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1251 Palabras
05 de diciembre El ateneo estaba pactado para las 9 de la mañana y sin embargo, cuarenta minutos después Cloe continuaba aguardando impaciente, acumulando mensajes en su celular. Era un caso difícil, había trabajado con especialistas de todo el mundo y creía que tenía la solución, sin embargo el más interesado, que debía ser el paciente, no se dignaba a aparecer. Había mirado varias veces al director del hospital con intención de marcharse, pero él le había respondido con una mirada de súplica y como realmente lo apreciaba decidió continuar esperando. A las 10:15 las puertas por fin se abrieron. Ingresaron dos hombres con traje oscuro y cara de seriedad y a continuación el que sería su paciente. En la historia clínica figuraba como Lionel Amorosino, por eso no pudo evitar sorprenderse al ver que quien se sentaba frente a ella era el famoso cantante Liam. Llevaba el cabello corto y barba prolijamente descuidada, sus facciones eran más llamativas que en sus fotografías, le hubiese encantado ver sus ojos, pero no se dignó a sacarse las gafas de sol. Pasado el momento de sorpresa, recordó que llevaba más de una hora de retraso y volvió a sentirse furiosa. -Buenos días Liam. ¿Cómo te sentis hoy? - le preguntó Roberto, el director del hospital sin una pizca de indignación. Ella lo miró alzando sus cejas en señal de impotencia y al volver la vista a su supuesto paciente se supo descubierta. -Estoy muy bien, gracias Robert. - le respondió esbozando una ligera mueca similar a una sonrisa, que terminó de confirmarle a Cloe por qué tenía tantas fanáticas. -La Doctora Cloe Arriaga es la directora del servicio de otorrinolaringología, ella estuvo trabajando mucho en tu caso, consultó a varios colegas, incluso del exterior y creemos tener la solución. - le explicó y frente a un incrédulo Liam, continuó explicando. -Existe un abordaje quirúrgico que puede retirar el nódulo sin poner en riesgo las cuerdas vocales, serían dos intervenciones, separadas por dos meses. - -Imposible, tengo una gira pendiente, no puedo perder dos meses. - dijo Liam, mirando a su representante quien suspiró en busca de paciencia. -Es lo mejor que podemos hacer, Liam. Si hacemos toda la resección en una sóla cirugía correremos mucho riesgo.- continuó Roberto. -Robert, pensé que eran los mejores, tuviste más de un mes para preparar el supuesto ateneo y me das la misma solución que los otros médicos que visité. La respuesta es no. Si crees que por traer una linda doctora podrías convencerme, estás equivocado. No puedo dejar de cantar por dos meses. - dijo negando con su cabeza y aun señalando con su brazo a Cloe, quien no pudo aguantar más y finalmente habló. -No entiendo, no podes dejas de cantar por dos meses pero sí por el resto de tu vida.- le dijo frunciendo sus labios con una arrogancia que no solía usar, pero que fue invocada por el mismo Liam. -Yo no te entiendo a vos. - le respondió Liam, por fin bajando sus lentes de sol para mirarla con sus profundos ojos negros. -El nódulo que tenes es de crecimiento rápido, cuanto más tardes en sacarlo, más difícil será, va a crecer hasta obstruir no sólo las cuerdas vocales, también la laringe y entonces ya no solo no podrias cantar, necesitarías un tubo para respirar. Entiendo que te pueda dar miedo la cirugía, pero…- Liam no la dejó terminar se puso de pie e inclinó su cuerpo sobre la mesa para tenerla más cerca. -No tengo miedo, por quién me tomas. Es sólo que me costó mucho llegar a donde estoy, no puedo permitirme dejar de cantar por dos meses. - le dijo apretando los dientes. - Ella también se puso de pie y apoyó ambas manos sobre la mesa y lo imitó acercándose más. -Es tu única opción.- le dijo furiosa sin levantar la voz. -No estoy tan seguro.- respondió él sin dejar de mirarla. Cloe sostuvo su mirada y dijo en voz baja. -¿Podrían dejarnos sólos por un minuto?- conocía el temor a las cirugías, llevaba años lidiando con él y también sabía que una persona como Liam no lo aceptaría de buenas a primeras. Cuando vio que él sonreía y volvía a incorporarse supo que podía intentar algo más. Uno de sus guardaespaldas intentó quedarse, mientras el resto comenzaba a salir de la sala. -Esta bien Kevin, no creo que la doctora sea una amenaza. - le dijo instándolo a salir. Cloe volvió a sentarse y dijo en voz baja. -Yo no estaría tan seguro. - -¿Cómo dijo doctora?- le preguntó Liam, aún habiendola escuchado. -Nada. - dijo ella sonriendo. -Así que quería estar a solas conmigo.- le dijo Liam sacandose del todo los anteojos y utilizando una voz más grave. -Tengo algo para proponerte. - le dijo ella imitando el tono que él había utilizado. -Soy todo oídos- le dijo él, quien comenzaba a estudiar su rostro blanco como la nieve, sus ojos negros rasgados y un dimunto lunar sobre sus labios que encontró irresistible. No parecía tener más de treinta años, su chaqueta blanca con el primer botón desabrochado le permitió una hermosa vista de su escote y si bien llevaba el cabello recogido, puedo imaginarlo largo sobrepasando sus hombros. -Me gustaría lograr que confíes en mí, sé que puedo curarte, pero para hacerlo necesito que vos también estés seguro de eso. Creo que puedo encontrar una forma de reducir el tiempo a una semana, pero necesitaría hacerte algunas pruebas más. Dame una semana de tu tiempo y si aun no queres operarte, prometo no insistir.- le dijo ahora con tono profesional, pero con mirada persuasiva. -¿Una semana?- le preguntó él aún con incertidumbre en su mirada. Ella asintió con la cabeza. -¿Y qué más le gustaría ofrecerme, doctora? - le preguntó volviendo a su papel de seductor, para evitar la respuesta que tanto le costaba dar. Ella sonrió sorprendida y alzó sus hombros sin terminar de entender lo que le estaba preguntando. -Pensé que también podíamos ir a cenar.- le dijo él intentando sonar desinteresado, y al ver la inminente negativa en sus ojos agregó: -Para discutir el caso, una cena estrictamente profesional. - -Podemos programar otro ateneo para el viernes, me parece que es lo correcto. -le dijo ella desviando su mirada por primera vez. De repente se sentía acalorada. -Vamos doctora, no quería ganar mi confianza, va a tener que demostrarme algún gesto primero. - le dijo abriendo sus brazos. Cloe comenzó a exasperarse. ¿Quién se creía que era? Ella sólo intentaba ayudarlo y él convertía todo en una especie de cita. Sabía que convertirse en la cirujana que operó al famoso Liam le traería grandes beneficios, sobre todo ahora que era jefa de servicio y muchos intentaban desprestigiarla sólo por ser joven y mujer. Pero ¿Estaba dispuesta a lidiar con los caprichos del cantante? Se puso de pie y tomó los papeles que había llevado con sus anotaciones, sacó una tarjeta con sus datos y antes de abandonar el salón se la entregó. -Ahí tenes mi número y sólo para que no intentes impresionarme, odio el sushi. - le dijo logrando que Liam sonriera de forma genuina por primera vez en mucho tiempo. La observó caminar hacia la puerta con una sensación de triunfo, que se desvaneció cuando quedó sólo. Su pasado con las cirugías era demasiado oscuro, el simple hecho de estar dentro de un hospital le traía demasiados malos recuerdos.
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