Amelie dejó escapar una pequeña risa. —Lo siento, es solo que… no puedo evitarlo. Me alegra que estés bien, Camille. Pero en serio, ¿qué pasó?
Camille se recostó en la cama, mirando al techo.
—No sé, Amelie. Me siento traicionada. Es nuestra luna de miel y él me dejó sola.
Amelie suspiró y puso una mano en el brazo de su hermana.
—Entiendo, pero también sé que Louis te quiere. Solo necesita demostrarlo mejor.
Camille asintió lentamente, sin dejar de mirar al techo. —Tal vez… Pero ahora necesito tiempo para mí. Necesito pensar y decidir qué hacer.
Amelie sonrió suavemente. —Tómate el tiempo que necesites. Aquí estoy para ti, siempre.
Camille sonrió débilmente. —Gracias, Amelie. Aprecio que estés aquí.
La conversación entre las hermanas continuó en un tono más relajado, compartiendo
