NARRA LEYLA HAWTHORNE Entre más hablaba, peor me sentía y me daba cuenta de que yo no merecía a ese hombre. Es más, ni siquiera merecía estar frente a él y ver su rostro. ¿Cómo podía amar tanto a una mujer como yo, que no valía la pena? —Lo siento tanto —manifesté en medio de mi llanto—. Siento todo lo que te hice, Braden. Sé que no me vas a creer, después de todo lo que he hecho y, sobre todo, después de haber desperdiciado la segunda oportunidad que me brindaste para hacer las cosas mejor. —No. Ya no quiero creerte nada —expresó dolido. Sus manos me soltaron, pero sus ojos no se desconectaron de los míos, mientras hablaba—. Estoy cansado..., harto de estarlo dando todo y de que siempre lo elijas a él. Si mi corazón no se había roto en pedazos antes, era imposible que no lo hubiera h

