Me levanto y es la misma rutina de todos los días, levanto a Fernanda de su cama, preparo el desayuno, me alisto para ir a la preparatoria, me gusta Fernanda en su colegio y voy a mi cárcel que llamo escuela.
Darren ha vuelto a tener la misma actitud de dios que nadie puede tocar e inalcanzable para cualquier mujer, creo que lo detesta aún más que antes, no deja de fastidiarme y por su culpa perdí una clase, hizo que el profesor de química (la materia que llevo más arrastrada) me sacara del salón, ahora si pienso que rechazarlo fue lo mejor.
Estoy en la cafetería terminando mi barra de chocolate y en eso Julián se sienta a mi lado.
—Largo —le digo de lo más frío.
—¡Uy! ¿Y esa actitud?
—Gracias a tu amigo que por su culpa hizo que perdiera una clase que tal vez me salve el pellejo para no raspar química general.
—Oye no es mi culpa ... además Darren ha estado así porque una chica que le gusta lo rechazó.
—Bueno no podemos tener todo en la vida, pero eso no le da el derecho de pagar sus rabietas con los demás, sobretodo conmigo que yo hago hasta lo imposible por alejarme de él. — le doy el último mordisco a mi chocolate.
—Si, en eso tienes razón ... hablar con él para que no se porte más idiota de lo que ya es contigo. —Lo miro.
—Te lo agradecería mucho —me levanté de la silla— Hasta mañana Julián.
¿Dónde está vas?
—Tengo que ir a buscar a mi hermana y después ir al trabajo.
- Nunca te lo he preguntado pero ... ¿De qué trabajas Valerie?
—De mesera, hasta pronto. Es una mentirita piadosa. Doy media vuelta al estacionamiento para subir a mi auto y buscar a Fernanda, llegué a la entrada del colegio y no encuentro a Fernanda por ningún lado, me acerco a su maestra.
—¡Hola Valerie! —Saludó tan campante la mujer de treinta años.
¿Dónde está mi hermana, señora López? —Pregunto sin rodeos.
—La vi entrar al baño hace unos momentos. —Entro al instituto y cuando llego a los sanitarios de niñas puedo escuchar sollozos, entré rápidamente hacia donde provienen los ruidos - ¡Fernanda!
Mi hermanita estaba llorando en posición fetal con su uniforme sucio y arrugado, todo su cabello desaliñado.
- ¿Valerie? —Me acerco a ella y la abrazo.
¿Quién fue? —Pregunto conteniendo las ganas de golpear algo.
—Nadie, solo ... me caí.
—¡Fernanda de verdad me crees tan estúpida! Sé muy bien que si te hubieras caído no estarías en ese estado —le digo lo más calmada que puedo estar cuando estoy entere de quien fue ¡lo / a mato!
—Nadie ... me quiero ir de aquí. — la ayudo a levantarse y salimos del edificio sin decir nada.
En todo el camino mi hermanita no dijo nada, ni una palabra de lo sucedido, pero si ella no me dice lo que descubriré por mi cuenta, esto no se puede quedar así. Cuando el reloj dan las diez, Fernanda duerme y yo salgo a trabajar.
Llego al club pero mi baile es más rutinario que movido, lo que le pasó a Fer me tiene en las nubes, bajé del escenario para entrar al camerino y unos minutos después entró Zara.
—¡¿Qué fue eso ?! —Pregunta furiosa.
—Lo lamento pero hoy no tenía cabeza para nada, me encontré con Fernanda llorando en los sanitarios de su escuela y no me quiere decir quién fue el que le hizo eso.
—Si no lo que quiere decir de seguro la tiene amenazada. ¿Qué piensas hacer? —Pregunta más comprensiva.
—Ya pensaré en algo —Termino mi turno en el club y regreso a casa a dormir.
Al dia siguiente llevo a Fernanda al colegio, no me ha dicho quien la hizo llorar y le di la oportunidad, entonces tendré que descubrirlo por mi cuenta, estacioné el auto en la entrada y antes de que baje la agarró del brazo.
—Fernanda, si alguien te molesta tienes que decirme —ella solo asiente y se baja del coche.
¡Me vale vergas faltar a clases! Si mi hermana está teniendo problemas, debo protegerla ... todos los niños están en sus salones, llego al salón de Fernanda y la puerta está abierta, la profesora no se encuentra. Me asomo y veo a todos los niños reunidos en un círculo rodeando a alguien, esa es ... ¡Fernanda!
