Allegra Mi amiga estaba de pie en la terraza, mientras yo seguía sentada en el sillón de su sala. Nos habíamos quebrado la cabeza pensando a qué había regresado George, qué era lo que quería conmigo, y a pesar de mis miedos, sabía que ella tenía razón: tenía que enfrentarlo, hablar con él y preguntar qué era lo que quería conmigo. Nina se acerca a mí, me mira a los ojos y suspira. —Te necesito de vuelta. Yo la miro extrañada, pues no sé a qué se refiere. Ella niega y me dice: —No me mires de esa manera. Sabes a lo que me refiero. Necesito a mi amiga. Sé que eres madre y necesitas cuidar a mi pequeño corazón, pero necesito de vuelta a aquella mujer empoderada, guerrera, que enfrentó a todo el mundo cuando se dio cuenta de que estaba embarazada y que todos, incluyendo a su familia, le d

