Rose

Era otra mañana en el internado “Crystal Marys”, uno de los más caros del país, solo estudiantes verdaderamente adinerados podían darse el lujo de estudiar allí, una excelencia educativa como la mayoría de las personas lo conocían, grandes torres color marfil, con actividades extracurriculares increíbles y ubicado en un lugar donde cualquiera envidiaría vivir. — ¡Piedra, papel o tijera! –Gritaron ambas niñas que jugaban a las afueras de semejante lugar, se acaban de conocer hace no mucho, una de ella se llamaba Rose, “la protegida” de la directora del lugar  si había alguna manera de llamarle y la otra se llamaba Luna, la hija de una familia poderosa de la cual a ella le tocaría hacerse cargo cuando cumpliera su mayoría de edad. Luna en cambio no tenía nada, ni un lugar a donde volver, ni una familia que la esperara ni si quiera un ser querido, Luna fue dejada en la puerta de la señora Mónica a altas horas de la noche donde Mónica apenas vio a un carro lujoso irse en el coche donde la habían dejado había una gran suma de diamantes caros, Mónica no necesitaba más dinero pero no se sintió poco atraída por los diamantes todo lo contrario, al principio Mónica pensó en llevarla a la policía y entregar los diamantes ya que tenía miedo de saber de dónde habían salido pero luego de releer la carta donde venia “Rose” decidió confiar en aquella persona que dejo específicamente en una de las líneas de la nota que era una persona de buena economía y que lo hacía era porque no podía tener a la bebe, Mónica recordaba siempre ese auto, un auto demasiado lujoso que espero a que ella saliera de su casa para arrancar, ella no sabía quién era la mama de Rose pero tampoco le importaba, al principio intento buscarla pero luego al encariñarse con la niña decidió que no le importaba demasiado encontrarla sin embargo Mónica era estricta con Rose y siempre le dejo claro su lugar junto a ella, siempre a pesar de todo el dinero que tenia, Mónica había criado a Rose humildemente, nada de demasiados lujos, nada de demasiado dinero y desde que pudo internarla en el internado lo hizo, si bien Mónica podía tenerle aprecio a Rose la quería como la hija que nunca tuvo pero Mónica en realidad nunca había querido un hijo así que no había sido una tan buena madre para Rose que solo la recordaba como la mujer que le había dado una buena educación en ese internado, pero Rose no tenía una vida más allá que el internado, pocas veces fue tomada en cuenta por Mónica para algo mas allá como algún evento especial por su cumpleaños o el feliz año nuevo, en realidad Rose sentía que su verdadera familia era Luna, la chica con la que había compartido toda su infancia y adolescencia, ella era la que había estado allí siempre, no Mónica. Y lo que sentía Rose por Mónica era menos que aprecio la describía como la amargada que le pagaba sus cosas básicas, Rose siempre sintió que Mónica estaba con ella por obligación sin embargo nunca se lo pregunto directamente ya que no tenía demasiado interés por la respuesta luego de encontrar en un cajón una bolsa entera de diamantes junto con una nota y ver que Mónica solo se había quedado con ella por unos cuantos diamantes eso era lo que ella valía y no sentía que Mónica realmente la hubiera querido alguna vez lo cual era falso, Mónica la quería pero a su extraña manera de querer a las personas. Habían pasado los años y las chicas ya estaban a punto de cumplir su mayoría de edad, ya saldrían de ese internado en el que vivieron tantas cosas, ambas se levantaron esa mañana, era un día libre como cualquier otro en el internado, pero tenía algo especial al menos para ambas chicas, era el cumpleaños de Rose y Luna había preparado algo desde la mañana para ella, levanto a Rose con unos cuantos almohadazos y le mostro la torta enorme de chocolate que tenía una vela encima que decía “18”, para Rose fue uno de los mejores cumpleaños de su vida, ya que Mónica se limito a darle un simple collar con su nombre y ni si quiera pareció feliz de verla, desde que estaba con su novio nuevo el cual tenía hace 3 meses apenas, le prestaba menos atención a Rose que de costumbre pero Mónica si estaba emocionada por ella al menos solo por dentro. — ¿Y bien? –Pregunto Luna viendo que su amiga llegaba con cara triste a la habitación — ¿Cuál fue el regalo esta vez? ¿Fue al menos mejor que