Leonor

Hace 25 años atrás, antes de que Leonor naciera. Había una familia hogareña y muy trabajadores, aunque aveces el unión no sea como es. Una mujer con apenas 70 años de edad, bajaba las escaleras para llevar su mercadería al mercado y así vender sus productos. Se levantaba muy temprano para bajar su mercadería uno tras otro, lamentablemente ya la fuerza no es como antes. Juan, —Amor, ya levántate me iré hoy abrir el kiosco yo— Gladys, —Si amor— Juan, —Mejor si vas tú, y así yo llevo todo esto al mercado— Gladys, —Amor no te preocupes, además tú dolor de espalda, mejor yo bajaré todo— Juan, —Mujer eres muy terca, lo bueno es que Fedra y Oliver te ayuden— Gladys, —Esta bien amor, le diré— Así don Juan salió de la casa a las 4:00 am de la madrugada y de paso hacia mucho frío. Mi esposa de don Juan se alistó bajado uno tras otro en su mercadería para así salir de la casa para el mercado. Fedra, —Buenos días mamá— Gladys, —¡Hija!!, buenos días me ayudas por favor, y así irme al mercado con todos ustedes— —Buenos días Oliver y Hola mi nieta muy linda y segura muy inteligente— Nieta, —¡No!!, tu mano está sucia— Gladys, —Perdoname mi nieta— Oliver, —Señora disculpe, le puedo ayudar a bajar este saco— Fedra, —Amor después te vas a ensuciar y más nos vamos a demorar— Laura, —Abuela yo te ayudó— Oliver, —Hija, yo lo haré mejor— Fedra, —Ustedes dos bajemos y vámonos ya, vamos mi pequeña Elena— —Mamá lo siento, pero no puedo ensuciarme ya que voy a trabajar—(se van) Gladys, —No te preocupes hija, váyase ya— Entonces aquella anciana bajaba y subía para así irse con su carreteria llevando su mercadería para el mercado, pero se había cansado. Gladys, —¡Hija ayúdame!, ¡Por favor!—(cansada) Esther, —Mamá, ¿Y papá dónde está?— Gladys, —Hija él se fue a abrir el kiosco y yo me quedé aquí, además ya sabes que está mal de su columna— Esther, —¿Y Fedra y su esposo?— Gladys, —Tu hermana ya tenía su ropa puesta de trabajo y además se le hacía tarde para su labor de maestra— Esther, —¡Mamá!!, tu eres más importante y ya te dije, que no hagas esfuerzos por tu edad y tu salud— —Pero mamá todos te tenemos que ayudar— Abrimos la puerta para la calle y justo en el camino estaba mi hermana también, no había subido al bus. Esther, —¿Porqué no has ayudado a nuestra mamá? Gladys, —Hijas por favor no peleen aquí— Oliver, —Suegra disculpa, es que Fedra y yo estábamos muy apurados— Gladys, —No te preocupes hijo— Esther, —¡Mamá!!, tampoco me dijiste que Oliver estaba en la casa— —Mi madre anda enferma y ustedes dos viven y comen en la casa— Gladys, —¿Hija?, ¡Por favor!, no fastidie a tu cuñado y hermana— —Todos somos una familia, pero tú hermana ya es madre y es profesional— Esther, —¿Mamá?, ellos hacen mal a no ayudarte y proteger así a ellos dos— —Los dos profesionales viven en la casa y deben ayudar también y está bien no voy a seguir con esto— Fedra, —Ya vámonos, cuídate hermana— Así madre e hija, suben al carro para irse a sus centros de trabajo, Gladys al mercado y Esther a la finca de los Morales. Mientras ellos dos se quedaron por el camino aun andado por la vereda de la calle. Fedra, —¿Cómo me harta Esther y mi mamá?, siempre para enfermar mi mamá y Esther es una simple sirvienta— Oliver, —Deja de molestar a mamá así y Esther, además te dije a qué ayudarla— Laura, —¡Papá!, ¿Porqué mamá es así?