Capítulo Diez Yo retrocedo. Max se interpone entre nosotros. Como había quedado ya demostrado antes, este hombre es un valiente y un loco. El ganso mueve sus enormes alas y abre su pico destructor, enseñando esa lengua serrada de peli de terror en la que parecen haber crecido dientes. Oh, y los gansos sí que tienen una cosa llamada diente en los picos aparte de tener uñas, o garras, de verdad en sus pies palmeados. La bestia vuelve a chillar. Se me pone la carne de gallina por todas partes. No cabe duda de que el origen de esta expresión ante una reacción al miedo tiene que ver con algún desdichado encuentro con un ave. Por mi mente cruzan a toda velocidad una docena de vías de acción distintas en un abrir y cerrar de ojos, gracias a mi entrenamiento de artes marciales. ¿Fingir est