—¡Mírate! ¡No sirves para nada, te dije que hicieras mis tareas! —Le dice una niña pelirroja robusta por no decir lo otro, más alta que mi pequeña Fernanda —De seguro por eso tu mamá te dejo. ¡Porque eres una estúpida y una inútil que no sirve para nada!
La rabia me lleva y veo todo rojo, mi hermanita tiene la cabeza abajo escuchando y aguantando los insultos. ¡Eso sí que no! Me abro paso entre los niños.
—Mira gorda estúpida —le digo a esa pequeña perra con cabello rojo —¡¿Qué te crees para hablarle así ?!
—Cállate vieja —respira Valerie, respira —Además mi esclava tenía que hacer mi tarea.
No me aguanto más y la memoria caché porque se nota que eso es lo que le falta, si su madre no le enseña educación a su hija pues aquí estoy yo para enseñarle lo que le falta.
—¡Me golpeo! —Exclama llevándose la mano a la mejilla.
-¡Si! Porque se nota que eso es lo que te hace falta. Mira malcriada, no quiero que vuelvas a hablarle así a Fernanda, porque de seguro estás celosa y envidiosa de que ella es mucho más linda e inteligente de lo que no puedes llegar a ser en tu vida - sus ojos están llenos de lágrimas y se Da la vuelta para salir corriendo del salón. Me volteo a ver a Fer y esta con los ojos llorosos —Tu y yo tenemos que hablar.
Le digo calmada y la saco del salón.
¿Fernanda por qué no me dijiste que esa niña te consideró así? Se supone que prometimos decirnos todo.
—Lo siento —la abrazo.
—Ya pequeña ... ¿Quién era esa Gorda?
—Se llama Emily Thomson, desde que llegó se la ha pasado molesándome pero te juro que no le hice nada.
—Te creo pequeña, tú no le harías daño ni una mosca y esa pequeña perra ...
—¡Ella fue la que me golpeó director y también me gritó! —Me interrumpe la voz de la gorda que por lo visto se fue a buscar al director, me levanto y la miro fijamente.
- ¿Eso es verdad señorita? —Habla el director.
—Si - digo sin arrepentimiento.
—Vengan a mi oficina —el director se da la vuelta y la pequeña perra me saca la lengua, la voy a estrangular. Entramos a la oficina del director - ¿Sabe lo que hizo mal señorita Stonson?
—Sí y no me arrepiento esa niña se la pasa haciéndole la vida imposible a mi hermana. ayer me encontré a mi hermana con el uniforme sucio y roto llorando en el baño de niñas.
—¡Eso no es verdad ella ...! —Se intenta justificar la pelirroja pero yo la interrumpo.
—Director pregúntele a los otros niños, todos estaban ahí mientras esa niña le gritaba a mi hermana.
¿Eso es verdad Fernanda? - pregunta el director y Fernanda tiene la cabeza baja.
—Fer no tengas miedo ... si intenta algo la vuelta a un golpe pero más fuerte —le susurro para calmarla.
Ella me mira con una sonrisa y levantando la cabeza decidida.
- Si directora, Emily me obliga a realizar las tareas y todos en el salón nos empuja y nos habla mal.
—¡Maldita sapa! —Exclama la pelirroja ganándose la mirada sorprendida del director.
—Con lo que acabas decir Emily, me comprueba que es verdad todo lo que la niña dice, voy a llamar a tu mamá no puedes seguir estudiando aquí y Fernanda si quieres puedes irte —saco a mi hermanita rápidamente de ahí.
Salimos al estacionamiento y subimos al coche.
—Fernanda - ella voltea a verme —Quiero enterarme por tu boca si algo te pasa, confía en mí, si tú no hablas yo no podré ayudarte hermana. No siempre estaré tan cerca de ti ¿Lo entiendes?
—Si Lara, pero ... ¿Y tus clases?
—¡Me vale madres mis clases! Tú eres más importante, hoy las dos tendremos un día de hermanas —le digo con una sonrisa.
Le prometí un día de hermanas y eso tuvimos, la llevé al parque, una pizza de comer. Ella llegó agotada a la casa y se durmió inmediatamente, en cambio yo tengo que tragarme el cansancio para ir a trabajar.