el anterior? –Rose se hecho en su cama sin querer mirar a Luna, no quería decirle que nuevamente el regalo de su supuesta mama había sido un chasco de nuevo. —Me regalo un collar con mi nombre. — ¿De nuevo? Al menos dime qué cambio el color que el del anterior. —Parece el mismo seguro estaba demasiado ocupada metiéndose el pene de su novio nuevo como para recordar que es la segunda vez que me da el mismo regalo –Rose se arranco el collar del cuello y lo tiro en su gabinete. — ¿Cómo es posible que con tanto dinero apenas y te regale eso? Ni si quiera te invita a salir y aun dice que te quiere, es idéntica a mi familia solo que al menos me mandan ropa cara en mi cumpleaños. —Al menos tienes familia. —Mi única familia eres tú, cuando vaya y reclame lo que me dejó mi padre todos se la verán conmigo. —Al menos tienes una razón para salir de este lugar yo debería ir encontrando la mía. — ¿Mónica te ha dicho algo? —Lo único que me dijo es que no pagaría mi universidad, que tenía que esforzarme por lo que quería, así como ella lo había hecho. —Que p***a, justo cuando pienso que no puede serlo más, ella ni siquiera se esforzó por esto, esto fue una herencia de abuela y de otra abuela y así, siempre cuenta esa historia. —Siempre he sentido que quiere deshacerme de mi parezco una especie de contrato. —Para ella quizá lo seas pero para mí no lo eres, eres mi única familia y te prometo que nos iremos juntas de aquí. — ¿Juntas? Pensé que no podías llevarme contigo todavía. —Ya no me interesa si mi familia está de acuerdo o no con que te lleve conmigo, yo soy la única heredera de la empresa “Clyzer” y tú no tienes a donde ir. —Mónica tenía una idea para mí pero no creo que sobre pase a la tuya. —Seguro su idea es que seas su cachifa hasta que se muera, ni si quiera tiene hijos ¿A quién le heredara todo esto? —A su novio nuevo, es el tercero que tiene este año y este se ve mas patán. — ¿Mas patán que el calvo ese que la estafo? —Aun más ¿Puedes creerlo? —De Mónica puedo creerlo, pero bueno dejemos de hablar su patética vida y respóndeme ¿Te vienes conmigo a mi ciudad? —Déjame pensar –Rose hizo como si pensara por un momento y grito — ¡Obviamente Luna! –Ambas chicas gritaron de la emoción haciendo que uno de los guardias les tocara la puerta. —Es hora de dormir –Ambas chicas se callaron y apagaron las luces, Rose soñó con su nueva vida junto a Luna, su verdadera familia. Su única en realidad. —Sabes Rose –Susurro aun Luna despierta en la oscuridad cuando ya Rose estaba dormida —Me hubiera gustado a veces no haber quedado viva en aquel accidente –Rose abrió los ojos de un salto y se levanto de la cama. — ¿Por qué dices eso Luna? —Mis padres murieron en ese accidente por mi culpa porque yo los distraje del camión que venía y mi mama no vio el letrero de alto –Era la primera vez que Luna le confesaba aquello —Venia haciendo un berrinche ya que no quería ir a casa de mis abuelos, quería quedarme jugando con unas vecinas que tenia por mi casa pero bueno mis abuelos querían ver a su nieta. Era de noche cuando empecé a llorar y gritar haciendo que mi mama que era la que iba conduciendo empezara a pelear con mi papa que me intentaba dar algún juguete para que me quedara tranquila… —Me dijiste que no te acordabas de nada sobre el día del accidente. —No sabría como lidiar con el hecho de que alguien me juzgara por esto pero sé que tú no lo harás. —No sabias lo que hacías Luna, eras una niña. —Una niña caprichosa por eso me internaron en este lugar, peor bueno no necesito que me hagas sentir bien solo que me escuches Rose, gracias por tanto en verdad te quiero. —Yo también Luna –Rose que tenia pensando en soñar como seria su nueva vida junto a Luna ahora dormiría con algunas lagrimas en los ojos al saber que su mejor amiga ha llevado todo eso en la conciencia todo este tiempo, pareció impresionante el hecho de saber cómo Luna luego de tanto tiempo aun se acordaba de eso ¿Luna tenía algo de razón al decir que por eso la habían internado en ese lugar? O ¿Simplemente era el hecho de querían que tuviera una mejor educación? No lo sabría hasta volver a su familia, pero todo apuntaba a que era la primera, ni si quiera en fechas especiales Luna salía de este lugar que era cuando todas las chicas y chicos se iban a donde sus familias. Rose y Luna se quedaban y a veces la pasaba con Mónica