Al entrar por inercia doy un ligero vistazo alrededor, es una casa grande y muy acogedora, veo alrededor de la estancia, veo cuadros, retratos. La casa me da un sentimiento acogedor en mi interior, se ve cálida eso es muy importante en una casa muy pocos saben transmitir esa ligera vibra, las personas quizás no lo saben y si lo hacen a lo mejor lo ignoran pero las casas guardan energías que transmite el cuerpo si te sientes bien en una casa, el ambiente te transmite una buena sensación. Eso se ve aquí, es como que me inspira a quedarme y no salir, eso es muy lindo.
No es como otras casas, que se sientes frías, impersonales que solo se ambientan con respecto al que dirán, eso es lo peor porque los seres humanos somos sensibles a este tipo de energías, se notan. Este es un hecho que muchos ignoran, es algo que deberían de tomar mucho en cuenta porque lo que transmites es lo que eres. No sirve de nada vivir de tales apariencias, si en tu interior te encuentras vacío, llega un momento en que te preguntas: ¿De que me sirve tanto lujo si no me siento bien con él?
Eso es lo más triste, la peor sensación del mundo tratar de llenar ese vacío con cosas materiales que al fin y al cabo no son exactamente necesarias, solo que a veces nos meten en la cabeza que el lujo es lo más importante, que no te falte nada. Pero no, están errados porque, de que sirve todo si tienes poco.
Salgo de mi estupor al escuchar como cierran la puerta, volteo hacia el. Percibo una expresión cautelosa en lo profundo de sus ojos, eso me incómoda pero trato de que eso no sea la principal de mis preocupaciones. Me acerco lentamente a el para ayudarlo, pero mi sorpresa es que camina tranquilamente hacia mi como si me pudiera ver. Eso quiere decir que conoce muy bien su casa, eso lo noto al ver que no hay nadie acompañándolo ni tiene el objeto que usan ellos para ver dónde se encuentran o si hay algún obstáculo cerca de ellos.
— Sígueme — me dice, salgo de mi ensimismamiento para seguirlo —. Vamos a sentarnos en la sala, mis padres no han de tardar mucho en llegar me dijeron que saldrían a comprar unas cosas — menciona a medida que nos acercamos más a una habitación no muy lejos de la puerta principal
— Siéntate dónde gustes, estás en tu casa — comenta antes de sentarse en un sillón que da hacia una ventana que por lo visto conduce hacia la cocina, veo alrededor hay muchos lugares donde sentarse, pero optó por sentarme a su lado, no se porque pero siento que si me siento cerca de el me sentiré mucho más cómoda, además no quiero sentir ese frío de nuevo, me acostumbré muy rápido a su presencia, solo la lejanía tan solo de su voz sonará tonto pero me duele un poco. Suelta un suspiro cuando me siento junto a el, pero la distancia ni la tensión en su cuerpo se manifiestan como lo estuvo ayer —. ¿Pudiste descansar?
— Si, dormí muy bien gracias por preguntar — le digo con una sonrisa sin importar si puede verme o no
— ¿Estás segura? — continúa: —. Porque siento como si fuera todo lo contrario
— ¿Cómo lo sabes? — pregunto sorprendida sin pensar, veo en su rostro una ligera sonrisa que me hace sonrojarme
— Bueno, lo percibo en tu tono de voz es diferente a cómo fue los dias anteriores — continúa: —. Al estar como estoy actualmente percibo algunas cosas, a falta de un sentido se intensifican los demás
— ¡Oh! — exclamo —. Había escuchado eso de otras personas o leído en algunas partes pero no sabía exactamente la credibilidad del mismo
— No esquives la pregunta — me sonrojo al instante que dice eso —. Se que lo haces
Dudo demasiado, me muevo incómoda en mi lugar por inercia muevo mis manos sobre mis piernas pensando en si debería o no, suspiro audiblemente, llegó una resolución tiempo después.
— Lo que pasa es que estaba muy preocupada, no pude dormir muy bien debido a muchas preocupaciones entre ellas está el que no quería que por lo ocurrido me trates diferente — le platico mi inseguridad
Escucha atentamente cada cosa que digo, después de explicarle lo que pasó por mi mente a raíz de todo lo sucedido, no me réplica ni nada. Espera pacientemente hasta que terminó.
— Siendo sincero yo pasé por los mismos pensamientos me sentía bien al saber que no sabías de lo que me pasa — me comenta, continúa: —. No quería que me me vieras diferente
— Jamás lo haría, no sería capaz de eso porque se precisamente lo que se siente
Levanto mi cara luego de decir estás palabras, agarro valor de dónde no sabía que tenía para verlo a los ojos. Al instante de este contacto, lo analizo. Cada una de sus facciones, notó como el ceño fruncido y las arrugas en su frente se apacigua, eso me calma, se que está conversación sirvió para aligerar la duda en nuestros corazones.
Escucho unos pasos apresurados que se acercan a nosotros, fijo mi mirada hacia la dirección del sonido viendo cómo luego aparecen los señores que nos recibieron el día anterior.