Estos días han sido una tortura, primero mi cuerpo no se acostumbraba a las rutinas de baile en el tubo y terminaba con un horrible dolor en mi espalda, pero por lo menos he ganado suficiente dinero, lo que dijo Zara de las propinas era muy cierto. He ganado más dinero esta semana que en todos mis días que trabaje en ese horrible café.
Fernanda y yo regresamos a estudiar, me costó mucho ponerme al día con las tereas y actividades y tuve que recurrir a la salida más fácil como cualquier estudiante, me copié, si me copié y mis senos por fin sirvieron de algo, ahí escondí todas mis mini notas.
¡Soy una genia! Ningún profesor se atrevería a revisar mis senos al menos que quiera una demanda por acoso escolar. Estoy en la clase de química, la cual detesto, no le entiendo nada de nada, el profesor debería retirarse de la profesión.
- ¡Oye! —Me llama ese tipo tan fastidioso que tenia de compañero —¡Oye!
Volvió a susurrar.
—¡¿Qué quieres Julián ?! —Me volteo a verlo. El es un chico realmente muy guapo con su cabello castaño claro y sus ojos verdes.
¿Entiendes algo de esto?
¿Qué crees? Estoy igual o peor que tú, este viejo debería retirarse pero de la profesión, no sirve - él ríe - ¿Para eso me molestas?
-¡Julian! —Lo llama su amigo de al lado. Darren, él si es un dios griego, con su cabello n***o, ojos iguales de oscuros pero con una actitud de loco con problemas de ira que hacia encogerse y mojar las bragas de más de una en esta preparatoria. ¿Iras a la fiesta de Marcel?
No me lo perdería por nada, además todavía recuerdo como el caíste de la piscina por lo borracho que establece —me rio, imaginando la escena de Darren borracho y mojado en la piscina.
¿¡¡¡¿¡Tú tú de qué te ríes maldita !? —Me reclamo el loco del pelinegro y borré mi sonrisa de inmediato.
—De nada —agaché la cabeza viendo mi libreta, como si fuera algo interesante.
A mí sinceramente me daban un poquito miedo y gracia los cambios de humor de este chico, cuando está furioso todos gritábamos "¡Sálvese quien pueda!". Lo peor es que me da risa al mismo tiempo, mucha risa, cuando se enoja lo hace ver que no tiene control de él mismo.
Quien me viera riéndome de él cuando está como el mismo diablo, me dice que estoy loca.
—Escuché que sus amigos universitarios traerán una sorpresa —dice Julián pero dejo de prestar atención a la conversación y me concentro en la clase, intentado entender algo ...
Llegué al club y me encuentro con Zara en compañía de Malena (la castaña que me tocó los senos en mi primer día aquí).
—¡Al fin llegaste! prepárate rápido, hoy nos han contratado para animar una fiesta de universitarios —asentí y yo cambié la ropa de día por un vestido n***o, cinco dedos encima de las rodillas que se ajusta a todo mi cuerpo, diría que me queda como una segunda piel haciendo notar mis curvas con unos tacones de plataformas de diez centímetros. ¡Ya no me consideró como un hobbie!
—Te ves bien, déjame ayudarte con el maquillaje —se ofrece Malena, pinta mis parpados de n***o resaltando el color de mis ojos y los labios de una rosa pálido muy lindo —¡El toque final!
Saca un antifaz de encaje n***o muy hermoso.
—Para que hacerlo más misterioso —dice ella con una sonrisa —Ahora si eres otra ....
Somos ocho chicas en total contactando a Zara y Malena, todas nos subimos a la camioneta que nos lleva a un campus universitario, el auto se detiene en una casa donde se ve que está empezando la fiesta por la música a todo volumen. Estoy muy nerviosa y mis manos tiemblan.
—Calma, no es el fin del mundo es solo un baile, nadie se va a propasar contigo niña —dice Zara, lo cual me calma un poquito.
Entramos y juro que parece que morí y subí al cielo, todos estos universitarios están para comérselos, tal vez esta noche no sea tan mala.
—Como que ahora no estás tan nerviosa ¿verdad? —Susurró Malena cerca de mi oído haciéndome reír.
Todas pasamos a la sala, en donde se reunirán a todos los chicos.
—A ver muchachos necesitó dos voluntarios para este juego, ¿Quién se ofrece? - Todos comienza alzar la mano desesperados —Mejor elijo yo ... A ver ... Tú, el de la chaqueta gris y la camiseta verde.
Busco al que señaló y ... ¡Tiene que ser una maldita broma! Es el perro de Julián.
—Falta otro —Zara comienza a buscar —Tú, chico de la camiseta negra y mala actitud.
El chico se acerca ... ¡MALDITA ZARA! ¡El chico con mala actitud es el mismísimo Darren! ¡¿Por qué me pasa esto a mí?!. Valerie cuenta hasta tres.
“Uno ... dos ... tres ... cuatrAAAAAHHH. ¿¡Por qué tenían que estar aquí !? ” –Pienso irritada y con el estómago revuelto.
" Calma Valerie, calma hay siete chicas que están mucho más buenas que tú, dudo que se fijen en ti con lo chata que estás" -responde mi voz interior haciendo que mi autoestima se vaya por el piso.
—Vean chicos, ustedes pueden tener un baile de cualquier chica que ustedes elijan. —Nosotras nos formamos en fila y ellos comienza observa, bajé la cabeza. “ No me elijan, por favor no me elijan” - rezaba en silencio.
Uno se detiene enfrente de mí, levanté la cabeza esperando que no fuera de ninguno de los ...
—Te elijo a ti —sus ojos verdes estaban fijos en los míos. ¡Maldito Julián! ¡¿No podías elegir a Malena que está mucho más buena ?!
—¡Perfecto! —Dice Zara, ¿y tú a quién elijes?
Le pregunta a Darren.
—Yo la quería a ella —me señala, abrí los ojos como platos.
" Ya Valerie, ellos no tienen ni puta idea que eres tú, la nerd que estudia con ellos". Darren al final escolta a Fabiola, una pelirroja con piernas hermosas.
—Bien chicos siéntense y disfruten de su baile —los chicos se sientan, comienzan mi rutina con Julián, él inepto intenta tocarme pero no lo dejo.
—Lo siento pero tocar vale extra, así que mantén esas manos quietas —el ríe y deseaba en serio gritarle “NO ME TOQUES CABRON”, por favor que la música termine pronto.
De reojo veo a Darren y este me observa sonriéndome, lo ignoro hasta que termina la canción, no quiero estar ni un minuto más cerca de Julián o Darren, es incómodo. Los dos estudian conmigo y no me apetecía que se enteraran a lo que me dedicaba a vivir.
Las chicas y Zara comienzan animar la fiesta, yo ya no aguanto los pies, estos tacones los voy a quemar cuando llego a mi casa, me acerco a la barra y me sirvo un trago. ¡Necesito alcohol!
-¿Como te llamas? —Pregunta esa voz.
¡Tierra provocando un terremoto para poder irme de aquí!