Luna de Plata asintió, su respiración entrecortada. "Sí. Estaba en el sitio sagrado, conectada con las sombras, y entonces... entonces la presencia se abrió ante mí. Era una oscuridad absoluta, una entidad que desea extinguir la luz por completo. Era... era la nada misma."
Amarok se quedó callado por un momento, procesando las palabras de Luna de Plata. "¿Y esta entidad... ¿tiene un nombre?"
Luna de Plata negó con la cabeza. "No sé. No tenía forma, no tenía voz. Solo sentimientos... sentimientos de odio, de destrucción, de un deseo de aniquilar todo lo que existe."
Amarok se quedó en silencio por un momento más, sus ojos fijos en la distancia, como si estuviera viendo algo que Luna de Plata no podía ver. "Entiendo," finalmente dijo, su voz grave. "Entiendo la amenaza que enfrentamos. Pe
