Cuando regresaron del mercado Mary ya había cocinado el almuerzo, Marian comió a toda velocidad y salió corriendo rumbo a la universidad, Rachel le comentó a Mary la idea de la chica sobre buscar empleo de niñera en las vacaciones de primavera que comenzaban el veinte de febrero y terminaban el seis de marzo, faltaban tan solo unos días para que las playas se llenaran de estudiantes.
— ¡Cómo no lo pensé antes! Pero claro esa chica Marian le ha dado en el clavo, ¿Si puedes cuidar niños verdad? Claro que puedes cualquiera puede no es nada del otro mundo y si te pones lista puedes ganar una muy buena cantidad en tres semanas, pero tenemos que movernos pronto, en esta zona hay muchas estudiantes que hacen de niñeras para ganar dinero y la mayoría de las familias ya han hecho trato con alguna niñera conocida. Mmmm déjame pensar… que podemos hacer ¡Claro! Martha Parker, hace días me dijo muy emocionada que su nieto vendrá a pasar las vacaciones con ella y su sobrina también tiene una hija, seguramente te puedo recomendar con ella, anda, date una peinadita porque vamos a salir. Martha Parker es nuestra vecina de atrás hace cinco años su hija murió y su nieto quedó en custodia de su padre, pero ellos viven en Miami y Martha no ve al chico más que una o dos veces al año cuando ella viaja a Miami, pero esta vez parece que el padre se ha conmovido y lo traerá a pasar las vacaciones con la abuela y tal vez necesite a alguien que los cuide, porque su sobrina Meredith vino a vivir con ella desde hace un año que también enviudó y tiene una hija pequeña. ¿Pero qué esperas que no te has arreglado? ¡Anda corre que se hace tarde!
Rachel subió corriendo a peinarse y ponerse presentable se puso su top porque hacía calor afuera, ya que todavía no lavaba la ropa que había comprado y se hizo una coleta que la hacía ver más infantil sobre todo ahora que llevaba el cabello más corto.
Mary tomó de su alacena una conserva de guayaba y salieron hacia la casa de la vecina, tuvieron que rodear la cuadra, ya que la entrada era por la siguiente calle, en el barrio elegante,
— Martha es una mujer muy dura y estricta, pero es una buena persona, lo que pasa es que no ha podido superar el fallecimiento de su única hija y menos que su yerno se quedara con la custodia completa de su nieto ¿Eso ya te lo dije? Creo que no te lo dije, bueno eso fue hace cinco años y el año pasado Meredith, su sobrina, también enviudó y como su marido la dejó en la calle, vino a vivir con la tía, esperando heredar algo de su fortuna. Meredith tiene una hija como de unos seis años. Martha y yo tenemos más de veinte años asistiendo a la misma iglesia los domingos y hemos entablado una amistad, además de ser vecinas.
Rachel, asentía y escuchaba, Mary hablaba mucho y no le daba tiempo de contestar así que solo asentía y sonreía.
— Bueno Elizabeth, creo que tú eres muda niña, parece que te comieron la lengua los ratones, bueno es mejor que no hables, tu déjame todo a mí.
Llegaron al frente de la casa y era mucho más grande y bonita de lo que Rachel se imaginaba, caminaron por el andador hasta llegar a la glorieta donde retornaban los autos, los jardines eran impresionantes y hermosos, debían gastar una fortuna en su manutención, subieron una pequeña escalinata y se pararon frente a una hermosa puerta de madera tallada con un vitral que era una obra de arte.
Mary tocó el timbre, y después de unos minutos, una muchacha del servicio, salió a abrir la puerta.
— ¡Señora Mary bienvenida! Enseguida le aviso a la señora que usted se encuentra aquí.
Entraron en la Mansión, Rachel quedó sorprendida con la opulencia con la que vivía esa familia, era como un palacio, la mansión de Cooper era muy grande y bonita, pero esta casa era mucho más extravagante, predominaba el color dorado y había una gran cantidad de esculturas, jarrones y cuadros en las paredes.
Martha era una mujer de carácter fuerte y un tanto amargado, pero en el fondo era buena persona, y aun cuando tenía amistad con Mary, era muy elitista en cuanto clases sociales, sobre todo con la servidumbre, si bien a Mary no la consideraba inferior, era porque cuando vivía su marido ella también tuvo una posición económica bastante respetable, pero cuando enviudó se quedó en la ruina y tuvo que alquilar las habitaciones de su mansión para sobrevivir.
— ¡Mary querida! ¿Qué te trae por aquí? Justamente estaba pensando en ti, me has leído el pensamiento, iba a llamarte.
— Buen día, Martha, hice la jalea de guayaba que tanto te gusta, y vine a traerte una, es una casualidad.
— Pasa, ¿Quién es la chica que te acompaña? ¿Se quedan a tomar el té?
