**DEBBIE**
Me incliné hacia el espejo, mirándome directamente a los ojos. “Esta vez, querida Tiffany, el príncipe será mío”.
—¿A dónde vas, hija?
La voz de mi madre me atravesó como un alfiler reventando un globo. Detesto a esta mujer, pero por los momentos debo fingir agradarle. Me volví con una expresión cuidadosamente calibrada: dulce, inocente, la hija perfecta que ella quería ver.
—Iré a comer con unas amigas, mamá —la mentira salió de mis labios con una facilidad que hubiera hecho sentir orgulloso a mi padre—. Ya sabes, estar encerrada en casa me deprime. Necesito aire y distracción.
Puse mi mejor cara de víctima melancólica. Mamá era tan fácil de manipular. Tan predeciblemente maternal. Lástima que Tiffany no descubrió esta malicia de manipular.
—Oh, cariño, eso es bueno. Me a
