Capítulo 14

2029 Palabras
Estaba afuera del edificio de Charles, no sabía si me iba a recibir, él no había querido atender el teléfono. Pero era mi día de suerte. -“¿Antonia?” dijo una voz familiar pero no reconocí de inmediato. Susana, la prima de Charles. -“¿Qué haces aquí? Me preguntó. Me sentía avergonzada pero en realidad no tenía por qué estarlo yo no hice nada. -“yo..umm.. tengo que hablar con Charles de un asunto..eh..” dije, o más bien balbucee. -“¿Estas bien Antonia? Yo lo sé, sé que pasó y me siento muy avergonzada porque Daniel me explicó todo, pero Charles esta fuera de control. Él nunca se había comportado así, de hecho estoy pensando en hablar con mi padre, a él lo escucha” dijo ella con pesar en su voz. Suspiré y me sentí un poco libre, alguien me apoyaba. Lloré delante de ella incapaz de retener mis lágrimas, estaba dolida. -“Yo no hice nada Susana, el me condenó, y me echo del trabajo, de su vida, no me contesta y no me escucha. En realidad, estoy muy confundida” le dije. Ella me abrazo y me dio unas palmaditas reconfortantes. -“te llevaré hasta donde esta él, quiero que le expliques todo. Te soy sincera Antonia, nunca lo había visto así por una mujer y quiero que sea feliz, le sea dado lo que la vida le negó cuando murieron sus padres” ¿Qué? No sabía que él era huérfano. -“no sabía que era huérfano, lo siento” dije secándome las lágrimas. -“hay muchas cosas que no sabes de él, pero sé que él te ira contando con el tiempo. Por ahora solo quiero que te concentres y trates de explicar las cosas, con suerte razonará a tu nuestro favor” dijo mientras me dirigía adentro. --- Salí lo más rápido que pude después de lo que me había hecho Charles, en realidad ya no quería volver a hablar con él, no merecía mi pena y mucho menos mis afectos. Siempre repudié a un hombre con estos comportamientos, y Charles nunca demostró ser un ser tan vil, incluso cuando estuvimos por primera vez. Me sentía devastada. Iba en el ascensor llorando a cantaros, por la gracia de Dios iba sola y nadie lo había pedido. Trataba en el trayecto de calmarme pero era imposible para mi. Solo de recordar como tomo mi cuerpo y me engaño para que me entregara a él, yo pensando en que en realidad me extrañaba, sus besos urgentes, su toque. Pero solo era una mentira, el quería demostrar que era una puta como el mismo me dice. No soy una puta. Yo lo extrañaba y cedí porque quería estar con él. Me indignó que el no se detuviera, que no me escuchara. Que me tomara como una maldita perra y no sintiera ni el más mínimo arrepentimiento. Que ser tan cruel. Piso 1. El ascensor llego a la planta baja, salí tan rápido que me lleve por delante a alguien. Sus cosas cayeron al suelo, por inercia me agache a recoger lo que por mi culpa se le había caído. -“lo siento mucho, no me fije” le dije a la persona, que no era otra que una modelo famosa, la reconocí. Muy bonita. -“tranquila. Pero ¿te puedo ayudar? ¿Por qué estas llorando?” me preguntó. En realidad no recordaba su nombre pero su cara sí, no sabía que las modelos eran dulces, siempre creí que eran orgullosas, en realidad muchas eran así. No me incliné nunca por el lado de esas fotografías pero más o menos sabía que se hacía en esas campañas fotográficas. -“tranquila, solo son problemas que pronto se solucionaran” trate de darle un parte tranquilizador, aunque eso era más para mí que para ella. -“¿estas segura? ¿Te hicieron algo? Porque si es así puedo hablar con mi prometido, él es dueño de esta empresa y puedo hacer que se haga justicia si es que te han faltado el respeto” Quise morir, sume uno más uno. Sería posible lo que me estaba imaginando. No podía ser la prometida de Charles, si solo dos noches antes me pidió salir formalmente con él. Tal vez esta empresa tenía varios dueños, de todos modos era un conglomerado. Además, Susana no me dijo nada ni Daniel tampoco, y una persona que se va a casar no le hace este tipo de escenas a una persona que no quiera. -“¿Quién es tu prometido? Me atreví a preguntar. -“Charles Guerra. Mucho gusto soy Natalia, sabes algo me recuerdas a alguien, te pareces a alguien que conozco…” no escuche más nada, me confirmó que era su novia y ¿yo que había sido en todo caso? Me alejé, ella estaba como haciéndome preguntas de mi estado, pero salí corriendo. No valía nada. Una pila de mierda valía más que yo. Como era posible que me haya dejado engañar así. ¿Cómo pudo Charles hacer eso? Dios me dolía el corazón. Pero tenía que seguir. Llegue a mi carro. Entre y no pude contenerme, lloré aún más de lo que ya había hecho. Este día fue peor que el anterior. Necesitaba llegar a mi casa y perderme en mi miseria. Trate de ventilarme, encendí el carro. Una hora más tarde estaba en casa, guarde mi carro y me tire a la muerte. Me bañé, demore como dos horas llorando en el baño. Finalmente salí y me metí en mi cama, había un leve olor a él, donde durmió conmigo, de puro despecho cambie el juego de sabanas. Debía hacer mi duelo y seguir con mi vida, pero como dolía esta mierda en el corazón, en mi ego, mis sentimientos. Perdí la noción del tiempo. POV Charles Natalia estaba en mi oficina, tal como lo había prometido. No la esperaba la verdad. Ella siempre fue dulce conmigo, me besó apasionadamente y me abrazó, pero no sentí nada en absoluto. Ella era