— ¡Oh no! No traemos mucho tiempo, te agradezco la invitación, pero será en otra ocasión, ella es Elizabeth, es hija de una amiga que vive en Chicago y ha venido para estudiar en la universidad privada, pero sus padres me pidieron que la alojase en mi casa, ya que no quieren que se quede sola y también me han pedido que sea estricta con ella y no la deje andar vagando, así que iré con los vecinos que tienen niños para que haga de niñera, no es que lo necesite ya que sus padres tienen una excelente posición, pero eso la mantendrá ocupada y lejos de todos esos vagos que vienen a inundar las playas.
— Esa es una excelente idea, una niña bien no debería andar exponiéndose a que le falten al respeto y además es peligroso ese ambiente tan lleno de vicios y de excesos, y es una niña muy bonita ¿Cuántos años tienes linda?
— Muchas gracias señora, estoy por cumplir diecisiete en unos meses.
— ¡Y además menor de edad y muy educada! Qué bueno que sus padres pensaron en ti para cuidarla y haces bien en mantenerla ocupada en esta temporada, y déjame decirte que me han caído del cielo, ya vez que te comenté que mi yerno y mi nieto, vendrán a pasar las vacaciones conmigo, y él está preocupado porque cree que Junior va estar aburrido ya que Lisa es muy pequeña y me pidió que consiguiera una niñera, él va a pagarla y es muy generoso, pero sabes que yo no aceptaría a cualquier persona en mi casa, así que iba a llamarte para que me ayudaras con alguna de las chicas que viven en tu casa, así me sentiría más tranquila, por eso es que me has caído del cielo. ¡Elizabeth es perfecta! Es jovencita, educada y de buena familia será una buena compañía para Junior.
— Perfecto, pediré a sus padres, que me envíen una carta de referencia para que estés más tranquila.
— ¡Oh, no es necesario! Si tú la recomiendas y conoces a la familia, para mí es suficiente, ¿Cuál es tu segundo nombre Elizabeth?
— B…Bennet, Elizabeth Bennet
— ¡Pero qué lindo! Tienes nombre de protagonista de novela británica, ¿Tienes algo que ver con los Bennet de Glencoe?
— Ejem… Eh ¿Los conoces? — Preguntó Mary nerviosa
— No, al menos no personalmente, pero es una familia muy conocida, sólo se de ellos por Kimberly que da tanto de qué hablar en las revistas.
— Bueno, Elizabeth, es hija de un primo lejano de Kimberly, aunque no se frecuentan mucho porque viven en otra zona de la ciudad.
— ¡Vaya! Qué interesante, bueno pues no se diga más, mi yerno y mi nieto llegan el sábado a mediodía, así que espero que llegues antes para presentarte, Meredith va estar encantada de que haya alguien como tú para hacerse cargo de los niños, ya que tenemos la intención de que ella se convierta en la madrastra de Junior, como comprenderás no puedo permitir que llegue una mujerzuela a querer ocupar el lugar de mi hija.
— Aquí estaré puntual señora, le agradezco su confianza.
— ¡Ay pero que bonita! Me encanta lo bien educada que estás, se nota que perteneces a una buena familia.
Se despidieron y volvieron a casa, Mary estaba contenta porque Martha había caído redondita.
— Mary, me siento mal por tantas mentiras.
— Ya sé chica, no está bien mentir, pero si vas a ser niñera del nieto de alguien como Martha, yo me tenía que asegurar de que te trate bien, créeme he visto como trata a su servidumbre, es grosera y suele humillarlos por su condición humilde, así que tenía que inventar todo eso para que a ti, al menos te trate como una persona, sabiendo que provienes de una de las familias más adineradas de Chicago, no se va atrever a tratarte mal y Meredith, su sobrina, es igual de elitista que ella, el yerno parece buena persona, pero nunca he tratado con él solo lo vi en dos ocasiones, cuando la hija de Martha todavía vivía, ella sí que era una buena persona, dulce y bondadosa, nada que ver con su madre.
— Espero que ya no me pregunten nada sobre mi familia, porque no sabré que decir.
— Tu mantienes entretenidos a los niños y alejados de los adultos, así evitarás preguntas incómodas.
— Mary, faltan tres días para el sábado y yo me aburro sin tener nada que hacer, ¿Puedo limpiar el jardín? Es triste ver las plantas muriendo.
A Mary se le llenaron los ojos de lágrimas, su difunto esposo, se hacía cargo del jardín personalmente y no dejaba que nadie tocara sus flores, por eso Mary no había contratado un jardinero, pero Elizabeth tenía razón, no podía dejar que se murieran por completo.
— Tienes razón, entre las dos volveremos a darle vida a ese jardín, mañana nos levantaremos muy temprano y comenzaremos a limpiar.
— Esta noche voy a regarlo antes de dormir, así la tierra amanecerá blanda y será más sencillo quitar la hierba mala.
— ¿Sabes Elizabeth? Desde que tocaste a mi puerta supe que eras una buena niña, Dios va a recompensarte y serás muy feliz, ya lo verás.
Rachel lloró, nunca antes alguien la había tratado como Mary, la abrazó y por primera vez sintió lo que debía sentirse abrazar a una madre, que está dispuesta a protegerte y a cuidarte, no importaba que no tuvieran la misma sangre, ni el mismo color de piel, cuando su corazón ya había tejido lazos de amor.