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2091 Palabras

Porque casi se estaban por caer. —Ana, solo quiero lo mejor para ti y él solamente solamente quiere sexo. — Pues yo también solamente quiero sexo —comentó Ana encogiéndose de hombros. Queriéndose apartar de el. —Ana, pero yo no quiero que tenga sexo con el. —¿Por qué no?, es solo un chico... solo un pene —comentó con normalidad Ana. —¡No lo sé Ana! solamente no tengas sexo con el —comentó fuera de si. Ana lo miró al con sorpresa: el rostro de Leonardo estaba desencajado. No se le veía la tranquilidad que siempre acostumbrada. Sino al contrario, se lo veía bastante alterado. Entonces ella hizo algo que no esperaba ni él ni ella: Lo abrazó. Apretó con fuerza, apoyando su mejilla en su pecho. Pudo sentir su corazón agitado, en contra de su oído. El, relajó su respiración y simpleme

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