Tensión en el juego

1610 Palabras
Una semana había transcurrido desde la tensa primera reunión con Nikolai Petrov, y la sensación de incomodidad entre Alexa y él no había hecho más que intensificarse dentro de la oficina. La cita de hoy era crucial, pues era el momento en el que los demás socios también estarían presentes, y la presión en el aire era palpable aunque quisieran evitarlo. Alexa se encontraba de pie frente al espejo de su oficina, ajustándose el elegante vestido n***o que había elegido para la ocasión. No podía dejar de pensar en los ojos de Nikolai, en ese brillo feroz que había notado durante su último encuentro. Quiso desestimarlo, pero había algo en él que no lograba sacarse de la cabeza, una presencia que se infiltraba en sus pensamientos como si fuera parte de su destino. Su hermano entró en la habitación sin previo aviso, interrumpiendo sus pensamientos. —Alexa, ¿todo listo para la reunión? —Preguntó Sergei, notando el aire de tensión en su hermana. —Lo estaré en cuanto me dé cuenta de que el mundo no se está desmoronando a mi alrededor —respondió ella, mirando a Sergei con una sonrisa ligeramente tensa. Sergei asintió, comprendiendo el peso que llevaba sobre sus hombros. Sin embargo, a pesar de la gravedad del momento, no pudo evitar lanzarle una mirada cómplice, a pesar de que, en un principio, las cosas entre él y Nikolai también se pusieron intensas de rivalidad. —Sabes que si lo que más te preocupa es Nikolai Petrov, es hora de que nos pongamos las pilas. Este no es un juego, hermana, pero no podemos dejar que él nos manipule. Aunque yo haya aceptado quedarme aquí para acompañarte en este proceso hasta que estés finalmente lista para manejarlo tu sola, eso no será ningún impedimento para él atacarnos cuando quiera hacerlo. Alexa suspiró, sabiendo que las intenciones de su hermano eran bien intencionadas, pero su instinto le decía que había algo más con Nikolai de lo que podían ver a simple vista. Algo que no podían descifrar aún. Minutos después, llegaron los demás socios. La sala estaba abarrotada de hombres vestidos impecablemente, algunos ya tomando asiento mientras esperaban. Alexa se sentó junto a Sergei en la cabecera de la mesa, y cuando Nikolai entró, la atmósfera cambió inmediatamente. Su mirada se encontró con la de Alexa casi al instante, y aunque intentó disimularlo, el aire entre ellos se cargó de una tensión evidente. Nikolai no tardó en cruzar la sala con paso firme, deteniéndose frente a la mesa y dirigiéndose a ella primero. —Señorita Ivanov, espero que su día haya ido bien. —Dijo, su tono es suave, pero cargado de un no tan sutil desafío. Alexa lo miró fijamente, dejando que el silencio se estirara antes de responder, dejando claro que no iba a ser quien cediera. —Todo en orden, señor Petrov. Aunque no puedo decir lo mismo sobre el futuro de este negocio si sus intenciones son las mismas que la última vez. La pequeña chispa de desafío entre ellos no pasó desapercibida para los demás en la sala, que intercambiaron miradas desconcertadas, pero decidieron no intervenir. Nikolai sonrió de manera enigmática y se sentó, su postura relajada pero con una autoridad natural. Mientras comenzaban a discutir temas de la empresa, los ojos de Alexa seguían volviendo a él, como si su presencia fuera un imán imposible de ignorar. Aunque trató de concentrarse en lo que se decía, el eco de sus miradas se mantenía, cargado de promesas no expresadas. Durante una pausa en la conversación, Nikolai se inclinó ligeramente hacia Alexa, su voz suave, pero clara, solo lo suficiente para que ella lo escuchara. —Te advierto, no todo lo que ves en mí es lo que parece, Alexa. Estás jugando un juego mucho más grande de lo que imaginas. El simple roce de su voz causó un estremecimiento en Alexa, quien disimuló perfectamente su reacción. No podía dejar que ese tipo de comentarios la afectaran. Sin embargo, sabía que algo estaba pasando entre ellos, una energía peligrosa que ambos estaban tratando de mantener bajo control. La combinación de su cercanía y la tensión palpable entre ellos, aunque profesional, era algo que ninguno de los dos podía negar. La reunión continuó, pero Alexa se encontraba atrapada en sus pensamientos, constantemente regresando a las palabras de Nikolai, cuestionando si había algo más de lo que no estaba dispuesta a ver. La reunión se prolongó durante horas, pero para Alexa, cada segundo parecía arrastrarse. Los socios debatían sobre las posibles direcciones a seguir, las estrategias de expansión y las inversiones, pero su mente no podía dejar de regresar a Nikolai. No importaba cuántas veces se centrará en los números y los argumentos, siempre lo encontraba a él en su campo