Convivencia

1024 Palabras
— Disculpa, no estábamos muy seguros de que realmente vendrías, de ser así hubiera tratado de llegar un poco más rápido — comenta la mamá de Alexander al entrar en la habitación y vernos sentados en el sofá —. Que mal educada soy, mucho gusto mi nombre es Sophie — Pierda cuidado señora, no tenía cosas que hacer por lo que no me presentaba ningún problema venir — le comento con una sonrisa —. Disculpe por no presentarme el día anterior, es que todo paso muy rápido me llamo Karla un placer poder conocerlos — El placer es todo nuestro, nos alegra saber que cuando el salía se iba a encontrar contigo se nota que eres una chica amable, eso nos deja mucho más tranquilo — continúa: —. Ahora entiendo el porqué estaba más feliz últimamente y siempre saliendo a la misma hora, el nos comentó en la noche todo lo ocurrido Escucho atentamente todo lo que me dice la señora Sophie, una sonrisa más grande se refleja en mi rostro al escuchar esas palabras tan bonitas de ella, aunque me avergüenza un poco. No dejo que esas emociones se reflejen, aunque creo que las he podido ocultar muy bien, me da una encantadora sonrisa que me pone algo incómoda. — Si me disculpan un momento tengo que ir a guardar la compra — comenta antes de encaminarse hacia otra habitación que conecta con esta sala, me imaginé que esa sería la cocina, pero en cuanto ella camina hacia ella me lo confirma Luego de ella dirigirse hacia allí, el señor se acerca hacia nosotros. — Mucho gusto mi nombre es Mikhail — se presenta el señor acercándose hacia para posteriormente estirar su mano para que yo la estreche —. Ayer estaba algo oscuro pero veo que eres una joven muy atractiva Después de decir esas palabras mi sonrojo aumenta aún más. — Cada cosa que dicen ellos me avergüenza aún más, ahora se que está en sus genes ser de esta manera tan amable — pienso interiormente, doy un vistazo de vuelta hacia Alexander, veo que tiene una ligera sonrisa en su rostro pero no ve exactamente a un lugar en específico. El señor Mikhail se nos queda viendo un momento, lo que me hace ponerme un poco incómoda en mi lugar. El nos da una mirada enigmática que no sé cómo describir, asiente en nuestra dirección antes de dirigirse hacia la habitación por la que cruzo anteriormente su esposa con unas bolsas en sus manos que supongo que lleva la compra logro observar. — ¿Tus padres siempre son de esta manera? — le pregunto al girarme en su dirección — ¿A qué te refieres? — Así de amables, no estoy muy acostumbrada a que me tratan de esta manera, además tenían una mirada algo extraña — le comento con una sonrisa — Oh, bueno recuerda que no puedo ver así que ese tipo de cosas no son de las que me doy cuenta — me dice, supongo que en tono de broma pero no lo percibo de esa manera porque lo primero que notó es el tono en el que lo dice — No lo quería decir de esa manera — menciono algo contrariada al no saber cómo responder, por instinto paso mis manos por mis piernas, es un tic que tengo cuando estoy nerviosa —. Solo quería hacer un tema de conversación — digo nerviosa, con mi voz desvaneciéndose al final — Lo siento es mi culpa, a veces digo cosas sin pensar — No te preocupes, entiendo que ocurran ese tipo de arrebatos — continúo: —. Es que sinceramente estoy muy nerviosa al estar aquí, y al tus padres decirme esas cosas tan bonitas me descolocan no estoy acostumbrada a que me traten de esta manera — No tienes porqué sentirte así nuevamente — me comenta de manera conciliadora, a la vez que siento como coloca su mano sobre las mías me sorprendo por el tacto en si ya que no me lo esperaba —. Aquí estamos, además tengo el leve presentimiento de que por un buen tiempo — Muchas gracias en serio, en solo un par de días me has dado muy buenos consejos, tu familia me ha tratado tan bien que a veces no se que hacer más que sonreír — le comento — Supongo que estando en tu posición yo me expresaría de la misma manera, no estaría muy lejos de lo que tú haces en estos momentos — sus palabras me dejan más tranquila, no me hace sentirme como una loca sonriendo como tonta —. Además no puedo verlo, pero no tengo dudas de que tú sonrisa hermosa En cuanto dice eso mi sonrisa se amplia más sin saberlo, paso mi mano por mi rostro con la intención de tratar de mantenerla a raya, pero me resulta imposible, es más se amplia aún más al recordar lo que me dijo. Solo al rozar mis mejillas, lo que me dijo no sale de mi mente. Salgo de mi ensimismamiento cuando desaparece el calor de sus manos sobre las mías, no se porque pero eso me incómoda quisiera que volviera a poner sus manos sobre las mías. Aunque al instante soy consciente del porque de la lejanía de ellas. — Aquí tienen algo de jugo — comenta la señora Sophie acercándose a nosotros —. En un momento estará lista la comida — Creo que debería irme después de tomarme esto, creo que ya he pasado mucho tiempo aquí — No seas tonta, quédate además estoy completamente seguro que mi mamá hizo más de lo que debería como siempre ha hecho — Si hija, no te preocupes hice más por si decidas quedarte a comer — Si insisten, no tengo problema con eso — fuera de preocuparme o sentirme una carga por estar molestando en una casa que no es la mía, más bien no me quiero ir aquí me siento tan cómoda en su compañía casi como si nos hubiéramos conocido toda la vida La mamá de Alexander se devuelve a la cocina satisfecha con mi respuesta.
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