hermosa, típica belleza de portada de revista, alta, cabello rubio liso, ojos claros, nariz de botón, 25 años, con una carrera prominente. Su familia era adinerada, teníamos negocios en común y con el futuro matrimonio ciertamente prosperaría más las sociedades. Era un buen negocio. Pero en realidad no la amaba. Me siento bien con ella pero no la amo. -“Charles, Cariño, ¿Por qué estas tan raro? Me pregunto con sus ojos preocupados -“Nada querida, estoy bien, solo que tengo mucho trabajo” respondí vagamente. -“bueno, estoy aquí, ¿de que querías hablar?” ella pregunto y se acomodó en el mueble, dando palmaditas a su lado invitándome a que me sentara. Me senté a su lado. -“Natalia, como sabes estamos comprometidos y no hemos fijado una fecha” comencé, pero confieso que ya no estaba seguro de lo seguro que estaba en casarme con ella. Su expresión cambió como si no le gustara el tema, pero rápidamente su expresión era de asombro. -“continua” me indicó -“bueno preferiría que nos casáramos lo antes posible, como en una semana o dos” dije finalmente. Ella jadeó. -“Charles, espera ¿Por qué tan pronto? ¿Pasa algo? Recuerda que yo tengo una familia y preferiría una boda organizada y que no se escaparan detalles” ella dijo un poco histérica. -“además, ¿de que se trata esto? ¿Es mi familia? que te han dicho?” siguió ella presa del pánico. No la entendía. Cualquier mujer se casaría mañana mismo conmigo con tal de atraparme. -“nada de eso Nat, solo quiero casarme contigo, eventualmente lo íbamos a hacer, pero quiero acelerar las cosas” -“no se Charles, es raro. Y no me siento cómoda con este tema apresurado”. Dijo ella, en contra de lo que quería, tuve que hacerlo. La besé y la abracé. Eso siempre ayuda. -“¿qué tengo que hacer para que te cases conmigo en una semana? ¿Debo contratar a 3 organizadores? ¿Qué quieres?” le pregunté. Estaba callada como pensando en que decir. -“¿está bien Charles, pero solo quiero que sea familiar, no quiero una gran fiesta, no quiero que hablen de mi por la mala organización” se rio tristemente, como si eso solo era lo que la abatía. -“bueno, manos a la obra” dije. --- Había pasado el día con Natalia de un lugar a otro, organizando las cosas y viendo las opciones que teníamos, en su mayoría los organizadores elegían las cosas, ni ella tenía ganas y emoción, al igual que yo. No parecíamos la pareja que quería casarse. Ignoré las señales. Pensé mucho en Antonia, me dolía el corazón. Todo se había acabado. Me preguntaba que hubiera sido de mí, si ella no hubiera estado con Daniel. Que habría sido de los dos. Tal vez me hubiera casado con ella con el tiempo. Quizás. Tenía que apartar esos pensamientos de mi cabeza, tal vez en un mes ya Natalia estaría esperando a mi heredero. Mierda. Como iba a hacer cuando haga el amor con Natalia, sin pensar en Antonia en absoluto. Miramos la lista de invitados, de mi parte solo serían mis dos tíos, Susana, su esposo, sus dos hijos, Julián mi amigo y Daniel y sus dos hijos con su madre. No puedo desterrar a Daniel de mi vida por una mujer, él es mi familia y la familia es primero. Pero eso no quería decir que estaba listo para verlo. Elegí mi traje de bodas. Natalia eligió el suyo, sencillo pero glamuroso. A pesar que era una ceremonia civil, ella quería que todo estuviera organizado muy bien e impecable. Habíamos avanzado mucho. Faltaban muchas cosas pero le deje la responsabilidad a Natalia, yo debía trabajar y lo que de mi parte me tocaba, ya lo había hecho. Almorzamos tarde. Natalia estaba un poco callada, solo decía lo necesario. Le avisó a sus padres, los cuales no estaban en la ciudad, ellos tomarían el primer vuelo al siguiente día para ayudar en los arreglos. La ceremonia seria en la casa de Natalia. Sus padres solían ser un poco críticos con ella. Ella siempre frente a ellos, era cariñosa conmigo, más de lo habitual. Pero cuando no estaban, era más distante, pero dulce y siempre me cuidó. Las veces que hicimos el amor, nunca se quedó en casa, primero yo nunca le insistí en quedarse. Segundo ella decía que le gustaba estar en su casa. Solo una vez fui a su casa a buscarla. Era poco lo que conocía de mi prometida, y la verdad nunca lo consideré importante. Me despedí de ella, quedamos en vernos mañana para mirar los avances. Me fui para la oficina. Se abrió la puerta. Ya sabía lo que se venía. -“¿cómo pudiste? ¿En qué estás pensando Charles? ¿Por qué estás haciendo esto? - Susana me bombardeó a preguntas. -“¿de qué hablas?” yo sabía a qué se refería. -“Te vas a casar con una mujer que no te quiere ni que tú quieres” dijo ella, me llamó la atención su comentario. -“en que te basas para decir que no me quiere y que no la quiero? Arquee una ceja -“ay por favor¡¡ lo sabes, no la quieres más de lo que quieres a Antonia. Natalia es rara, no actúa como una mujer enamorada. Date cuenta” espetó Susana con veneno. -“mira Susana, sal de mi oficina, tengo mucho trabajo. Eso está decidido. Antonia murió ya. Supéralo” dije exasperado, tal vez Susana lo supere, yo no creía que yo lo superaría tan fácil. -“Bueno Charles, no digo más nada, pero espero que más adelante no te arrepientas de las cosas” con eso se fue y me dejo solo con mi tristeza e inseguridad. Solo Dios sabia hasta cuando iba a estar así. 
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