y uno que otro novio de ella, Mónica ella una señora de pelo corto y n***o con ondas en las puntas marcadas, siempre estaba vestida con una falda de tubo de algún color con una camisa manga larga y a Rose no le pareció verla con otro atuendo alguna vez. Y bueno en lo que respecta a Rose y Luna muy pocas veces tenían la necesidad de usar ropa de salir ya que siempre estaban en su uniforme que caracterizaba al instituto con los colores morado y blanco y el símbolo de de un lobo. ***** — ¿Cómo así que te irás con Luna cuando te gradúes? –Pregunto alterada Mónica que por primera vez en mucho tiempo pareció prestarle verdaderamente la atención que Rose hubiera querido — ¿Puedes esperar afuera? –Le dijo a su novio que salió caminando lentamente de la sala de la directora. —Como escuchaste no quiero ser malagradecida ni mucho menos aprecio todo lo que me has brindando desde que esa persona me dejo abandonada en la puerta de tu casa pero no tengo nada mas aquí y necesito encontrar quien soy realmente. — ¿Te refieres a encontrar a tu verdadera familia? —No tanto eso, no me interesa quienes fueron mis padres o porque me dejaron con usted, lo que quiero es explorar y encontrar realmente lo que me gusta y que mejor que hacerlo que de la mano de mi mejor amiga Luna. —La familia de Luna es una familia poderosa y adinerada ¿Qué crees que pensara cuando una chica que no tiene ni la mitad de los recursos que ella entre a su casa? Te discriminaran, te harán la vida imposible Rose, no creas que porque tienes ojos bonitos te trataran diferentes –Luna que estaba escuchando detrás de la puerta entro de un solo golpe. —Disculpe que la interrumpa señora Mónica pero a mí no me importa que Rose no tenga el estatus que tiene mi familia, ella es mi hermana y yo necesito a alguien que me ayude en esta nueva etapa de mi vida así que ¿Qué mejor que ella? –Realmente Mónica tenía razones más egoístas para que Rose no se fuera, se sentía sola, cada vez estaba más vieja y no había hecho ni construido nada ella misma todos estos años, creyó que Rose se quedaría con ella ayudándola con el instituto pero que se iría a otra ciudad y la dejaría luego de tantos años juntas era algo que sin duda no quería admitir que le dolía. —Quizá no te des cuenta ahorita Luna pero en cuando vayas para allá y enfrentes lo que es la vida de verdad veras que Rose no encaja contigo. —Bueno sea como sea, yo ayer cumplí mi mayoría de edad Mónica. —Bueno lo mismo te digo Rose cuando vayas a esa ciudad con Luna y te des cuenta de que ese lugar no es para ti tendré las puertas abiertas para ti. —Lo sé señora Mónica y se lo agradezco por todo. Yo vendré a visitarla no se preocupe por eso –Mónica sintió un vacio en su pecho. —Espero que lo sea porque tú eres la hija que nunca tuve y a mí me dolería mucho perderte –Rose se quedo sin palabras ante tal confesión ya que era la primera en todo este tiempo que Mónica le decía lo importante que era para ella. Luna pensó por un momento si lo decía en serio o solo era una apto para manipular a Rose y que se quedara con ella, no se decidió a cuál de las dos pensar. —Gracias por tanto –Dijo Rose acercándose a donde estaba Mónica para brindarle un abrazo. Mónica abrazo fuertemente a Rose mientras sentía que una lagrima bajaba por su rostro. —Yo te llevare al aeropuerto, y quiero que apenas llegues a ese lugar me envíes muchas fotos, quiero ver donde te quedaras –Luna empezó a notar que su expresión era sincera y espero ver una expresión así de algún familiar en cuanto llegara a la ciudad. —Así será –Luna y Rose salieron de la sala y empezaron a planear lo que harían en cuanto llegaran a la otra ciudad, nunca habían salido demasiado del internado porque no había mucho por hacer en aquel lugar tan lejos de todo, pero ambas tenían grandes sueños y planes que querían cumplir, enamorarse era una de ellas, ambas habían tenido sus novios en aquel internado pero nada verdaderamente fuerte ni si quiera habían perdido la virginidad porque todos eran unos idiotas. En cuanto el novio de Mónica entro a la sala vio a Mónica desconsolada llorando en su escritorio, Mónica lo miro con una mirada fría. —Terminamos no quiero volver a verte nunca, el sexo ni si quiera es tan bueno –El señor se quedo mirándola entre confusión y algo de impotencia — ¿No escuchaste? Dije que te fueras –Mónica le lanzo