Allegra Escuchaba todo lo que Mateo me decía y aún no lo podía creer. Era un hombre comprometido y me estuvo buscando para decirme que me amaba. ¡Qué estupidez tan grande! ¿Quién ama de esa manera, engañando y lastimando? Nadie lo hace cuando ama de verdad; abres tu corazón y no mientes. Este idiota solo se preocupaba por sí mismo, sin ningún tipo de remordimiento. Volteo a ver a Mateo, un poco molesta, pues jamás me dijo nada en todo este tiempo. —¿Por qué jamás dijiste nada? Y cuando él y yo estábamos juntos, supongo que también sabías que estaba comprometido, ¿o miento? Él guarda silencio por un momento, pero yo ya estoy furiosa. Fui la mujer más estúpida del planeta. ¿Cómo no me di cuenta? Él suspira y asiente, así que me acerco a él y estoy a punto de darle una buena bofetada. —P

