Estaba furioso. Había hecho que despidieran a María, me habían informado que Andrés había sacado sus cosas, que estaba muy afligida y había llorado mucho en la entrada esperando sus cosas, aunque no entendía en primer lugar, no hizo una escena, solo esperó afuera. Me sentí mal, en realidad no era así, pero tenía tanta rabia y lo único que quería era que ella sufriera como yo lo estaba pasando. Sus llamadas eran atormentadoras, no quería responderle, me sentí traicionado. Se cansó de llamarme, estaba como loco, estaba en la oficina pero era una fiera, no tenía cabeza para el trabajo.
Daniel entró sin ser anunciado. Yo era un asesino.
-“Charles, escúchame” comenzó Daniel.
Me paré rápidamente y me dirigí hacia a él.
-“Charles, Antonia no…” no terminó de decir cuando le estampe un derechazo en su rostro, Daniel cayó al suelo esperaba que se iniciara la pelea del siglo, pero no.
-“Charles ¿Qué te pasa hermano? Tú no eres así, escúchame, esto no es como piensas…” una vez más le pegue en la cara, estaba sangrando, esta vez no cayó al suelo, se tambaleo.
-“no quiero escuchar nada, vete antes de que te mate a golpes” le dije con tanta rabia que el abrió mucho los ojos
-“bien, pero eventualmente me escucharas y te darás cuenta de la verdad y será demasiado tarde para ti” dijo él, sus palabras se incrustaron en mi corazón, pero no deje que me afectara y deje que se fuera.
Era un desastre. Susana entró. Válgame Dios, no quería hablar con nadie, mejor me iba, tome mi saco para largarme para la mierda. Susana solo me observaba.
-“en realidad te has enamorado, jamás has actuado en contra tu familia por una mujer, si la quieres tanto porque no escuchas a Daniel, las cosas podrían ser diferentes o déjame a mí y yo te lo explico” Finalmente dijo mi prima.
-“NO” dije
-“Charles” reprendió Susana
-“Dije que no, no quiero escuchar a nadie, ni a ti ni a Daniel mucho menos a esa puta, que estaba tratando de ver a cual millonario atrapar primero” dije y Susana negaba con la cabeza.
-“Charles, no te cierres a la razón por favor, las cosas no son como parecen, esto es un mal entendido, solo debes escuchar las otras partes, no seas así” Susana tratando de citar la razón.
-“Susana, es mi error, yo no debí estar con ella en primer lugar, ya yo había decidido mi vida, yo me iba a casar con una buena mujer, no tenía por qué buscar a alguien más, esto es un castigo por eso” dije con voz cansada, casi al borde de las lágrimas “por Daniel solo siento rabia, aunque no se la merezca, sé que mañana me calmaré, es como mi hermano pero ahora necesito estar solo” terminé de decir
-“está bien, pero prométeme que mañana escucharas” Susana quiso hacer un trato.
-“intentaré”
Iba a mi casa, pero la verdad no quería ir allá, quería ir a mi bar favorito pero recordé que la conocí ahí. Me fui a la casa de mi mejor amigo Julián.
Julián estaba atónito por todo lo que le había contado, me trajo un vaso de whisky, uno tras otro. Mi amigo era tan comprensivo siempre, por lo general no cuestionaba nada de la vida de alguien, sin embargo, el me aconsejó que fuera un poco más indulgente y que escuchara a Antonia, o a Daniel. Él creía que yo estaba cegado por los celos y eso se podía solucionar. Pero en realidad esto iba más allá de los celos.
Yo me dejé llevar por esa atracción, me deje llevar por lo bien que ella se sentía, me dejé llevar por la seguridad que me brindaba. Esa seguridad solo la sentí cuando era niño, cuando mis padres estaban vivos, me sentía feliz en ese entonces y con ella, con Antonia, me sentía así y ver cómo me mintió y como era igual que las demás, me volví loco. No debí nunca llevar esto tan lejos, mis padres no estaban, tomé los afectos de una mujer que sabía envolver bien a las personas por su experiencia, esos afectos que anhelaba. Pero eso se acabaría. Iba a estar con la mujer que en realidad debía estar.
Natalia sabía que no la amaba, sin embargo, ella era consciente de las cosas, sabía que ella para mí era un negocio, a pesar de eso me trataba bien y no reprochaba nada, me cuidaba cuando podía pero no era lo mismo. Ella era la que se seria mi esposa. Lo decidí. Me casaría con ella, en cuanto aterrizara en esta ciudad.
Julián no estaba de acuerdo con esta decisión, pensó que era algo apresurado. El nunca estuvo de acuerdo con mi relación con ella. Julián siempre creyó que ella era rara, que escondía algo. Pero no sé si era el alcohol y mañana tendría otro pensamiento, pero en realidad era lo más seguro en este momento.
Ring Ring Ring 11:30 pm
Era Antonia. 30 llamadas perdidas. 1:00 am. No niego que estuve a punto de contestar, llamarla puta una vez más, pero al menos escucharía su voz. No lo hice. En cambio bebí más, bebí hasta que me quede dormido de la borrachera.
