NARRA LEYLA HAWTHORNE
—¿Qué pasó después de eso? —pregunté, intrigada—. ¿Qué hicieron tus padres..., tu familia? Porque dudo mucho que hayan aceptado nuestra boda así por así, después de que dejaras plantada a Susan en la iglesia.
Su boca se curvó ligeramente hacia la derecha en una sonrisa entre apesadumbrada y placentera a la vez. Encogió los hombros y en su rostro se dibujó una mueca de despreocupación.
—Lo que tenía que pasar. Se enfadaron, exigieron que me divorciara de ti y fuera a casarme cuanto antes con Susan y te odiaron.
Tragué saliva. Si me habían odiado solamente por haberme casado con su hijo a escondidas, que no habrán sentido por mí después.
—Obviamente, nada de eso pasó —prosiguió.
—El enojo y el odio por mí, tampoco se les pasó —repliqué, agobiada.
—No. —Se alejó d