uno de los trapitos con los que se estaba sacando las lagrimas y el señor de fuel, Mónica entendió que lo que le hacía falta en su vida no era una pareja lo verdaderamente importante en ese momento para ella era Rose, que se iría lejos. **** — ¿Viste como estaba Mónica? Estoy segura de que la vi llorar –Dijo Luna. —No lo creo yo no significo nada para ella, solo estaba disimulando que le importo. —Se escucho bastante sincera. —Todos estos años solo me ha tratado como un juguete y nada más, quizá a su perro incluso lo trata mejor que a mí, estoy agradecida pero nada más nunca tuve una madre en ella. —Bueno –Luna tomo su mano —Estoy segura que a donde vayamos si nos tenemos la una a la otra, estaremos bien como estuvimos aquí toda nuestra vida –Luna vio los ojos grisáceos de Rose y bajo a sus labio, sintió d***o al verlos y no era la primera vez que pasaba hace tiempo Luna había cambiado la manera de ver a Rose a una forma más sentimental, la veía mientras se cambiaba o se duchaba, Rose no parecía prestarle mucha atención porque bueno habían pasado juntas desde que eran niñas, la consideraba su hermana y nada de lo que proviniera de Rose sería extraño –Rose tenía el pelo n***o por los hombros, ojos grisáceos, labios y rostro fino y tenía un lunar arriba del labio, en la espalda tanto como en el cuello tenía muchos lunares en cambio físicamente Luna era diferente, era pelirroja pero ambas compartían casi el mismo tono en los ojos, Luna no tenía ninguna lunar prominente y tenia rizos en todo el pelo. — ¿Qué tal si nos escapamos una última vez al centro comercial? –Propuso Rose. —Me parece una gran idea –El centro comercial que quedaba cerca del instituto “Crystal Marys” era pequeño pero era la única diversión que tenían las chicas en ese lugar al igual que mucho, las chicas se vistieron y fueron en camino sin que los guardias las vieran huir, no tenían permitido salir sin autorización de alguna persona mayor a su cargo pero a ellas no parecían importarle mucho de todas formas Rose era la protegida de la directora. Llegaron rápidamente al lugar, donde las cerámicas blancas con gris relucían más que nunca, Rose y Luna vieron adentro del lugar decidiendo a qué lugar ir. —Creo que necesito un s****n –Dijo Rose —El único que tengo se suelta a cada rato -Ambas chicas buscaron a la tienda que siempre solían ir cuando necesitaban ropa intima, era una tienda costosa pero no les importaba demasiado, Rose no tenía demasiado dinero pero lo que le daba Mónica era suficientemente para al menos poderse dar lujos de vez en cuando. La chica con luces rosadas y negras relucía entre las demás. —Lugo podemos ir a comer helados por última vez en el lugar que nos gusta –Dijo Luna sonriendo. —Por supuesto que sí. La vendedora, una señora mejor que era la encargada del lugar atendió muy amablemente a las chicas que ya conocía hace años. —Lastimosamente señor Ana esta será la última vez que nos vera ya que nos graduamos este año pero no se preocupe vendremos a visitarla de vez en cuando. —Oh tranquilas no se preocupen por mí, extrañare verla por aquí de vez en cuando y aprecio mucho cuando me ayudaban a vender en navidad, espero que les vaya muy bien a donde se vayan –Ambas abrazaron a la encargada la única que les había brindando una mano cuando buscaban trabajo ya que en diciembre siempre solían hacer algo por el estilo porque no había nada que hacer en el instituto. La señora le dio unos modelos de sostenes a Rose que entro en el probador junto con Luna que le estaba ayudando a medirse cada s****n, Rose se había puesto uno blanco con detalle negros y algunos brillantes y se lo miraba en frente del espejo. — ¿Qué te parece? –Le pregunto a Luna que estaba encantada con tener a Rose así en frente de ella, a Luna le parecía que todo le quedaba bien. Luna empezó a acomodarle el s****n a Rose pero acariciando un poco mas de piel del que sería normal —Me probare el rojo, sabes que me gusta los colores fuertes –Rose se quito el s****n y se coloco el rojo con encaje n***o, mientras se lo ponía Luna empezó a acariciar las caderas del cuerpo de Rose haciendo que Rose empezara a notar lo extraño de las mismas así que se volteo a donde Luna mirándola con extrañeza. — ¿Qué haces? –Luna se abalanzo sobre sus labios besándola con pasión haciendo que Rose diera una brinco hacia atrás apartándola.