Mary; 10 años de edad…
Papa habia decidido llevarme al parque de diversiones, en domingo, como siempre. Los domingos mi papa descansaba mientras que mama seguía trabajando en diseños. Era el día en que los dos podíamos pasar tiempo juntos porque el también trabajaba mucho como mama.
Mama descansaba los lunes, pero ella al igual que papa, trabajaban en lo que estaba en la escuela y una vez que iba a casa ellos estaban para mi.
El parque de diversiones que estaba a la salida de la ciudad era mi lugar favorito, pero papa me habia llevado a otros lugares; como si este se lo estuviera guardando por mucho tiempo.
—¿Estas lista mariposa? — Tenia diez años justo cuando papa decidió llevarme al parque. Me gustaba pasar por aquí cuando nos íbamos de vacaciones porque habia un bosque, justo donde estaba el parque, además de que era la salida hacia la carretera y siempre veía casa enormes y muy lindas.
Hoy se habia cumplido mi sueño.
—¡Si! ¡muy lista! — no podía evitar que mi alegría emanara en todo el coche mientras escuchábamos a Katy Perry.
—Bueno; ponte lista, porque hoy nos vamos a divertir mucho mariposa.
Y así fue ese día; Ambos habían estado muy contestos. Su padre; Agustín, llevaba a Mary a todos los juegos que ella queria, eso si siempre haciendo presencia de su protección de su mariposa, cuidando de ella en los juegos, pero sobre todo haciéndola sentir feliz a su mariposa.
Para Agustín, Mary era su tesoro mas preciado y que amaba con todo su ser. La llegada de Mary habia sido de improviso pero fue lo mejor que les paso. Por eso ambos se habían prometido cuidar a su único tesoro.
Los juegos, las risas y todo fue un sueño para dos. Ahora ambos regresaban a casa. La brisa fresca de la noche llegaba en el pequeño coche. Mary iba muy sujeta a su asiento, en el asiento copiloto, su cinturón de seguridad y cantando muy fuerte con Agustín mientras comía los dulces y las frituras que su padre habia conseguido.
Todo listo para regresar a casa… Pero eso fue el final.
Un camión de carga estampo sobre el coche n***o, logrando sacarlo de la carretera con bosque alrededor. El camión estampo sobre el lado de Agustín, mientras que el carro empezó a rodar sobre un barranco de arboles y tierra hasta que el mismo coche, ahora ya destruido, quedo volcado entre la nada…
Ahí empezó todo…
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—Papa, ¿porque no pude subir a la montaña rusa? ¡Tenia muchas ganas!— comía muchas gomitas mientras ya íbamos de regreso a casa. Hoy mama iba a hacer pizza artesanal, así que papa me habia prohibido comer pizza en la feria.
—Mariposa; aun eres muy pequeña para esos juegos además me da un poco de miedo; lo admito— papa levanto su mano, haciendo como si le hubieran preguntado.
—Papa tener diez años no me hace una bebe— regrese mi vista hacia la carretera con pocos coches— era el juego al que mas queria subirme, ¡De todos!
—¿Por qué eres como tu madre? — seguía comiendo muy feliz mis gomitas. Amaba mucho estas y mas la gomitas que tenían cubierto de azúcar. — tu madre también ama la adrenalina ,igual que tu. — papa volteo sus ojos y siguió manejando.
—¿Y eso es bueno o malo papa?
—Es bueno hija, no te preocupes. Puedo cuidar de dos mujeres amantes de la adrenalina total. Son mis chicas— papa alcanzo mi mano aun con azúcar espolvoreada en mis dedos y la apretó con mucha fuerza— Sabes que las amo mucho, ¿Verdad?
—¡Si! — mi papa me lo decía una y otra vez todos los días. Mama y yo éramos sus chicas y siempre me habia dicho que mama también me cuidaría mucho como el lo hacia siempre conmigo…
Y ahí todo lo que soñaba empezó a atormentarme.
Abrí mis ojos…
Era de noche. No podía moverme. El coche estaba volcado.
Mi cuerpo dolía mucho. Fue hasta que moví mi cabeza poco a poco y lo vi.
—¿Papa? — tenia los ojos cerrados, pero de su cabeza se veía que estaba saliendo mucha sangre. — ¡Papa! — comencé a moverme porque tenia que salvarlo de aquí. Teníamos que salir de aquí.
Trate de moverme ,de zafarme de mi lugar pero no podía. No importaba que mi cuerpo me doliera, que tenia sangre escurriendo por mi rostro y en mi brazo…
Solo tenia que salvar a papa…
—¡Papa! Tenemos que salir…— unas sirenas empezaron a escucharse, pero aun así tenia que sacarlo de aquí— ¡Despierta!
Pero papa no respondía.
Lo intente una y otra vez; las sienas estaban cada vez mas cerca…
¡Vamos papa!
Hasta un momento abrió sus ojos, ¡Lo hizo! Pero estos ojos casi negros se estaban cerrando de nuevo.
—¿Papa? Hay que salir…
—Ma.. mariposa— su voz…estaba desvaneciéndose. No; no… papa…— mi niña— sus ojos estaban cerrándose poco a poco.
—Papi; abre tus ojos por favor… Tenemos que salir de aquí…— no sentía dolor, solo queria ver que sus ojos no se cerraran.
—Mi niña… debes de cuidar de tu madre; de ti— su voz era débil y lo poco que podía ver su piel estaba pálida.
—No… no digas eso... Tu vas a estar bien, ¡Vamos a salir de aquí!
Cada vez salía mas sangre de su cabeza y negó.
—mi mariposa; tienes que resistir— todo se estaba acabando mientras hablaba más bajo— tienes una vida que seguir, sueños que me contaste— se le corto la voz y cerraba sus ojos con dolor— No puedo arrastrarte conmigo…
—No papa. Tienes que venir conmigo, con mama… Tenemos mucho por hacer papi.
—No mariposa, tu tienes que ir con tu mama, no puedo retenerte; no puedo… Tienes que hacer grandes cosas. Quiero verte crecer, de donde sea que estés quiero verte feliz, las quiero ver crecer a las dos. — de nuevo cerro sus ojos y su voz disminuía cada vez mas—Tu madre este va a cuidar mucho; yo lo se mariposa… Pueden volar sin mi, por favor…
—No papa no…— sus ojos se cerraron y su cabeza bajo…
Se habia ido… Mi papa, mi figura ya no estaba a mi lado..
¡No!
Escuchaba sirenas, gente a nuestro alrededor, luces de color rojo y azul…
Después solo sentí oscuridad y calidez.
Estaba sola…
El nos habia dejado… y el dolor persistiría por el resto de mi vida.
Porque hasta en mis sueños seguía esto en mi mente… Todas las malditas noches.