— Oliver, —Hija, es que mamá ya es profesional y se cree— Fedra, —También eres profesional, amor y solo Esther es un estudiante aún de instituto y trabaja— —Amor no quiero pelear en la calle y a qué subir a un taxi y así llegamos yo al colegio y tú al trabajo y así dejas a nuestras hijas en el colegio— Oliver, —Amor, pero debes, además vas a ir al colegio— Juana, —Prefiero a ti mamá, además llevarnos— Laura, —Si mamá— Fedra, —Esta bien, las llevaré a las dos, y cuidate mucho amor— Así subieron en el taxi para irse ya, aunque Oliver se fue de frente a su trabajo, Fedra aún estaba en el taxi con sus dos hijas. Taxista, —Señora ya estamos por llegar— Hasta que sonó su móvil del señor taxista, al momento que paró un rato para contestar y le puso en altavoz para que escuche. Taxista, —Amor, ¿Qué pasó?—(celular) Mujer, —Querido tengo mala noticia— Aunque se escuchan bullas de niños en esa llamada. Mujer, —Hijos tan temprano discute, eso cansa— —Hay malas noticias, el señor Pancho vendió la finca— Taxista, —Asu y ahora las personas de ahí o tu amor— —¿Irás a trabajar?, bueno dejaré a la señora en el lugar, más luego te llamo amor— Mujer, —Esta bien amor, te amo—(cuelga la llamada) Fedra, —Ahora dónde se irá a trabajar mi hermana— Taxista, —Su hermana trabaja para el señor Pancho— Fedra, —¿Que le pasa a usted?, mejor siga su ruta y necesito llegar a tiempo en mi trabajo y mis hijas al colegio— Taxista, —Disculpe señora— Así ese taxista nos dejó en el colegio donde trabajo yo, y así dejé a mis hijas cada una en su salón. Ser maestra me ayuda mucho aunque le debo todo eso a los nacos de mis padres, llegué a ser profesional aunque ahora soy yo un ejemplo de mi hermana menor. Camino hacia el salón donde me he enseñado yo, aunque me caiga mal todo esto, al ingresar hay silencio, los niños de colegio privado son más disciplinados que un colegio normal. Al llegar a la merienda salgo un rato a la cafetería para tomar un café y así otra vez escucho ese rumor de la finca del señor Pancho Colega, —Hola Fedra, sabía que la finca Gracias, tendrá un nuevo dueño— Fedra, —Y que tiene conmigo— Colega, —Creo que tú hermana es sirvienta ahí o me equivoco— Fedra, —Usted piensa que porque mi hermana es sirvienta, yo la cuido— —Ya estoy casada y tengo dos hijas también un esposo, aunque viva con ellos es por el momento— Así Fedra empujó a esa mujer y salió molesta así todos murmurando su actitud tan prepotente. Mujer, —¿Qué se cree está?— Colega, —Horrible es Fedra, como hija es mala, sus padres siempre han trabajado por ella y Esther— Mujer, —Andrea le conoces— Andrea, —¡Si!, Silvana, somos vecinas mi madre conoce a doña Gladys y al señor Juan, ellos dos son muy amables— —Y Fedra es mala, siempre la ha tratado mal, cuando ellos han trabajado por ella, y Esther es diferente— Silvana, —Mala hija, aunque sus niñas no son muy parecidas, Juana es parecida a ella, menos a Laura— Gabriel, —Otra vez rajado— Julio, —Vaya a su salón ya— Así volvieron las clases, aunque Fedra estaba muy enojada, hasta que llegó la salida todos los estudiantes se iban con sus padres y Fedra recogió a sus niñas. Justo Oliver había llegado con un auto, ese momento Fedra se quedó impresionada de que su esposo tenía Oliver, —(salió del auto) Amor mira mi jefe me regaló este auto, por ser el mejor vendedor— Fedra, —Amor ahora ya no caminaré— Laura, —Esta lindo, papá— Juana, —Lo bueno es que nadie nos va a mirar mal, seremos como las demás— Oliver, —Si mis lindas hijas, hasta tendremos una linda casa— Juana, —Con mi propia habitación, papá— Oliver, —Si para cada una, vamos amor subamos y vayamos a casa— Fedra, —Ojala tengamos una casa ya— Así volvieron con aquel carro a la casa de los padres de Fedra, así a llegar estacionaron y aunque no había nadie, encerrado a su habitación tenía ahí los cuatro.