendo los trajes, amaba los vestidos de las princesas y amaba los tiempos que pasaba con mi abuela cosiendo, quiero vivir en ese mundo, es algo que tengo claro pero que quiera hacerlo no hace más fácil las cosas. Mis padres no creen que el mundo de la moda de dinero, por mucho que les haya enseñado el gran dinero que tienen las modelos, pero ellos creían que debía tener una base de estudios, por eso iba a estudiar periodismo, para que me dejaran tranquilos pero lo que realmente amaba era la moda, hacer vestidos y ponérmelos.
Suspire.
Abrí la puerta de mi casa para encontrarme a mi padre en la entrada mirándome con enfado.
—¿Sabes todo el dinero que cuesta tu instituto para que estés faltando por tonterías?—me pregunto sin dejarme entrar.
Me quede congelada, sin saber que decir o que hacer, se me acaba de venir todo el mundo encima.
—Papa—le dije para intentar comenzar una conversación de adultos, era algo casi imposible, mi padre estaba muy enfadado pero enfadarse no era la solución, no íbamos a poder cambiar las decisiones que ya había tomado.
Mi padre sin dudarlo un segundo me pego un tortazo con todas sus fuerzas haciendo que por el impacto doblara mi cara y se me pusiera a palpitar del dolor.
Pase mi mano por mi mejilla y le mire.
—Ricardo—le llamo mi madre demasiado sorprendida.
—Cállate Carmen—le ordeno mi padre a mi madre, mi madre se quedo blanca y se quedo donde estaba sin saber que hacer, creo que ninguna sabíamos que hacer.
Mi padre era una persona seria, alguien con demasiado carácter pero jamás había actuado de es forma, jamás nos había levantado la mano.
—Eres una vergüenza para esta familia—me grito mi padre y le mire sorprendida—Faltar a clase con todo lo que se paga porque vayas al mejor colegio del país—me grito mi padre.
Le mire molesta, vale, comprendía que el dinero era una cosa importante ¿Pero no lo era más importante como yo me sintiera?
—¿No puedes preguntarme que me pasa?—le pregunte molesta.
Mi padre me miro.
—Tus dramas de adolescente no son mi problema—me dijo.
Le mire impresionada.
—Pues deberían, porque por tu mierda de plan e perdido a la persona más importante de mi vida—le grite molesta.
Vale, gritar no era la solución pero me dolía demasiado como actuaba mi padre, como no le importaba mi estado de salud. mi salud mental y solo le importaba lo que el quería.
—¿Finn se ha enterado de porque te has acercado a él?—me pregunto mi madre acercándose a mi preocupada.
Me gire para mirarla.
—Se lo he contado—confesé, mi madre me miro sorprendida—No me sentía bien usando lo y mintiéndole, quería que si me contaba algo fuera porque quería no por engaños—explique.
Me gire para mirar a mi padre y volver a la conversación, pero nada más hacerlo me pego otro tortazo sin dejarme tiempo a reaccionar, me quede blanca, sin saber que hacer, como mirarle, todo era demasiado complicado, pero que me pegara, me molestaba demasiado.
—Ricardo por favor—dijo mi madre poniéndose a mi lado para darme apoyo.
—No solo te llega con estar tirando mi dinero sino que estas jugando con el futuro de tu familia—me dijo mi padre.
Le mire demasiada sorprendida. Me molestaba demasiado que me diera a mi una responsabilidad que no tenía porque tenerla, vale que podía sacar información a Finn, pero eso no iba ayudar a mi familia, lo que estuvieran haciendo los Silva si nos afectaba pero las cosas eran mucho más complicada, no íbamos a poder hacer nada por mucho que supiéramos las cosas.
—No puede importante más el dinero que yo, lo estaba pasando mal—me queje.
Mi padre me miro y río.
—Solo has durado dos días—dijo como queriendo ridiculizar lo que había hecho pero eso no era algo que ridiculizar, las cosas no eran como si todo fuera tan sencillo, las cosas eran demasiado complicadas, no solo estaba en medio el deseo o las ganas sino mis emociones que para ser sincera era una mierda.
—Eres un cabrón—le dije sin dudarlo.
Mi padre me fue a pegar otra vez pero me separe de él antes que lo hiciera al ver sus intenciones.
—Fuera de mi casa—dijo mi padre y le mire sorprendida—No pienso mantener a una insolente como tú—me dejo claro, le mire demasiado sorprendida, no sabía como reaccionar, no sabía que hacer, no sabía como tomarme las cosas.
—No—le dejo claro mi madre a mi padre—No vas a echar a ninguna de mis hijas de casa, vas a mantenerlas hasta que sea necesario, porque sino pienso cogerlas e irme—le deje claro mi madre que paso su mano por mis hombros.
Mire a mi madre demasiado sorprendida, mi madre jamás se había enfrentado, al menos delante de nosotras a mi padre, siempre le daba la razón y luego si era necesario hablaban en la cama pero siempre manteniendo la calma, mi madre nunca le llevaba la contraría, pero esta vez si.
—Bien—dijo mi padre algo frustrado—Puede que tu madre no me deje echarte, pero no pienso pagarte nada que no sea comida o escuela, el viaje a estados unidos te puedes buscar la vida—dijo mi padre, sin dejar que me quejara, agarro sus cosas y se fue de la casa.
Mire a mi madre.
—Mama—la llame.
—Tranquila cariño, esto se va solucionar—me dijo mi madre y beso mi mejilla con tranquila—Ahora, metete en la cama y descansa, las cosas van a salir bien—comento mi madre.
Beso mi mejilla, y salió de la casa sin mucho más que decir., cerré mis ojos demasiado cansada, no dije nada, camine a mi habitación para tirarme en la cama, porque esto es demasiado complicado, y creo que las cosas se me van a complicar demasiado, y no se como voy a poder con todo.