**DEBBIE** Arranqué el motor con una determinación que me quemaba en el pecho. Vi mi reflejo en el retrovisor. Mis ojos brillaban con esa obsesión que ya no podía esconder. No era rabia. Era hambre. Hambre de justicia, de venganza, de control. Ella no sabe con quién se metió. Y mientras yo me alejaba, alguien me observaba. Lo sé. Lo siento. Hay ojos en todas partes. Pero ¿qué miren? Que documenten. ¡Qué graben! No me importa. Porque cuando el tablero se vuelva a mover, será mi jugada la que lo cambie todo. Y esta vez… no habrá margen de error. Arranqué el motor con una determinación renovada que me quemaba en el pecho como ácido. El rugido del motor alemán era como una promesa de poder, de velocidad, de control recuperado. Vi mi reflejo en el retrovisor, y lo que me devolvió la mirad

