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1110 Palabras
Siempre lo trataba como un bebé. Incluso le había costado mucho trabajo verlo crecer: puesto que cuando era pequeño, y Hernán trabajaba; ella lo había cuidado muchas veces podría decirse, que para ella él era más un hijo que un sobrino. —Ya... está bien tía —comentó y finalmente se sentó en la barra como cuando era un pequeño. En esa ocasión Brianna, empezó a preparar unos huevos revueltos y después los puso en el sartén. Pero por otro lado, también preparó una leche caliente con chocolate. —Tía, ya no soy un niño —comentó divertido Leonardo. —Siempre serás mi niño —comento Briana y él le sonrío, porque a decir verdad la tía Briana para él era más una mamá. Ya que el, nunca había tenido una: debido a que lo había abandonado apenas había tenido la oportunidad. Le alcanzó la taza de leche con chocolate, la cual no estaba ni muy caliente ni muy fría. Su tía sabía el punto exacto en el cual le gustaba a él. Después le alcanzó unos huevos revueltos y unas tostadas. Brianna, empezó a prepararse una taza de café, mientras su bata giraba en torno a ella. Después se sentó al frente de él y comenzó a tomarla; junto con un poco de huevos revueltos y tostadas. —Tía, ¿tú piensas que en algún momento...yo me voy a enamorar? —quiso saber. —Aun eres muy joven para esa pregunta —comentó con sinceridad Briana y empezó a beber su café. —¿Y tú cuando te diste cuenta que estabas enamorada del tío? —Quiere saber un poco avergonzado por la pregunta. En cuanto dijo esas palabras, Briana puse una mano debajo de su barbilla y empezó a pensar. —Creo que... Cuándo empezó a cuidarme, desde ese momento empecé a darme cuenta que yo sentía cosas por él y no solo era agradecimiento. Al principio confundí todo esos gestos que el daba por... una muestra agradecimiento. Pues me di cuenta que estaba enamorado hasta la médula. —Es muy tierno tía... —¿Qué piensas de Ana..? —quiso saber bien la directamente. En cuanto dijo el nombre de su hija. Leonardo pestañea un par de veces: incluso dejo el tenedor apoyado en el plato. La miró, pero trago saliva y dijo algo nervioso. —Creo que es una buena chica, y eso... —Dime la verdad, seguro que piensas que es aburrida, y que no tiene mucho sentido de la moda —comentó divertida Briana. Brianna lo había escuchado. Porque Ana le había dicho un par de veces sus inseguridades, sabía cómo lo que pensaba Leonardo. Lo que no entendía, era porque en este momento no le estaba haciendo sincero. —Si es algo aburrida, pero anoche estaba... muy... bonita —comentó atropelladamente al darse cuenta de lo que había dicho. <<¿Bonita..?>> Miro con sorpresa a su tía. La misma no hizo ningún gesto, lo había provocado para que le dijera lo que en realidad pensaba. —Ana es bonita, de cualquier ángulo siempre lo fue —comentó su madre defendiendola. —Lo sé... El simplemente, empezó a comer sus huevos revueltos. Brianna se dio la vuelta después de desayunar: empezó a preparar un café con leche y cuando lo tuvo listo con más bajo la atenta mirada de su sobrino. Subió escaleras arriba. Lleva una bandeja , con el mismo vaso térmico de Polly de siempre. Y cuando golpeó la puerta: una desparramada Ana, con un vestido ajustado, la recibió. Briana, no pudo evitar más que sonreír. Su hija se veía hermosa, sus amigas como le habían sacado fotos para i********:. Se veía verdaderamente bella. Se sentó a su lado, acarició su cabello revuelto intentando acomodarlo. —Mi niña hermosa, ya está el desayuno —comenta en tono amable. Ana, pestaña un par de veces sin entender muy bien... Nada... Ella estiró los brazos con flojera y bostezo. —¿Qué hora es? —Quiero saber algo confundida. —No te preocupes cariño... Es aún temprano. Desayuna y después si quieres te puedes volver a dormir —comentó su madre. — Gracias mamá, te quiero —comentó y se sentó un poco con dificultad. —Ya ¿que pasó anoche con Leonardo? —quiso saber con curiosidad Briana. En cuanto dijo esas palabras, Ana mira con disimulo hacia su costado como lo único que se movió en ese instante fueron sus ojos en dirección al lado de su cuerpo. Pero no había nadie, no había nada. —Pues... él.. No sé de qué estás hablando —comentó atropelladamente. —Cariño me lo acabo de tropezar con él, está desayunando abajo —comentó con una ceja levantada. —Lo que ocurre es que me trajo y creo que se quedó dormido; pero seguramente en el sofá —comentó en forma rápida Ana. —No me preocupa eso cariño, solamente quiero saber si estás cuidando. Acuérdate que tienes que tomar las pastillas. —¡Mamá! no he tenido nada con el. —Por las dudas, eres muy joven para quedar embarazada —comentó Briana. Después de decir esas palabras, las mejillas de Ana cómo se tornaron rojizas. Briana le dio un beso en la mejilla simplemente salió por la puerta. Era consciente Brianna, que su hija podía tener una sexualidad libre: siempre y cuando se cuidara. Aunque sabía perfectamente que Ana era virgen. Pero había sido divertida incomodarla. Briana, en una madre preocupada; una tía presente. Pero a pesar de todo aún tenía su personalidad, puesta en cada decisión y en cada palabra. Divertida, llegó contorneando sus caderas hasta llegar a su esposo. El mismo estaba boca arriba durmiendo se recostó en su pecho, y lo abrazo con fuerza. —Hola amor —comentó y Esteban la toma entre sus brazos. —¿Estabas molestando a los muchachos amor? —Nose... de qué hablas. —Te conozco amor, se lo que pasa. —Algo así. —Te amo, eres tan hermosa. Aún te sonrojas y mueves la nariz cuando hay algo que me quieres decir; pero te incomoda. ... Ana, por otro lado empezó a bajar las escaleras con algo de timidez. Se había dejado el vestido como la verdad es que no sabía muy bien en ese momento qué ponerse. Suspiro, en cuanto llegó a la cocina, pudo ver que Leonardo estaba lavando su plato y su tasa. —Buen día —comentó ella con algo de timidez. —Buen día —comentó y el desvío la vista. —¿Que pasó anoche? ¿por qué terminé en mi cama? ¿y por qué tú me cargaste..? —quiso saber algo confundida Ana..
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