CAPITULO 4 ¿Qué me está pasando?

1326 Palabras
Sutilmente me solté de su agarre – Lo siento si parecí algo grosera, es que quiero evitar mal entendidos, no queria meterte en problemas – Le dije, con una sonrisa nerviosa en el rosto. Jay se levantó de aquella banca, se acercó a mi lenta, pero peligrosamente, mi corazón comenzó a latir rápidamente, mi cuerpo no reaccionaba, solo estaba allí mirando como aquel chico se acercaba cada vez más y más a mí - ¿Por qué habría mal entendidos? Simplemente estoy siendo considerado con la madre de una de mis chicas. No le veo nada de malo a eso – Me dijo muy de cerca, yo tragué salvia con dificultad. -¡M-muchas gracias! – Su mirada se encontraba con la mía, sus ojos penetraban en los míos. Vi cómo me dio una sonrisa - ¿Por qué me das tanto las gracias? Ya te dije solo estoy siendo considerado contigo – Se acercó un poco más a mi – Viéndolo bien, de cerca eres aún más hermosa. Aclaré un poco mi garganta – Creo que es hora de volver, deben estar buscándonos ¿No crees? – Me di la vuelta y caminé lo más rápido posible, tenía que salir de allí, este chico me ponía completamente nerviosa. Fui por Camell al salón de eventos y la llevé a la habitación, le di una ducha y le puse ropa cómoda para dormir. La acosté en la cama y quedó profundamente dormida. Me quedé observándola un rato – Lo siento mucho, siento mucho no poder darte muchas cosas, siento no ser la mejor madre del mundo – Mientras le decía esas palabras acariciaba su cabello – Tengo miedo. Tengo miedo de fallarte, tengo miedo de no ser esa madre que esperas que seas. Perdóname por no darte la familia que tanto añoras, pero te aseguro que me encargaré de llenar de amor cada parte de ti, mejoraré cada día, para que te sientas orgullosa de mi – Camell se removió un poco en la cama, así que me levanté y le dejé dormir. Decidí ir por una copa al bar. Cuando voy bajando las escaleras y voy tan distraída que no me doy cuenta de que alguien está delante mío y tropiezo con él, con Jay con el chico que he tratado de evitar. Me toma de la cintura y caigo encima de él. Tenía los ojos cerrados, al abrirlo me encontré esos ojos oscuros, con esa mirada, penetrante, fría, pero coqueta a la vez – Lo siento – Le dije al levantarme rápidamente. Jay sonríe – Aquí vamos de nuevo ¿Solo sabes decir gracias y lo siento? – Cruzó sus brazos. Comencé a tener hipo, me da cuando me siento demasiado nerviosa - ¡Lo siento! – Fue lo único que pude decir y salí corriendo de allí. Al llegar al bar comencé a darme golpes en la frente - ¡Estúpida! ¿Estas segura de que tienes 30 años? Te estas comportando como una completa colegiala, debes controlarte Addy – Suelo hablar conmigo misma cuando me siento frustrada. -¿Por qué golpeas ese hermoso rostro? – Esa voz… la reconocí. ¿Acaso me estaba siguiendo? -¿Q-que haces aquí? – Le dije al girarme con los ojos abiertos. Jay sonrió, tenía que dejar de hacer eso, sentía que cada vez que sonría mi corazón explotaría – Te vi venir al bar, así que quise venir acompañarte ¿Por qué? ¿Otra vez te iras? – Yo me acomodé en el asiento de la barra. -No. Puedes quedarte – Le dije, tratando de calmarme. -¡Gracias! – Jay le pidió al mesero dos tragos - ¿Qué haces aquí? Comencé a jugar con mis manos – No puedo dormir, siento que tengo muchas cosas en la cabeza – Le di un sorbo al trago que nos había traído el mesero. Me quedé en silencio por un largo rato. Después de un tiempo Jay rompió aquel silencio incomodo - ¿Te puedo hacer una pregunta? – Yo lo miré sorprendida, pero le indiqué que si podía - ¿Por qué siempre me esquivas la mirada? Yo sonreí – Contra pregunta ¿Por qué me has estado mirando de esa manera tan extraña? Es una combinación de timidez, con curiosidad y frialdad – Jay le dio un trago a su trago. -Eso no se vale, yo pregunté primero, pero como soy un caballero responderé tú pregunta – Me miró fijamente a los ojos - Porque me causas eso, curiosidad, nunca pensé decir esto, ¿pero una mujer tan bonita porque está criando sola a su hija que es igual de bella a ella? Me quedo callada, pero decidí contarle mi historia, aunque me causa tristeza, dolor y un poco de vergüenza me ha ayudado a ser lo que soy en día. Di una largo suspiro - Es difícil de contar, además que es larga historia… - Vi cómo se acomodó en el asiento y ordenó dos tragos más. -Tenemos tiempo. ¡Hasta que salga el sol! – Posó una de sus manos sobre las mías. Era increíble lo que este chico estaba causando en mí, con solo mirarme, con solo hablarme, hasta con solo este rose de las manos hacia que mi cuerpo vibrara. Comencé a sentir miedo, miedo de todo lo que estaba sucediendo dentro de mí. Estaba siendo tonta, lo sabía, quizás solo era amabilidad y caballerosidad por parte de él y yo me estaba dejando cautivar. Tomé una bocanada de aire - ¿Por dónde debería comenzar? – Di un suspiro - Salí embarazada a los 23 años de edad, a el papá de la niña lo conocí donde yo trabajaba – Hice una corta pausa - Todo comenzó como un juego, pero terminé enamorada de él perdidamente, no me caracterizo por ser alguien tranquilo siempre he sido alguien acelerado y que le gusta arriesgarse por lo que quiere, me enamoré de él y cuando supe que estaba embaraza le conté, era alguien en ese entonces un poco egoísta y no eran las condiciones tampoco para traer un hijo a este mundo, pero el decidió que debíamos traerlo y yo acepte pues dijo que estaría conmigo. Pasó un tiempo y él regresó con la mamá de la que es la hija mayor, Camell y yo quedamos aun lado, pero tanto era mi amor que no me importo y seguí al lado de el por 6 años más, pero llegó un momento donde, aunque el amor era demasiado fuerte se cansó de esperar y decidimos dejarnos, además que no tenía futuro con él, esa relación no me estaba haciendo bien, eran más las lágrimas que las sonrisas, era mucho más la soledad que sentía, que la compañía que tenía, por eso decidí alejarme de algo que no me hacía bien - Terminé de contarle y él estaba muy atento escuchándome, creo que fue demasiada información, pero debo decir que se sintió bien contarle a alguien eso que me había guardo. Un silencio incomodo volvió aparecer. Después de unos minutos Jay decidió romperlo – Creo que el hombre debe cuidar a la mujer que dice amar, si no la sabe cuidar, esa es mucha mujer para él – Le dio un sorbo a su trago - Fue una muy buena decisión el alejarte de él y de la relación que no te aportaba nada en la vida, Hay que ser muy valiente para dejar ir lo que se ama, así que eres demasiado valiente. Me miro ya no con curiosidad si no con un dejo de ternura que eso hizo que mi corazón latiera demasiado rápido, pero yo me seguía repitiendo cálmate Addy, es un chico para ti, le llevas cinco años de diferencia, es guapo, millonario y cualquier mujer morirá por estar con él, puede conseguir a la que quiera, además solo está siendo considerado contigo, no confundir las cosas ¿Qué te está pasando? ¿La soledad te está afectando?
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