El sol entraba por los ventanales del apartamento de Julián, dormí en la sala de estar. Este lugar era un caos, que pena con mi amigo, Alcohol, desorden. Cuando por fin logre levantarme, Julián me recibió con una taza grande de café. Me bañé y nuevamente mi chofer me trajo ropa. Mi amigo insistió en que pensara las cosas y escuchara a Daniel o a Antonia. En realidad ya me estaba cansando de este tema, Susana y ahora él. Suspiré.
Mejor me iba rápido a la oficina y seguiría bebiendo.
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Estaba en la oficina ya había terminado mi primer vaso de licor, estaba más enojado que ayer. Había llamado a Natalia, su celular estaba fuera de cobertura. Anoche le había mandado un mensaje pidiendo su itinerario, quería hablar con ella lo más pronto posible, se encontraba trabajando y no pudimos hablar mucho pero al parecer era el último día de trabajo y viajaría inmediatamente para hablar conmigo.
Antonia entró a mi oficina. Mi corazón amenazaba con salir. ¿Cómo mierda entró aquí? Bien, ya sabía la respuesta correcta a eso. Susana entró después de ella.
-“Charles, por favor escucha a Antonia un momento quieres” dijo Susana rápidamente. Callé, no dije nada. Susana salió y Antonia estaba parada ahí sin decir nada.
-“Charles, solo me atreví a venir porque necesito saber que pasó, vine porque necesito un minuto para defenderme de cualquier cosa que estés pensando..” no terminó de decir cuando la besé intensamente.
Ella me correspondió, la besé aún más como si mi vida dependiera de ello. Deje besos húmedos en su cuello, tome en mis manos sus nalgas, las apreté y masajee, la atraje más a mi pene que estaba ya duro, intensamente duro.
-“Charles” ella susurró “nos van a encontrar” como si eso me importara. Me alejé de ella y puse seguro a la puerta, Daniel y Susana no avisaban para entrar. La abrace y la besé nuevamente con urgencia y saque su vestido por encima de su cabeza, dejándola en ropa interior. Ella definitivamente era hermosa, su cuerpo, su cara enrojecida, su modo de ver a las personas, pero no debía pensar en eso, no ahora. Desabroché su sostén y sus tetas salieron alegres y sus pezones estaban duros, estaba necesitada, tome su pezón derecho en mi boca y con la mano masajeaba el otro, la incline a mi escritorio.
Baje sus bragas, la voltee de modo que puso sus dos brazos apoyados en mi escritorio y le abrí de piernas, rápidamente desabroche mis pantalones y baje a media piernas mis boxers, le puse la cabeza de mi polla en su entrada, alineada lista para entrar.
-“Eso es lo que quiere una puta como tú” le dije con tanto veneno. Se retorció para liberarse.
-“charles no..” trató de decir algo pero hundí mi polla, gimió. Embestí una vez más, otra vez.
-“No es lo que querías puta o no es suficiente? ¿Llamo a Daniel?” le pregunté
-“charles por favor suéltame, no hagas esto” dijo llorando.
La tenía empalada. No negaba que estaba disfrutando de su centro, estar enterrado en ella, era una de las cosas que más me gustaban pero yo estaba enojado y quería que supiera que no me afectaba, y que comérmela y dejarla tirada después iba a ser su castigo.
Ella intentaba soltarse, y gritaba que me alejara. Le cerré la boca con mis manos, para que no pudiera pronunciar palabras. Seguí embistiéndola por detrás como la perra que era. Una, dos, tres..diez ya estaba cerca de venirme y ella se retorcía, mi mano estaba mojada de sus lágrimas. Me corrí, salí de ella y la empujé. Ella se apoyó al escritorio llorando, lloraba fuerte. Tuve un destello de compasión por ella, verla así, tan vulnerable. Pero rápidamente me repuse.
-“vete de aquí puta de mierda, no vuelvas más. Solo una puta no se resiste a entregarse a un hombre que la ha humillado” dije y ella con su gloria desnuda me plantó una cachetada, tan fuerte.
-“Charles, eres un desgraciado, pero te juro que te vas a arrepentir algún día de esto, no soy una puta, no soy tu puta, ni la puta de Daniel. No he hecho nada malo” dijo indignada y con evidente dolor en sus ojos. Hubo un destello de dolor en mi corazón, la persona que me hizo sentir tan seguro me había traicionado o eso pensaba yo.
En menos de medio minuto se puso la ropa y salió de la oficina. Suspiré. Y si ella decía la verdad? Y si debí escuchar a Daniel? Ya que, ya era tarde. Entre al baño. No podía evitar pensar en lo que pasó. Mientras la ultrajaba, mientras le decía todo eso a ella, y como lloraba, pidiendo misericordia. Yo no estaba en mis cabales. Quería ir tras ella y pedirle disculpas, no volver con ella ni nada de eso. Pero no debí hacerle eso, un hombre respetable no hace eso, fui un animal. Aunque se lo mereciera no era yo el indicado para impartir justicia ni nada por el estilo. Suspiré y me repetí que ella no era nadie, no era la indicada, estaba en una pesca a ver con que millonario se quedaba.
Habían pasado más de 15 minutos, acomode el escritorio y limpie el desorden que había hecho con Antonia mientras la follaba, me sentí culpable. La puerta se abrió. Natalia.