Capítulo 1 parte 1
ABIGAIL
16 de febrero
La euforia estaba recorriendo mi cuerpo, mis manos presionaban el timón con fuerza mientras conducía a una velocidad, no sé en qué momento comencé a reír, como si hubiera escuchado un chiste muy bueno. Una de las cosas que más me gustaban de mí era mi risa, ¿has oído esas risas curiosas de personas que te provocan más risa que el mismo chiste? Pues esa era la mía. Cuando me daba el ataque de risa nadie me paraba, era una mezcla entre risa de bruja al inicio y la de un cerdito al final porque me faltaba el aire. Como sea, estaba en ese ataque de risa dentro de mi auto, viajando por la desierta autopista ¿de dónde venía? Pues de los mismos Ángeles, la gran naranja ¿mi destino? Un pueblo llamado Arroyo Grande ¿por qué me encontraba en un estado de histeria dentro de un carro, como si temiera que alguien me encontrara? Eso es más fácil aun, pero antes de responder a esa pregunta, tengo otra ¿qué serías capaz de hacer si descubres que tu novio te engaña? Apuesto que las respuestas son muchas, pero la mía seguro te va a encantar. Venganza.
Como buen escorpio nacida en noviembre, no quiero que solo el karma consuma a las personas que me fallaron, yo quiero ver el mundo arder y vengarme de la persona que me traicionó. Así que eso hice. Algunos pueden decir que me pasé un poco y puede que sí, pero vamos una venganza es algo que tiene que recordar la persona que te falló ¿o no? No sé ustedes, pero esparcir brillantina por todo el apartamento del infiel me parece una buena forma de quitar el enojo. Puse brillantina en la cama donde me fue infiel, en la ducha donde supongo que se ducharon juntos, dentro del wáter que seguramente usó la perra que se acostó con mi ex novio, brillantina por el suelo de alfombra, brillantina en su ropero, brillantina en su ropa, brillantina por todos lados. Debo decir que fue muy terapéutico, mientras llenaba toda la casa de brillantina color rosa y fucsia no podía evitar imaginar la cara que pondría la cucaracha infiel al llegar a casa y descubrir mi obra de arte.
El zumbido de mi teléfono me hizo saltar en mi asiento, inmediatamente mi ataque de risa se esfumo. Vaya, esa fue nueva. Respiré hondo un par de veces y presioné el botón de contestar que estaba en mi timón y que conectaba con mi móvil.
– ¿¡Qué coño Abigail Cooper!? ¿¡Qué mierda le hiciste a mi departamento!? ¿esta es una clase de broma? Pues ¡NO ESTOY RIENDOME! ¡TODO ESTA CUBIERTO DE MIERDA ROSA! MÁS TE VALE QUE TRAIGAS TU CULO AQUÍ Y LIMPIES TODO ESTO YA.
– ¿En serio? ¿y que te encames con mi propia alumna fue una broma también? Porque tampoco estoy riéndome.
Miren miren, como supuse todo quedó en silencio, eso era lo que odiaba de los malditos infieles. Hacen la jugada y luego o se quedan callados o ponen miles de excusas ¿no tienen al menos la decencia de aceptar que lo arruinaron y pedir perdón? No es que eso fuera a cambiar algo.
– Escúchame, pedazo de basura. Eso es poco a lo que en verdad te mereces ¿creías que no me daría cuenta? Más te vale no volver a contactarme o te juro que te vas a arrepentir. Ah, y dile a mi querida alumna que ya no tiene que ir al instituto porque ESTA MALDITAMENTE FUERA. Al igual que tu estas fuera de tu trabajo, apuesto que, a tu jefe, a la directiva del instituto y las familias de ella y tuya amaran las evidencias que mandé. Diviértete limpiando tu mierda.
– Abi, ¿qué…?
No dejé que terminara y colgué. Sentí que un gran peso se fue levantando de mis hombros. Sabía que lo de la brillantina no iba a hacer nada por satisfacerme así que preparé un golpe más fuerte. Tomé todas las conversaciones, fotos y videos y lo mandé a cuanta gente pude. Para empezar a la familia de los traidores, las madres de los dos me amaban, una me quería porque logré llevar a su hijo por buenos “rumbos” y la otra me quería porque había ayudado mucho a su hija para que consiguiera una beca en el instituto donde impartía clases de marketing a tiempo parcial.
En segundo lugar, envié un archivo al jefe de mi ex que trabajaba en una empresa de marketing y al director de escuela del instituto al que asistía mi ex alumna. Y no conforme con eso envié el mismo archivo a algunos compañeros de trabajo y alumnos, y me senté a esperar. Yo mejor que nadie sabía que la reputación de ambas instituciones era importante. Para mi ex alumna era importante mantener no solo las buenas calificaciones, sino tener un perfil adecuado y al nivel para merecer la beca. Para mi ex era importante tener un perfil limpio y libre de escándalos si quería trabajar sin complicaciones.
Estaba orgullosa de mí misma, pero me hubiese gustado tener el apoyo que se suponía debía tener en esos momentos. “cuánto te extraño mamá”
La diversión de repente se hizo a un lado para dejar puerta abierta a la nostalgia. Mi madre se había ido de este mundo hacia un año debido a un maldito cáncer que se la llevó siendo aun tan joven. Aún recuerdo claramente cómo se le escapaba ese soplo de vida, cómo me dio la última sonrisa llena de amor, cómo me dio el último beso para quedarse dormida y días después dejarme sola. Esa mujer que fue símbolo de fortaleza en mi infancia, que peleaba con uñas y dientes contra todos por protegerme, que trabajó y me crio prácticamente sola fue debilitándose en un par de meses. Haberla visto en ese estado me golpeó muy duro. Sí, tenía presente que tarde o temprano yo la tenía que ver, era mi madre después de todo, lo que no esperaba era que fuera tan pronto, que me dejara tan pronto.
– No vayas por ahí…estas bien, todo va a estar bien, todo estará bien.
Me detuve a un lado de la carretera, y me concentré en respirar, limpié las lágrimas que no me había dado cuenta que salieron a saludar, el nudo seguía en mi garganta y el dolor por la pérdida era aún latente, como si fuera apenas ayer que pasaba.