de visión, esa aura de poder que lo rodeaba. Era como si su presencia fuera una sombra invisible que se colaba en cada rincón de la sala, recordándole que no estaba ante cualquier inversionista. Cada vez que sus miradas se cruzaban, algo en el aire cambiaba. Era un pequeño gesto: un leve movimiento de cejas, una sonrisa que no llegaba a ser completamente amistosa, un intercambio de palabras más cargado de lo que parecía. Alexa sentía la conexión, pero no podía permitirse ceder. No con él, no ahora. No hasta saber exactamente qué quería. Finalmente, tras lo que parecía una eternidad, la reunión llegó a su fin. Los socios comenzaron a levantarse de sus sillas, algunos ya perdidos en sus propios pensamientos, mientras que Sergei y Alexa intercambiaban una mirada rápida, como si compartieran el mismo sentimiento de inquietud. Nikolai, como siempre, fue el último en levantarse. Con paso firme, se acercó a Alexa, quien estaba recogiéndose los papeles sobre la mesa. No la miraba directamente, pero había una tensión palpable en su cercanía, algo que no podían ignorar ni disimular. —¿Nos quedamos a hablar, Alexa? —preguntó, en voz baja, sus palabras como una invitación disfrazada. Alexa tragó saliva, sintiendo cómo su respiración se aceleraba un poco. Sabía que Sergei la observaría, que cualquier movimiento en falso sería notado, pero al mismo tiempo, algo dentro de ella le decía que no podía escapar de este momento. —¿Sobre qué exactamente? —respondió con una calma que no estaba segura de poseer. Lo dijo de manera cortante, buscando mantener las distancias, pero su cuerpo ya estaba diciéndole otra cosa. Nikolai la observó con atención. Había algo en su mirada, algo feroz que casi parecía despojarla de su fachada de indiferencia. Sonrió levemente. —Sobre lo que realmente importa. —Su voz se tornó un susurro apenas audible, pero que resonó con una intensidad que provocó un nudo en el estómago de Alexa. Apretó los puños con discreción, luchando contra esa sensación incómoda que le invadía. Quería rechazarlo, quería mantener su guardia, pero había algo en su tono, en sus palabras, que la retenía. —No estoy aquí para juegos, Petrov. Si tienes algo que decir, hazlo ahora —respondió Alexa, su voz un poco más firme. Nikolai no dio un paso atrás. Su mirada se intensificó. —Creo que ambos sabemos que esto no es un juego. Ni tú ni yo estamos aquí por casualidad, Alexa. Esta alianza... tiene mucho más en juego de lo que parece. —Su mirada se fijó en los labios de Alexa antes de levantarse nuevamente y mantener el contacto visual—. Y sé que no quieres hablar de esto ahora, pero no será la última vez que lo hagamos. Antes de que Alexa pudiera responder, Nikolai se giró lentamente y caminó hacia la puerta. No sin antes lanzar una última frase sobre el aire. —Nos vemos pronto, señorita Ivanov. —El tono de su voz no era un adiós; era un aviso. Alexa permaneció allí, quieta, con el eco de sus palabras resonando en sus oídos. Su respiración era más pesada de lo normal, y no podía deshacerse de la sensación de que las palabras de Nikolai no eran solo una advertencia sobre el negocio. Había algo personal en su tono, algo que los involucraba más allá de los límites de la empresa, algo que la dejaba inquieta y, al mismo tiempo, extrañamente fascinada. Sergei, que había estado observando la interacción con desconfianza desde el principio, se acercó a su hermana en cuanto Nikolai salió de la sala. —No sé qué estaba pasando entre ustedes dos, pero creo que ya es hora de hablar claro, Alexa —dijo, con una mirada que era parte preocupación, parte reproche. Alexa se giró hacia su hermano, buscando sus palabras, pero no las encontraba. Sabía que Sergei sospechaba, y sabía que no podía seguir ocultando lo que sentía por Nikolai. Pero no podía ceder, no aún. —Él es un riesgo, Sergei. —Las palabras salieron de sus labios con más calma de lo que sentía, pero la determinación estaba allí, como una muralla construida para protegerla de las emociones que empezaban a desbordarse. Sergei la miró en silencio, un poco desconcertado por la respuesta, pero al final asintió con una mezcla de cautela y comprensión. —Lo sé. Pero también sé que no te vas a dejar arrastrar por él. —Añadió con seguridad, y antes de que pudiera continuar, Alexa lo interrumpió. —No lo sé, Sergei... No lo sé. Con una última mirada hacia la puerta por donde Nikolai había desaparecido, Alexa se preguntó, una vez más, cuánto control realmente tenía sobre esta situación. Y cuánto podía confiar en sí misma para mantenerse alejada de la peligrosa atracción que sentía por el hombre que, de alguna manera, ya estaba enredado en su destino.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR