POV ELIZABETH
El sol filtrándose por la ventana fue lo primero que sentí antes de abrir los ojos. No el dolor en mi cuerpo, ni la opresión en mi pecho… sino el calor tibio de la luz, un recordatorio de que seguía aquí. Viva.
Mi mente todavía estaba nublada, pero lo último que recordaba era la voz de Adam susurrándome que nunca me había traicionado. Que James había planeado todo. Que todo lo que había visto, todo lo que me había dolido hasta dejarme sin aliento, no era real.
Abrí los ojos lentamente, parpadeando hasta que la habitación del hospital tomó forma. El olor a antiséptico impregnaba el aire, pero lo que realmente llamó mi atención fue la silueta de Adam, sentado en el sillón junto a mi cama, con la cabeza apoyada en una de sus manos y la otra aferrándose a la mía. Sus dedos
